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Mañana se sabrá si se logra el canje de deuda ley NY

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Luis Varela 27 agosto de 2020

Por Luis Varela

Como si se tratara de una novela de Ray Brabdury, en horas ciertamente decisivas, el Gobierno jugó ayer todas sus fichas para mantener al mercado lo más tranquilo posible, intentando de que todo parezca en condiciones, para que mañana se cierre el canje de bonos ley NY con la mayor aceptación posible.

Después del acuerdo de palabra con los bonistas más duros, y con muchas dudas (con rumores de que se les hicieron concesiones por otra cuerda para que terminen aceptando), mañana se verá si se logran los máximos necesarios de las cláusulas de acción colectiva para que se puede hacer el canje del 20% de lo que debe el estado: para eso se necesita 75% de aceptación en los bonos K y 60% de “sí” en los bonos M.

Intentando generar un campo propicio para que se sume la mayor cantidad posible de bonistas y que no queden muchos holdouts que sigan manteniendo al país fuera del crédito voluntario, como pasó después de los canjes de 2005 y 2010, ayer se realizaron conversaciones anticipadas con el FMI, desde donde se anticipó que ese organismo está preparado para darle un préstamo a Argentina.

Obviamente, el Fondo realiza esa declaración, muy interesado en que los acreedores con una justicia implacable como es la estadounidense, para que la quita se realice con los inversores privados, y que luego se realice una negociación con el FMI, que no suele conceder ninguna quita y que, además, siempre plantea reformas estructurales para dar más tiempo en el pago de los préstamos realizados.

Pero el tándem con el FMI no fue el único. También hubo movidas ayer desde el ministerio de Economía, y según afirmaron en el mercado, también se vio mucha presencia de la Anses, con una sobreoferta de bonos desacostumbrada, buscando con esas operaciones que en medio del parking por la deuda se mantenga completamente tranquilo el mercado cambiario.

Al mismo tiempo, el Ministerio de Economía realizó su licitación número 42 de colocación de títulos, en un Gobierno que criticó al gobierno de Macri por endeudarse demasiado. Ayer se hizo una exitosa licitación de Letes y letras CER: se recibieron 504 ofertas, y se colocaron $113.000 millones, con tasas de entre 26,5% a descuento y del 34,5% anual, o en bonos CER con sobre tasa del 0,76%, estos dos últimos con tasas mayores a los llamados anteriores.

Y toda la movida conjunta pudo controlar bien el merado cambiario, ya que los dólares financieros libres volvieron a bajar, pero el blue se mantuvo inmóvil y los dólares oficiales siguen con su crawling peg, que ahora enfrentan un problema: Brasil está devaluando de nuevo, y además reclamó porque no se están dejando entrar autos fabricados en el país.

Lo paradójico del caso es que a pesar de la tranquilidad cambiaria, de la buena licitación de letras y del acuerdo con el FMI, el Banco Central volvió a sufrir ayer pérdida de reservas: ayer Reconquista 266 perdió otros US$ 22 millones, en un goteo persistente a pesar de los 23 meses consecutivos con superávit comercial.

Toda esa maquinaria, con los inversores preguntándoles a los operadores qué negocios son reales, entre privados, y qué negocios son estatales, para orientar los precios artificialmente, permitió que el dólar estuviera congelado.

Mientras en el exterior el dólar subió 1,8% en Brasil y 0,2% en México, no cambió contra el euro y bajó 0,3% en Chile, 0,4% en Japón y 0,5% contra la libra. A nivel local el dólar turista subió 2 centavos hasta $101,34, el oficial subió 1 centavo hasta $77,95, el blue se mantuvo sin cambios en $137 y el mayorista subió 5 centavos hasta $73,86. El Banco Central como dijimos volvió a perder reservas: cayeron hasta US$ 42.962 millones. El dólar MEP cayó $2,40 hasta $125,29. El contado con liquidación bajó $2,05 hasta $128,49. Por lo que la brecha fue del 75,8% entre el dólar oficial y el blue y del 74% entre el CCL y el mayorista. Y, medidos en pesos, la libra subió 50 centavos hasta 97,49, el euro subió 3 centavos hasta 87,32 y el real bajó 23 centavos hasta 13,16.

Este contexto se dio además con las tasas de interés congeladas. El BCRA pagó en Leliq al 38% anual (45% ef.) y los bancos pagaron plazos fijos al 33% anual (38% ef.). Eso ocurre con una inflación anual pasada del 43%, y con los mayoristas en alimentos negociando con el ministro Kulfas para que termine el ciclo de precios máximos. Piden subas de hasta el 20% y estudios privados ya calculan una inflación mensual superior al 4%.

Como sea, ayer, los datos de mercado mostraron que los inversores siguen siendo alérgicos a invertir en la Argentina. Los escribanos dieron el número de operaciones realizadas en julio y la cantidad de operaciones que se viene realizando este año es, cortado, la más baja de las últimas tres décadas: “nadie quiere poner un peso en un inmueble, por la nueva ley de alquileres, y por la presión impositiva sin fin que hay en este país”, afirmaban en una inmobiliaria.

Además de eso, mientras el mundo sigue sonriendo, con la mayoría de las bolsas mostrando subas (no así las latinoamericanas), los títulos argentinos tanto públicos como privados volvieron a bajar. Con pocos negocios, hubo unos pocos papeles que se salvaron, pero hubo un cúmulo de bonos estatales que anotaron bajas del 3% al 10%, a horas del cierre del canje, lo cual muestra una señal que ofrece mucha duda. Con eso, además, el riesgo país se mantuvo inmóvil, en las alturas, en 2.144 puntos básicos, siete veces más que los países vecinos de la región.

Y a nivel papeles privados, la Bolsa de Nueva York sigue imparable, pero las bolsas latinoamericanas no muestran muy buena salud. Ayer hubo subas del 0,3% al 1,8% en los índices de Wall Street, con mejoras para las tecnológicas, que no paran de inventar cosas, y caída para las aerolíneas y los bancos, que están mostrando balances realmente malos. Y, muy castigados por el coronavirus, las Bolsas de México y San Pablo no se montaron a esa suba, ya que anotaron bajas de más del 1%.

En el mercado bursátil local, con precios de las acciones históricamente regalados, el volumen sigue siendo muy pobre, se opera cada vez más en Cedears, y el índice Merval bajó otro1,6%, con un clima mixto para los ADR argentinos en Nueva York, que tuvieron descensos de hasta el 4%, con IRSA I como la más castigada, ya que los inmuebles argentinos están siendo abandonados por los compradores.

Por último, las commodites siguen preparándose para la pospandemia, imaginando que estamos a nueve semanas de la elección presidencial de Estados Unidos, y tal vez, a doce de las vacunas. Así, el petróleo cerró sin cambios, hubo repunte para los metales preciosos, bajas para las criptomonedas. Firmeza para los metales básicos. Y la mejor noticia para Argentina fue una nueva suba para los granos, tanto en Chicago como en la Bolsa de Rosario.

Mañana veremos si las clausulas de acción colectiva del canje de ley NY son alcanzadas. Algunos operadores afirman que serán superadas, y que eso podría traer tranquilidad. Pero los precios del mercado, con acciones y bonos claramente en baja, y el mercado cambiario encorsetado y el BCRA perdiendo reservas, dan muestras que la verdad del canje puede ser otra. Veremos.

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