El gobernador de la provincia de Río Negro, Alberto Weretilneck y su par de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, juegan sus cartas para quedarse con la planta de GNL, un mega proyecto que implica inversiones por más de US$ 30.000 millones que apunta exportar gas neuquino desde Vaca Muerta al mundo.
Hoy, las dos provincias se disputan la elección para construir la planta y el puerto desde donde saldrán los embarques de GNL.
El escenario de máxima indica que Argentina podría producir entre 20 y 30 millones de toneladas de GNL por año.
Más allá de cualquier tipo de lobby o especulaciones, los expertos aseguran que por tratarse de una obra de infraestructura de semejantes características el proyecto debe ser objeto de un estudio donde se analicen en detalle los factores de localización que va determinar qué puerto es más conveniente.
Este estudio- sugieren- debe tener carácter público y debe determinar y comparar las ventajas impositivas y logísticas tanto de Bahía Blanca como de Río Negro que permitan llevar el gas desde Vaca Muerta a los puertos de exportación. También debe analizarse el impacto recaudatorio que va a tener en esas provincias y en Nación y principalmente en las empresas involucradas en esta mega obra.
El proyecto arrancó allá por el año 2022 cuando YPF y la malaya Petronas firmaron, en septiembre, un acuerdo para desarrollar este proyecto, que incluye la extracción de gas natural de Vaca Muerta la construcción de un gasoducto desde allí hasta el Atlántico y de una planta de licuefacción, la comercialización del GNL y la logística internacional.
La megainversión hoy está enmarcada en el proyecto Argentina LNG dado a conocer por la empresa YPF y que busca atraer nuevos socios para la construcción de esta obra sin precedentes en el país.
La primera opción fue Bahía Blanca
Desde un comienzo la primera opción que se barajó para la construcción de la planta fue el puerto de Bahía Blanca, pero luego se sumó Punta Colorada en Río Negro que en las últimas semanas cobró mayor protagonismo al adherirse al nuevo régimen de incentivos a las grandes inversiones (RIGI), aprobado por el Congreso. Y además el propio presidente de YPF, Horacio Marín, dejó entrever que el puerto rionegrino contaba con el apoyo de sindicatos y empresas del sector.
Esta situación dejó en desventaja al Gobierno bonaerense que desde siempre se manifestó su rechazo a esta iniciativa impulsada por el Gobierno de Javier Milei, pero que ahora obligado por las circunstancias busca declarar el proyecto "de interés provincial" y a impulsar en los últimos días una ley para crear un régimen provincial de fomento de inversiones estratégicas, como la del GNL.
"En términos de infraestructura, el puerto bahiense contiene accesibilidad náutica, no existe requerimiento de obras de abrigo ni restricciones climáticas. Opera prácticamente todo el año, a diferencia de la alternativa rionegrina que operará entre 30% y 40% menos", afirmó Federico Susbielles, intendente de Bahía Blanca.
En diálogo con la prensa, subrayó la superior conectividad vial de Bahía Blanca, con múltiples accesos por rutas nacionales y provinciales, y el perfil industrial de la ciudad, que cuenta con la capacidad instalada y la experiencia necesarias para agregar valor a los derivados del gas.
Perder la inversión del siglo sería un golpe muy duro para Kicillof
En términos de sustentabilidad, el intendente explicó que el estuario de Bahía Blanca, con sus sistemas de humedales y áreas de conservación, tiene una evaluación ambiental estratégica que minimiza el impacto, a diferencia de Punta Colorada.
En este sentido, el presidente del Consorcio de Gestión del Puerto de Bahía Blanca, Santiago Mandolesi Burgos, sostuvo que "el Puerto de Bahía Blanca es la mejor opción, por la experiencia en regasificación y licuefacción de gas, por la operatividad, por la licencia social, la licencia ambiental y por toda la infraestructura que un proyecto así necesita".
Mandolesi resaltó la necesidad de acelerar los plazos para cubrir la demanda de gas en el mundo y, en ese sentido, remarcó que "el puerto de Bahía permiten iniciar las operaciones de manera inmediata, a diferencia de punta colorada donde la infraestructura todavía debe ser desarrollada".
Las ventajas de Río Negro
Del lado de Río Negro, la secretaria de Energía, Andrea Confini, afirmó que Sierra Grande podría convertirse en un "hub exportador de petróleo y gas", destacando las ventajas del puerto de aguas profundas y la ausencia de necesidad de dragado.
Por su parte, la Federación de Entidades Empresarias de Río Negro (FEERN) reafirmó su respaldo a la elección de esta provincia como la mejor opción para albergar este importante emprendimiento.
"Río Negro presenta varias ventajas significativas que la posicionan como la mejor opción para el megaproyecto de GNL. Con su puerto de aguas profundas en Punta Colorada, ofrece una infraestructura portuaria superior a la de Bahía Blanca, permitiendo operaciones más eficientes y seguras para los buques, lo cual reduce costos y aumenta la seguridad en las exportaciones", explicaron.
Además, el Gobierno provincial ha establecido un marco de incentivos fiscales y garantías de estabilidad jurídica sin precedentes, creando un entorno de inversión óptimo y seguro para los inversores.
La decisión final dependerá de múltiples factores. Por el momento falta un estudio técnico que demuestre cuál es la opción más conveniente más allá de intereses y las motivaciones políticas para perjudicar o favorecer a tal o cual gobernador. Por infraestructura y expertise el puerto de Bahía Blanca correría con mayores ventajas, pero el RIGI al que adhirió la provincia de Río Negro podría convertirse en el foco de la disputa.
