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Mandan un endulzante testigo, pero el rechazo es el mismo

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Luis Varela 03 julio de 2020

Por Luis Varela

Mientras el ministro de Economía Martín Guzmán se prepara en estas horas para presentar la nueva oferta concreta ante la Security Exchange Commision (SEC) de Nueva York, y cuando faltan exactamente tres semanas para que se defina si el default teórico en el que está medida Argentina pase a default efectivo, surgió ayer una inesperada oferta de canje de YPF, con un endulzante, que puede ser tomada como modelo para tentar a los acreedores.

En términos concretos, como si fuera una especie de Argentina en miniatura, YPF tiene un pasivo declarado que equivale al 63% de su activo, está casi sin operar, Vaca Muerta está casi paralizada y con eso anticipa que en 2021 no podrá pagar una ON con una deuda por la friolera de US$ 1.000 millones y, por esa razón, salió a ofrecerle a los tenedores de ese título un canje anticipado.

Esta propuesta, que declara un ahogo total de solvencia presente, llega con un premio tentador para los que creyeron en la empresa y compraron sus Obligaciones Negociables. En concreto, por cada US$ 1.000 dólares que se tienen que pagar en 2021, la empresa ofrece pagar US$ 100 cash, contado, y US$ 950 cuatro años más tarde, es decir en 2025.

Esta presentación llega en momentos en los que los bonistas con papeles avalados por la ley Nueva York están demostrando un total rechazo a las propuestas de Guzmán, incluso la que eventualmente presentará en estas horas. Se cree que el apoyo que recibiría de los acreedores subiría del 16% de la oferta inicial a no más del 46%, por lo que el 54% de los bonistas, tenedores de bonos argentinos por US$ 33.500 millones, se preparan para ir a las cortes de Manhattan.

Las diferencias no son solo legales, es decir las mayorías que hay que conseguir para que se hagan eventuales futuros canjes, sino también hay diferencias en la oferta concreta, con US$ 5 de distancia entre los 52 que se ofrecen y los 57 que se piden, pero también hay un no rotundo a los tres años de gracia. Alberto Fernández tendrá que demostrar en su mandato que quiere cumplir con lo que Argentina firmó en los contratos.

En conclusión, el mercado no tomó bien, ni la oferta de YPF ni lo que viene de Guzmán, y los bonos argentinos volvieron a bajar ayer, otro 0,5% promedio, por lo que el riesgo país volvió a subir en 27 unidades, hasta 2.540 puntos básicos. Esto ocurre en momentos en los que la argentina está entrando al pico de la pandemia (ayer hubo 2.744 casos nuevos y otras 34 muertes).

Y por si faltara algún otro dato que marque la diferencia de lo que ocurre en la Argentina con lo que pasa en el mundo, debe decirse que ayer el dólar estuvo en baja en casi todos los mercados, mientras que en el mercado cambiario local los dólares libres volvieron a empinarse. Y, además, mientras las bolsas del mundo tuvieron otro día pletórico de sonrisas, por alta creación de empleo en Estados Unidos, el mercado bursátil argentino continuó retrocediendo, pinchado en precios y en volumen.

Cuando faltan catorce meses para las elecciones de medio término, y con el Gobierno entendiendo que la emisión de pesos no puede seguir con el mismo ritmo porque la inflación terminaría estallando, la Comisión Nacional de Valores resolvió realizar ayer un zoom con los principales operadores del mercado, buscando la manera de contener al dólar, ya que en la población los pesos queman: nadie quiere quedarse con billetes argentinos.

La razón de esta huída es bien clara. Empieza a haber en la población un hartazgo, no solo con la cuarentena sino por las diferencias que hace el Gobierno entre la estructura política y la privada.

Mientras tanto, el BCRA sigue con tasas congeladas: paga a los bancos por las Leliq 38% nominal y 45% efectivo y a su vez las entidades le pagan a la gente por los plazos fijos 30% nominal y 34% efectivo.

Estos intereses no seducen y la demanda de dólares persiste, no a través de los canales oficiales, porque están ultra vigilados, ni tampoco vía blue, por la cuarentena, pero se están haciendo triangulaciones de todo tipo en otras alternativas financieras como Cedears y criptomonedas.

Muy lejos de esta encerrona argentina, el mundo festejó las cuarentenas más flexibles que hubo en junio. En base a esa mayor liberación y actividad, EE.UU. anunció ayer que generó 4,8 millones de empleos el mes pasado y que la tasa de paro cedió al 11,1%. Con eso, eufórico, Donald Trump celebró la histórica caída del desempleo y manifestó: “Nuestra economía está volviendo a rugir”. Analistas explican el rebote por la flexible legislación laboral y el sostén de la política monetaria de la Reserva Federal.

Con eso, el mercado bursátil norteamericano y el dólar mostraron un arranque muy sólido, pero se fue perdiendo a lo largo del día, ya que en este momento las cuarentenas se están cerrando de nuevo, y la mejora en los empleos puede ser temporal. Así, en el exterior el dólar subió 0,8% en Brasil y 0,1% contra la libra y el euro; no cambió contra el yen, pero bajó 0,9% en México y Chile.

En Argentina, en cambio, los seis dólares estuvieron todos para arriba. Esto hizo que el Banco Central perdiera reservas por segundo día consecutivo, a pesar del cierre total de persianas cambiarias, y la situación inquietó a la CNV, que terminó convocando a los operadores. Con eso, todos los tipos de cambio crecieron. El dólar turista subió 6 centavos hasta $96.43, el oficial subió 5 centavos hasta $74,18, el blue saltó $1 hasta $129. A su vez, el dólar mayorista subió 6 centavos hasta $70,58. El Banco Central perdió otros US$ 19 millones de sus reservas que quedaron en US$ 43.204 millones. El dólar MEP saltó $1,74 hasta $107,24. El contado con liquidación saltó $1,63 hasta $109,73. La brecha entre el dólar oficial y el blue subió al 73,9% y entre el CCL y el mayorista trepó hasta el 55,5%. Y, medidos en pesos, el euro bajó 3 centavos hasta 79,31, la libra bajó 6 centavos hasta 88,01 y el real bajó 9 centavos hasta 13,17.

La debilidad del dólar se está reflejando en una suba en bloque en el valor de las commodities. Ayer volvieron a afirmarse los precios del petróleo y de los metales básicos, aunque no ocurrió lo mismo con los granos, porque China, envuelta en la tensión con Hong Kong, no hizo las compras que se esperaban. Eso sí, como van avanzando algunos remedios contra el covid-19, con la vacuna todavía lejos, los refugios de los últimos meses tocaron el freno: los metales preciosos se debilitaron y las que más perdieron fueron las criptomonedas.

Con un volumen de negocios algo mayor al de las últimas ruedas, los bonos argentinos volvieron a ceder.

Por el buen dato de empleo, pero todavía con inseguridad por el avance de los contagios y las muertes que provoca el virus, Wall Street abrió muy ien pero se fue desdibujando, tanto que al final terminó con subas de entre 0,3 y 0,6% en sus índices principales, pero con algunas compañías que pegan saltos de más del 50% y otras que sufren caídas de hasta el 10%. Detrás de eso, la Bolsa de San Pablo terminó sin cambios y hubo una suba del 0,7% en la de México.

Así, lejos de las subas externas, la bolsa de Buenos Aires bajó otro 0,9%, también con muchísima volatilidad entre papeles. Y los ADR argentinos que cotizan en Nueva York tuvieron algunas firmas que se salvaron, pero la mayoría acusó desplomes del 2% al 6% en dólares, con los bancos entre los más perjudicados.

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