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Inflación y delivery: los dos desafíos del plan de Milei

Los economistas debaten acerca de la profundidad y la longitud del túnel al que ingresó la economía. Y sobre qué tiene que pasar para que se vean algunos rayos de luz.

El presidente Javier Milei y su hermana y flamante secretaria general de la Presidencia, Karina Milei.
El presidente Javier Milei y su hermana y flamante secretaria general de la Presidencia, Karina Milei. ee
Alejandro Radonjic 04 enero de 2024

La economía está en el pico del fogonazo inflacionario y, siguiendo con la metáfora presidencial, el ajuste está en el momento de mayor oscuridad. Si hay luz al final del túnel, aun no se ve. 

Mientras la espuma baja en los mercados financieros, los economistas debaten acerca de la profundidad y la longitud del túnel. Y sobre qué tiene que pasar para que, cuando se acerque el otoño, la economía esté más estabilizada, con los precios relativos más claros y la población, aun golpeada por el shock (que se suma a una década de disfuncionalidad macroeconómica), perciba algunos rayos de luz en sus retinas.

En diálogo con El Economista, Santiago Manoukian de Ecolatina dice que "uno de los principales desafíos para el programa económico va a descansar en la capacidad de gobernabilidad". 

El analista hace foco en tres planos. "Uno es la representación débil que tiene el partido gobernante en el Congreso y el hecho de no poseer gobernadores. El segundo plano es la necesidad de gestionar la conflictividad social y 'la calle' a través de la relación con sindicatos y movimientos sociales, partiendo de un mercado deterioro socioeconómico y pensando en los impactos distributivos que tiene el programa. Y en tercer lugar, el rol que pueda desempeñar la Justicia en trabar ciertas medidas. Entonces, Congreso, calle y Justicia son las tres palabras claves desde el punto de vista de obstáculos que pueden afectar las expectativas y ese anclaje que quiere lograr el Gobierno, en el marco de un programa económico que descansa, en gran medida, en las expectativas", dice. 

Desde el punto de vista macro, "y de cara al éxito del programa, tiene que seguir estando en el horizonte la búsqueda por desarmar el cepo cambiario e ir a una unificación del tipo de cambio oficial". El avance del programa de reformas y la resolución de los pendientes de la agenda macro, con "avances concretos en el frente fiscal" como principal carta a mostrar, permitirán acercarse a un punto de inicio para implementar un programa de estabilización. 

caputo milei inflacion
 

"Todavía no tenemos un programa de estabilización sino medidas que van preparando el terreno para el éxito de un programa de estabilización. Estamos en una fase prequirúrgica", dice Manoukian.

Para Lorenzo Sigaut Gravina, de Equilibra, un tema clave es qué va a pasar con el dólar porque, arguye, "si el tipo de cambio oficial se mueve sólo 2% mensual durante todo el primer trimestre, vas a estar con atraso cambiario y la situación externa obviamente es muy frágil porque todavía tenés más de US$ 10.000 millones de reservas netas en rojo, deuda con importadores, sin acceso al financiamiento externo y tenés que renegociar con el FMI".

Otra "gran duda" es que todavía falta corregir tarifas y, si se aprueban los aumentos en electricidad y gas, el efecto inflacionario continuará sostenido. "Usar el tipo de cambio de ancla te puede morigerar un poco la inflación, pero puede hacer que toda la competitividad ganada que tuviste se te pierda", advierte. Según Sigaut, será decisivo evitar eso y mantener un tipo de cambio real competitivo, "que es clave para generar dólares, y salir de esta situación tan compleja que existe en la actualidad porque si no después se despierta la brecha".

Desde Econviews, Andrés Borenstein tiene una visión cautelosamente optimista. Si bien reconoce que la devaluación al ritmo del 2% mensual preocupa, cree que es algo que el BCRA "puede cambiar desde febrero".

En diálogo con El Economista, dice: "Para marzo o abril, creemos que los precios relativos ya van a estar bastante alineados. Quizás falten algunas cosas de tarifas. Depende cuál sea el ritmo allí, pero creemos que la inflación va a ser más baja que la que vamos a ver en diciembre y enero. No va a ser baja, va a ser todavía de doble dígito, pero no va a empezar con dos, y probablemente empiece con uno. Por ese lado, bien. En cuanto a riesgos, los estamos viendo ahora. El principal riesgo va a ser político. La capacidad de hacer delivery fiscal, es decir, si no tenés impuestos a las Ganancias y si no tenés retenciones, eso tiene algún impacto en los números fiscales y en la confianza. Por el lado de la baja del gasto, mucho se puede hacer sin ley, pero cuánto demore la Ley Ómnibus y qué quede de la ley son los principales riesgos. El otro riesgo que vemos es de baja probabilidad, pero no imposible, y es que esta suba de precios de diciembre y de enero sea más difícil de controlar".

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