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La economía tiene 3 frentes recesivos que podrían recrear la maldición de los años pares

Según Equilibra, si se cumple la meta de acumulación de reservas del acuerdo con el FMI, no habría dólares suficientes para sostener el nivel de actividad de 2022

La maldición de los años "pares" vuelve a operar y el PIB puede caer en 2022
La maldición de los años "pares" vuelve a operar y el PIB puede caer en 2022
03 abril de 2022

La fuerte recuperación del PIB en 2021 (+10,3%) dejó un elevado arrastre estadístico positivo para 2022: +3% según Cuentas Nacionales o +4,2% según el EMAE de diciembre. 

Por eso, el “consenso de mercado” prevé que el PIB crezca en promedio en 2022. Eso permitiría romper la maldición de los años pares recesivos iniciada hace diez años. Permitiría encadenar dos años consecutivos de expansión del PIB, algo que no sucede desde 2010-2011.

Sin embargo, en Equilibra creen que hay tres frentes recesivos que podrían recrear la maldición de los años no electorales y cambiarle el signo esperado a la evolución del PIB. 

“Estimamos que hay elementos recesivos que evaporarían el arrastre estadístico mencionado, generando una mínima caída del PIB (-0,5% en promedio)”, dicen.

Entre ellos destacan: la sequía; la disponibilidad de divisas para importar en función de la meta de acumulación de reservas con el FMI y el shock “estanflacionario” del contexto económico mundial tras la invasión rusa a Ucrania.

La sequía

La intensa sequía y ola de calor que azotó al país a comienzos del año golpeó fuerte al sector agropecuario, ya que registraría una caída en su producción de dos dígitos en 2022. El impacto productivo negativo directo rozaría 1 punto del PIB y alcanzaría 1,5 si se consideran las actividades conexas (producción de alimentos, transporte de cargas y otros).

Además, agregan en Equilibra, “la sequía no sólo afectó la cosecha gruesa sino también dañó cultivos agrícolas de menor escala, quemó pasturas y disparó la mortandad de animales, lo cual explica buena parte del fuerte incremento del precio de los alimentos frescos registrado durante febrero. Incluso, redujo la generación hidroeléctrica -cuya producción es más económica y no requiere combustibles fósiles respecto de otras fuentes- por la falta de agua en ríos y embalses”.

Hay 3 cuentas grandes que serán más caras que en 2021

La restricción externa va a seguir operativa en 2022 y es probable que eso afecte a la producción vía limitaciones a las importaciones. “Se mezclan diversos factores que hacen a la disponibilidad de dólares para que la economía pueda crecer: i) los menores volúmenes exportados de la agroindustria; ii) el creciente déficit del turismo internacional; iii) el aumento del rojo energético (que estimábamos trepando por cuestiones internas, antes de la dispara de precios energéticos); iv) el aumento del precio de los fertilizantes, también desatado por la guerra; y v) los desembolsos netos del FMI y del resto de los organismos internacionales multi/bilaterales junto con la meta de acumulación de reservas”, señala el trabajo.

  • En turismo, Equilibra proyecta que el “déficit Ezeiza” prácticamente se duplique en 2022, “pasando de un rojo cercano a US$ 2.500 millones a otro de más de US$ 4.700 millones”.
  • Las divisas necesarias para importar los mismos volúmenes de fertilizantes fosforados y nitrogenados que en la última campaña agrícola treparían casi US$ 2.000 millones adicionales. “Las compras externas de los principales fertilizantes fosforados y nitrogenados ascenderían a US$ 4.750 millones en 2022”, se proyecta.
  • El gran elefante en la sala, obviamente, es la energía. El rojo energético podría superar US$ 5.000 millones en 2022, tras un déficit en 2021 de sólo US$ 630 millones en 2021.

Habrá una tensión natural entre el crecimiento y la meta de acumulación de reservas netas (RIN) en el BCRA, acordada con el FMI. “La principal conclusión es que, si se cumple la meta de acumulación de RIN del acuerdo, no habría dólares suficientes para sostener el nivel de actividad de 2022 (el PIB caería 1%). En cambio, para que la economía no caiga este año, la acumulación de RIN debería ser de sólo US$ 1.800 millones (lejos de la meta de US$ 5.800 millones acordada). En nuestro escenario base, contemplamos una flexibilización (waiver) de la meta de acumulación de RIN (US$ 3.800 millones) por la disparada de los precios energéticos, compatible con una mínima contracción promedio del PIB en 2022 (-0,5%)”, señalaron.

La guerra: suben los IPC, bajan los PIB

Por algunos de los efectos comentados, y otros, el cóctel bélico en Ucrania será “estanflacionario”. 

“En primer lugar, la suba de los precios de las commodities energéticas y alimenticias tendrán un efecto acelerador de la inflación y contribuirán a horadar el poder de compra de los salarios, pegando especialmente en las familias de menores ingresos (que destinan una mayor proporción de su gasto a alimentarse). Esto no sólo da por tierra el rango de inflación anual que esperaba el programa para 2022 (38-48%), sino que generaría un impacto recesivo por caída del salario real (si estos trepan menos de 60% no compensarían la suba de precios de este año). La merma del salario real será especialmente relevante para las actividades no transables -como la mayoría de los servicios- que dependen de la demanda doméstica. El arrastre estadístico positivo que dejaron estos sectores a fines de 2021 es levemente superior al 1%”, dice el reporte. 

Los efectos recesivos también operarán por vía externa. Pese a que aún no hay estimaciones fiables del impacto sobre la economía mundial, “sabemos que el crecimiento global será menor (Europa podría caer en recesión) lo cual debilitará la demanda externa de nuestros productos exportables”. 

A algunos sectores les irá mejor que a otros

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La meta de acumulación de reservas entra en conflicto con el crecimiento

Según el informe, el grupo conformado por actividades no transables cuya producción es difícil de exportar y que no tiene sustitutos importables será el de mejor desempeño. La demanda interna es el principal determinante de su nivel de actividad. “La masa salarial real vale decir, el poder de compra de los salarios multiplicado por la cantidad de gente emplea provee una muy buena aproximación al comportamiento de la demanda interna y, en consecuencia, anticipa muy bien la evolución de este sector”, explican.

Si bien la masa salarial real disminuiría durante 2022, la expansión del gasto por vía del desahorro explicaría la suba de la actividad en las ramas que son “demanda interna driven”. La expansión de ese grupo “se daría gracias a que las familias estarían dispuestas a gastar más en estas actividades -demanda reprimida durante la cuarentena/pandemia- utilizando ahorros, dado que no prevemos una mejora de su ingreso disponible”. La expansión estará eventualmente limitada por la caída del salario real.

Las actividades cuyos niveles de producción están determinados por el lado de la oferta, principalmente transables exportadores netos, serán los más afectados. El ejemplo más nítido de este grupo es el sector agropecuario y un determinante central de su oferta año a año es el clima. 

El sector que agrupa a las actividades que son demandantes netas de importaciones y, por consiguiente, cuyos movimientos sectoriales correlacionan fuertemente con los volúmenes importados también sufrirán. “En los años en que la capacidad de importar de la economía es alta, estos sectores se expanden con fuerza y lo opuesto ocurre cuando las compras externas se contraen. La industria manufacturera como importadora neta de insumos extranjeros y el sector de comercio como importador de bienes finales son dos ramas muy representativas de este grupo”, explicaron.

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