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Informalidad laboral: creció la brecha entre mujeres y hombres

Las mujeres reciben menores salarios y tienen mayor tasa de informalidad. Los desafíos del “techo de cristal”.

En 202 hubo una reducción de la tasa de desocupación en las mujeres jóvenes, per
En 202 hubo una reducción de la tasa de desocupación en las mujeres jóvenes, per
07 marzo de 2022

La recuperación económica en 2021 permitió la reducción de la tasa de desocupación en las mujeres jóvenes, alcanzando el dato más bajo de los últimos cinco años, pero se profundizaron los niveles y la brecha de informalidad respecto a los varones, de acuerdo con un informe del Centro de Economía Política (Cepa) en el marco del Día Internacional de la Mujer.

Por otro lado, también se observó una profundización en la brecha salarial de género y se resaltó las “paredes de cristal” del mercado laboral. Además, el informe del centro de estudios hizo eje en la “masculinización” de la riqueza, otra desigualdad que puede observarse en la economía argentina.

Al respecto, el trabajo aclaró que el análisis sobre las disidencias sexuales no se puede abordar dado que en la actualidad no existen indicadores que excedan las categorías binarias de género (varón/mujer). La construcción de estos indicadores, constituye una necesidad fundamental para realizar un análisis con una perspectiva que considere la diversidad de categorías de “género”.

Más informalidad para mujeres

Con datos del Indec, al tercer trimestre de 2021, para las mujeres de 14 a 29 años, la tasa de desempleo alcanzó el 18% y para los varones, 16,6%. Dada esta situación, se registró una disminución en el diferencial entre las tasas de desocupación de varones y mujeres, que pasó de una brecha de 3,4 puntos porcentuales (p.p.) y 4,7 p.p. en el tercer trimestre de 2020 y 2019 respectivamente, a una diferencia de 1,4 p.p. en el tercer trimestre de 2021.

"En materia de informalidad, la salida de la doble crisis generada por las condiciones macroeconómicas que dejó el Gobierno anterior y la pandemia del Covid-19, implicó recuperación del empleo registrado y también del trabajo informal de forma heterogénea según género", indicó el estudio.

En el caso de los varones, la tasa de informalidad se recortó con respecto a niveles prepandemia (30,6% en el tercer trimestre de 2021 contra 34,2% en el mismo periodo de 2019) mientras que en las mujeres, este indicador volvió al mismo punto que en 2019, al registrarse 36% de informalidad.

Por su parte, en las mujeres, no solamente se sostuvo el nivel de informalidad, sino que se profundizó el diferencial entre la informalidad de varones y mujeres, ascendiendo de 1,8 p.p. a 5,4 p.p. en los períodos analizados.

Brecha salarial

En otro orden, el informe del Cepa abordó las desigualdades en cuanto al ámbito salarial. En principio, se consignó que las mujeres trabajan en general entre 4 y 12 hs remuneradas menos que los varones, según la calificación. Por otro lado, de acuerdo a la Encuesta de Uso del Tiempo del Indec de 2013, las mujeres dedican 3 horas diarias más que los varones a los trabajos de cuidado no remunerado (cuidado de niños, niñas, personas mayores, limpieza, cocina, entre otros).

La desigual distribución de los trabajos de cuidado no remunerado, implica que las mujeres dispongan de menos horas que prestar en el mercado de trabajo remunerado”, explicó el centro de estudios. Esta situación se evidencia al analizar las tasas de actividad: la tasa de actividad femenina al tercer trimestre de 2021 ascendió al 50,4%, mientras que la de los hombres se ubicó en 69%, sosteniendo una diferencia de casi 20 puntos.

Por otro lado, y tal como explicó el trabajo, las horas de trabajos feminizados (que son ocupaciones con carga de cuidado) se encuentran peor remunerados, y ello se expresa en un fenómeno denominado “segregación horizontal” o “paredes de cristal”. Esto implica que las mujeres se enfrentan a una barrera “invisible”, pero absolutamente real, para acceder a puestos jerárquicos y de decisión, que además son los puestos mejor remunerados dentro de cada sector.

Por ejemplo, un trabajo de la Jefatura de Gabinete de Ministros demostró que en la alta dirección pública, la relación es de 44% mujeres y 55% varones, mientras que en los cargos superiores la distancia es de 22% mujeres y 78% varones, la cual es una relación que se sostiene de hace varios años.

En el informe se destacó que, al observar el comportamiento de las brechas de ingreso en el 2021 se puede ver que, al igual que la tasa de informalidad, las brechas en el ingreso personal e ingreso por ocupación principal se mantuvieron en niveles similares a los del 2019.

Al analizar los ingresos por ocupación principal (aquellos ingresos que corresponden a la actividad laboral principal) los varones percibieron 25% más de ingreso que las mujeres. Esta brecha se profundiza a 28,4% cuando se observa el ingreso personal (ingresos laborales y no laborales como pensiones, jubilaciones, cuotas alimentarias, entre otros).

Sin embargo, esta cifra es levemente inferior a la que se registraba en el tercer trimestre de 2019 (29%), lo cual se podría adjudicar a una mejora en el acceso a ingresos complementarios al ingreso laboral para las mujeres.

En otro orden, Cepa recordó que la brecha de ingresos entre las personas asalariadas informales no solo se profundizó respecto al tercer trimestre del 2019 y 2020, sino que alcanzó el mayor nivel de los últimos 5 años. En concreto, los trabajadores informales varones perciben 38,2% más de ingresos que las mujeres. En contraposición, la brecha de los asalariados formales es del 19,6%, manteniéndose en el mismo nivel de los últimos cuatro años y ubicándose en la mitad de la brecha informal.

“Resulta imprescindible y necesario que la recuperación económica contemple no solamente el acceso al mercado de trabajo de las mujeres y diversidades, sino que sea con igualdad y equidad. El acceso no alcanza, si no se promueven a mujeres en puestos con poder de decisión, si no se promueven políticas que distribuyan los cuidados de manera compartida e infraestructuras con perspectiva de géneros, que permitan a las mujeres y disidencias insertarse en el mercado de trabajo formal con salarios dignos”, concluyó el Cepa.

“Masculinización de la riqueza”

Por otra parte, Cepa observó que el impuesto patrimonial a los Bienes Personales y el Aporte Extraordinario de las Grandes Fortunas mostraron la “masculinización de la riqueza” dado que según los últimos datos de 2019 del 100% de las personas alcanzadas por Bienes Personales, el 32,5% corresponde a las mujeres y el 67,5% a los varones.

"Se evidencia una clara distribución asimétrica en la titularidad de los patrimonios según género. Si bien desde el 2009 dicha participación viene incrementándose (era del 26%), aún está lejos de resultar equiparable a la participación de los varones", señaló.

Asimismo, la AFIP publicó a mayo 2021 una desagregación de la recaudación percibida por el Aporte Extraordinario de las Grandes Fortunas en clave de género: el aporte alcanzó a 10.000 contribuyentes, de ese total, el 74% fueron varones que aportaron además el 76% del monto final recaudado, alrededor de $177.000 millones.

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