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No vamos bien, pongamos esperanza

En campaña Massa tira caramelos a la marchanta y por la misma razón Milei coincide, aunque se contradiga.

Massa habló sobre Ganancias.
Massa habló sobre Ganancias. Mecon
Carlos Leyba 21 septiembre de 2023

"No es trivial la secuencia. Primero bajar el gasto, después bajar los impuestos" (LN, 20/9). J. Milei mañana del martes 19/9 en el Club del Petróleo, la "crème de la crème" de los "concesionarios". 

Concesionarios: ámbito en que se condicionan, desde C. Menem, las decisiones económicas que hicieron un país de "posguerra" en el que la ley es una sugerencia y el Estado una mímica del poder (P. Seman). 

La de Milei fue una sensata afirmación: si el fisco está en equilibrio, invertir la secuencia es producir déficit y si está en déficit, es aumentarlo. 

¿Quién sensato votaría aumentar el déficit, no para una acción prioritaria y urgente, sino para regalar dinero a razonablemente satisfechos en el marco de una gigantesca crisis social? 

Lo hicieron la noche del martes las huestes de S. Massa, encabezadas por C. Heller, banquero del PC y las de Milei. Agua y aceite. Barrionuevo siempre está. 

Javier, mismo día por la noche, votó la derogación del impuesto a la 4° categoría: baja de impuestos sin baja de gastos. Lo que dijo no se debía hacer. Acrecentó el agujero fiscal. 

En campaña Massa tira caramelos a la marchanta y por la misma razón Milei coincide, aunque se contradiga. 

Sergio Massa
Sergio Massa

El agravante de la rifa es la liberación de cargas a las escalas de ingresos de los hoy más beneficiados, en el marco de la mega crisis de pobreza que viene creciendo hace 48 años. ¿En qué piensan?

El ingreso promedio de la ocupación principal del decil más alto de los trabajadores era, en el primer trimestre de 2023, de $326.575 (Indec). De los trabajadores 90% tuvieron, en ese período, ingresos muchísimo menores. 

Ajustando por el índice de salarios (Indec), entre febrero y  junio, ese ingreso promedio llega a $433.500 y estimando el mismo incremento entre julio y agosto, en septiembre, habría llegado a $500.000. 

¡Compañeros! La "eximición" no es "para el laburante medio", ni siquiera para el de la máxima escala. Beneficia a quienes están a años luz de esos ingresos. 

El ingreso medio de asalariados, en el primer trimestre de 2023, fue $120.973 y el de no asalariados $97.898 (Indec)  Ajustando de la misma manera que a los del decil más favorecido, esos ingresos promedio, al comenzar septiembre, habrían sido de $185.000 y $149.000, respectivamente. Señores legisladores, el Coeficiente de Gini -la medida de la distribución- en el primer trimestre de 2003 estaba en ascenso e igualando al Coeficiente del primer trimestre de 2019 (Macri lo hizo): con esta decisión lo acaban de aumentar. Un voto camino a la desigualdad, en contra de la "justicia social". Lo entiendo en Milei, ¿pero ustedes?

La flagrante contradicción (en menos de 15 horas) le ha permitido a Javier ser fiel a su consigna de "la justicia social es un robo" y por tanto ha contribuido a derogar, junto a la bancada de Massa, un impuesto progresivo cuyo fundamento es contribuir fiscalmente a la justicia social, gravando los ingresos más altos y liberando de ese tributo a los más bajos. Este, el de Ganancias, es el impuesto progresivo por excelencia en el sistema capitalista -el que en su tiempo pulverizó Ronald Reagan en EE.UU.- que fue instaurado en Argentina, en los '30, por los "conservadores" (F. Pinedo y R. Prebisch) y al que Juan Perón le incorporó la 4° categoría -¡sorpresa muchachos!- con la Ley 20.628 que instituyó la modificación "ganancias" (léase ingresos) sancionada el 27/12/73: en el art.78 que incluye a los trabajadores en relación de dependencia. 

Parafraseando a Marie-Jeanne Roland de la Platiere (1789) camino a la guillotina, podemos decir: "Oh, peronismo, cuantos crímenes se cometen en tu nombre". Todo sea por un voto.

El "neoperonismo massista" unido a los "libertarios, maestros de la contradicción", convergen en una vocación íntima y  profunda: el "neoperonismo massista" no para de otorgar concesiones (la última a favor de E. Eurnekian) y camina, en los hechos, junto al nuevo libertario que es "el producto mediático" del afán patrio de ese mega concesionario que le dijo al Financial Times "Creo que seria muy buen presidente" (LN, 20/9). 

Eurnekian cumplió su cometido, como explica "El loco" de J. L. González: se trataba de pulverizar a Rodríguez Larreta. En ese menester se unieron las "M" de Macri (venganza calabresa), Massa y Milei. Un objetivo logrado. De paso ayudar a que "la segunda vuelta" sea entre Milei y Massa. Si esa fuera la competencia final, por ejemplo, podría suceder que Vilma Ibarra -ex Directora de Asuntos Legales de la Corporación A.- continuara, en ambos casos, en su actual cargo en la Casa Rosada. 

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 "El loco" de J. L. González

No es menos cierto que, con los objetivos logrados, el destacado empresario, que hace meses lo pasea como su pollo por todo el establishment, ahora derrama lágrimas ofuscado por los insultos que Javier le propina al Santo Padre a quién Eurnekian frecuenta. ¡Ni L. Zanatta estilo masón SXIX y que hace honor a su apellido, había llegado a tanto! 

Mientras insultaba a H. R. Larreta, EE no temía que fuera un dictador, como deriva de sus desequilibrios lingüísticos. Por casualidad -obvio- en el canal América, el 20/9, se expusieron entusiastas encuestas del estado de la opinión pública. 

A Eduardo le pasó como a Geppetto: el hada de los medios le dio vida a su Pinocho. ¿Quién será la ballena?

Las cartas están echadas. La noche de Marcelo Bonelli convocó a los copilotos de los que calificaron. Se comprobó que no se le puede sacar jugo a las piedras. 

Concentrémonos en los representantes de los tres que -estando más o menos parejos- tienen chance de seguir. 

Ninguno ofreció -son los segundos, complementarios, no protagonistas- una mínima idea de una visión del país, de un camino para el futuro. Nada que no fueran obviedades y poca luz como para iluminar el panorama tétrico que se avecina. 

Saquémoslo a  A. Rossi, que no es el mejor candidato posible de lo que queda del "neoperonismo en las versiones K o M": curtido en derrotas electorales y que, en subsidio, ha sido varias veces ministro en los últimos 20 años que tan caro le han costado al país y, peor aún, es el Jefe de Gabinete de la peor presidencia de la democracia. ¿Quién puede levantar este muerto teniendo un mínimo de respeto por la verdad? La honestidad de Rossi, en el debate, no le permitió "actuar" como sí lo hará Massa en la próxima. Sergio es un actor: casi en el nivel de Cristina, pero sin llegar a tanto. 

Javier Milei en Bahía Blanca.
Javier Milei en Bahía Blanca

La candidata de la LLA, por lo contrario, resultó muy superior en términos de urbanidad a lo que se puede esperar de Milei. Como todos sabemos el hombre, tal vez lo aparenta, parece sufrir de coprolalia, síntoma del Síndrome de Tourette, que hace que una persona involuntariamente pronuncie palabras espantosas y comentarios despectivos, lo que en los debates probablemente lo descalifique, salvo que ya estemos en tirabuzón rumbo a estrellarnos.

En la otra fuerza hemos escuchado, tal vez por contagio, marcar con orgullo la higiene corporal de las partes pudendas. Ciertamente el Dr. Petri estuvo lejos de esos señalamientos y salvo breves picos actorales, tuvo una participación razonable. 

Si bien ya no es parte de la competencia es increíble que el ex ministro K, F. Randazzo crea meritoria su compra de la formación ferroviaria china pagada al contado y sin un tornillo nacional. Al mismo tiempo, el Estado de Rio de Janeiro, adquiría en Francia una formación similar a pagar en 10 años, con transferencia de tecnología y un porcentaje elevado de componentes brasileños. Tocar ese ejemplo hubiera servido, al menos, para discutir la diferencia que hay entre crecer y desarrollar. 

Ninguno habló sobre una estrategia ante la imprescindible guerra contra la pobreza que nos empantana, y a la que - si no la vencemos - tal vez podamos tener números de crecimiento, pero nunca podremos decir "hemos progresado". 

Es imprescindible crecer, pero no todas las maneras de crecer, significan desarrollo y no todo desarrollo significa progreso. 

La situación moral, económica, social, política de la Argentina es la de un "estado de posguerra". 

En octubre de 1964, Ch. de Gaulle, visitó Argentina. Perón pidió que sus leales lo aclamaran. Gobernaba el gran A. Illia y André Malraux dijo: "Esta ciudad es la capital de un imperio que no existió". También habían visitado la fábrica IKA, Córdoba. Otros tiempos.

Charles De Gaulle en Argentina
Charles De Gaulle en Argentina

De 1964 a 1974 la Argentina creció ininterrumpidamente, sin un año de caída, sin deuda externa para cubrir déficit fiscal, con pleno empleo y 4% de pobreza: una década de progreso social en la que el Coeficiente de Gini, la distribución del ingreso, fue similar al de Francia. 

Esa década políticamente y respecto de lo institucional fue un espanto. Pero en el final (1973/74) logramos vivir en la Constitución y en la amistad política. 

Pero en toda la década, hoy parece increíble, había un amplio consenso implícito acerca de "la visión" de cómo construir la Nación. 

Éramos un país pensado, como lo habíamos sido en el de la generación del 80 y como lo fue la generación del 30 y del 45. 

Malraux vio la desmesura de la Cabeza de Goliat (Martínez Estrada) pero también la pujanza, porque no vio miseria, vio progreso. 

Aquella Argentina caminó con una visión común. Un enorme sentido de futuro. El que hoy en las campañas electorales está ausente. La política es pedagogía de futuro: parecen no saberlo. 

Cuando crecimos y nos desarrollamos, cuando progresamos, estaba empujando un país pensado, un futuro deseado y un análisis sistémico del futuro posible: lo hicimos. 

Lo podemos y tenemos que hacer. De eso se trata la política.

Massa dice: "Hoy no se fía, mañana sí". Pudiendo hacer no hizo. 

Milei afirma, como un extraño, que los criollos éramos salvajes cuando la Independencia o la generación del '37. ¿Se puede ser tan inculto? 

Patricia, que fue parte del horror, no sale de la palabra "orden" que la atasca en el pasado. 

El año próximo la naturaleza nos brinda alivio dolarizado. 

Pero, una vez más, no hay viento favorable para un velero sin rumbo. Sin pensar en futuro no hay rumbo.  No vamos bien. Pongamos esperanza.

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