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Las regulaciones van a limitar la brecha, pero son maquillaje

La nueva regulación del BCRA y la CNV, que parece ser una buena noticia porque va a limitar la brecha, no es más que un maquillaje. Muchas operaciones se cursan en forma bilateral y allí no opera la restricción cuantitativa ni el precio “por pantalla”.

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13 julio de 2021

Por Guido Lorenzo (*)

En pleno fin de semana, el BCRA y la CNV empezaron a allanar el camino para asegurarse una intervención suficiente de cara al segundo semestre. Por un lado, la CNV estableció un límite total de 100.000 nominales en títulos (50.000 en bonos ley local y 50.000 en ley extranjera) para operar semanalmente. Asimismo, redujo el parking de 3 a 2 días hábiles para la realización de la operación de Contado Con Liquidación (CCL), pero agregó dos días hábiles a una operatoria que no tenía restricciones: la compra de canje. Es decir, para ir de dólar MEP a dólar CCL.

El BCRA dispuso al mismo tiempo que las empresas deben informar el CUIT de las controlantes para tener certeza de que no operan en el mercado oficial de cambios al mismo tiempo de que realizan operaciones de dolarización a través de títulos. Así, las firmas controladas y controlantes operarían como una misma unidad de cara al regulador.

Con esto se asegura hacer un mercado muchísimo más chico para la dolarización vía títulos. La restricción del volumen ayuda a que el BCRA, con sus intervenciones diarias, pueda tener control sobre el precio “por pantalla” de las operaciones mediante su intervención. En efecto, un mercado más chico podría impulsar al alza el precio de los títulos, pero el cociente de precios mediante el cual se construye el dólar CCL podría caer.

Esto parece ser una buena noticia porque va a limitar la brecha, pero no es más que maquillaje. Muchas operaciones se cursan en forma bilateral y allí no opera la restricción cuantitativa. En ese caso, una empresa podría estar dolarizándose a un valor superior al dólar que surge del cociente entre el título en pesos y el título en dólares sólo que, al no operar por piso, el precio no queda registrado.

Esto vuelve al mercado mucho menos transparente. La cotización del dólar CCL y MEP está controlada por el BCRA, pero uno desconoce en forma concreta y en todo momento el precio al cual se concreta la dolarización. Parece existir cierta presión, interna o externa, para mantener la brecha en niveles no superiores al 75%. El valor observado va a cumplir con ese requisito.

La razón por la que se realizan estas operaciones obedece a lo esperado: una mayor dolarización preelectoral que podría desestabilizar el mercado de cambios y con ello una sensación de falta de control que se transmita al resto de la economía. Cuestión que podría jaquear la estrategia de mostrar una inflación estable en la segunda mitad del año.

Por otro lado, con estas medidas se sigue delatando lo previsible y la estrategia hasta noviembre parece indicar que es la profundización del atraso del tipo de cambio oficial. Como el dólar “libre” que se comercializa a través de títulos no entiende de anclas, era esperable que la brecha se amplíe. A fin de cuentas es razonable pensar que se mueva con el resto de los precios. Ese dólar no pide permiso.

Una estrategia mediante la cual se muestra un precio clave para este segundo semestre que podría no coincidir con el realizado. Menos transparencia y un parche sobre un mercado de cambios al que, más allá de lo coyuntural, el Gobierno no le encuentra la vuelta.

(*) Director Ejecutivo de LCG

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