Por Ludmila Di Grande
“La plata no alcanza para nada”, “me preocupa que no haya referencia de precios, no sabes cuánto salen las cosas” y “la inflación es lo que más afecta a los que trabajamos” son algunas de las preocupaciones que se escuchan en las calles de Buenos Aires.
El desánimo no distingue edades: jóvenes, personas mayores, trabajadores se encuentran en una misma situación que parece no tener salida.
Estas declaraciones no se alejan de los datos concretos de la economía: en julio, el Indice de Precios al Consumidor registró un incremento del 7,4% (el índice mensual más alto desde 2002) y para agosto se estima que superará el 6%.
“Vas a una carnicería, compras 2 pedazos de carne de cualquier corte y gastas $4.000”, dijo Juan Carlos de 65 años.
Al respecto, LCG señaló que el índice de alimentos y bebidas presentó una suba mensual de 6,4% promedio en las últimas 4 semanas y 6,6% punta a punta en el mismo periodo.
Para la cuarta semana de agosto, la consultora indicó que la suba de precios de los alimentos promedió 1,68% y solo la carne promedió un aumento de 1,4%.
“La economía es un desastre, yo me jubilé y tengo que seguir trabajando porque no llego a fin de mes ni loco”, agregó Juan Carlos, quien actualmente es taxista.
Una encuesta realizada por Trespuntozero a 2.000 personas, arrojó que el 52% de la muestra considera que el principal problema de Argentina es la inflación. Mientras que el 23,5%, la corrupción.
- Un dato interesante es que el 59,4% del total que votó al actual Gobierno en 2019 considera al aumento de precios como el principal problema económico nacional mientras que en el total de votantes de la fórmula Macri-Pichetto, la cifra se reduce a 49,2%.
Por su parte, Libertad y Progreso afirma que, en los primeros 8 meses del año, la inflación acumulada alcanza 55% y es la más alta para dicho período desde 1991.
Dentro de la última década, los años que le siguen con mayor inflación en los primeros 7 meses son el 2021, con un alza acumulada del 29,1%, y el 2019, con el 25,1%.
- La tasa interanual fue del 76,9%, estima L&P, quedando a solo 23,1 puntos de los 3 dígitos.
De esta forma, la inflación acumulada durante los primeros 32 meses de la presidencia de Alberto Fernández es de 218,5%.
El 65,5% de los encuestados por Trespuntozero afirmó que su situación económica es de mala a muy mala. Y las expectativas hacia el futuro no son optimistas: el 56,5% cree que dentro de un año su situación económica va a estar igual de mal o peor.
Con respecto a los ingresos, al 55,6% no le alcanza para llegar a fin de mes y el 33,6% llega con lo justo.
Desde otra perspectiva, el último Panorama de Opinión Pública de Ecolatina y Synopsis evidencia que las preocupaciones económicas por parte de la ciudadanía tienen una característica interesante: la variable desempleo queda en quinto lugar, prácticamente sin menciones, en contraposición a la preocupación por la inflación, que alcanza prácticamente el 56%, con picos que rozaron el 60% hace algunos meses.
“El problema entonces no pareciera ser la falta de empleo, sino que el grueso de los salarios quedó muy atrasado, y la pérdida de poder adquisitivo continúa siendo la máxima preocupación en la sociedad”, concluyó la consultora.
El economista Christian Buteler indica que “hay que tener en cuenta la forma en que se mejoran los ingresos ya que no es lo mismo mejorarlos simplemente por un aumento determinado por el Gobierno, a que mejoren por un crecimiento en la productividad. Si esto sucede, el empresario puede incrementar los salarios sin que eso impacte en los precios del producto que elabora”.
Martín Kalos, economista, afirmó: “La aceleración inflacionaria carcome los ingresos reales por arriba de lo que se esperaba, por eso es que las negociaciones paritarias de principios de año quedaron rápidamente atrasadas y se tendrían que reabrir. Pero el principal problema es que esta acelaracion todavía no terminó. Entonces, incluso las negociaciones paritariarias que se están cerrando hoy, es probable que corran de vuelta atrás de la inflación en un par de meses”.
“Es muy difícil para un sindicato negociar con la situación socioeconómica que hay hoy en Argentina un número de actualización salarial que esté por encima de la inflación registrada. En algún punto estamos hablando de salarios que están todo el tiempo intentado empatarle a una inflación que sigue subiendo. Quizás en el consumo esto no se ve porque ha habido una recuperación del empleo en el último tiempo, y aunque sea precario, sigue siendo un ingreso adicional en muchos hogares”, concluyó Kalos.
