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Heymann: “Argentina tiene una propensión inflacionaria”

Alejandro Radonjic 15 febrero de 2019

Entrevista a Daniel Heymann IIEP de FCE-UBA Por Alejandro Radonjic

El Economista dialogó con Daniel Heymann sobre la inflación y la necesidad de contar con un plan integral para atacarla.

Febrero de 2019 y seguimos hablando de inflación. Todo esto arrancó en 2006-2007. Es todo un dato: ya van trece años. ¿Hubo períodos de inflación, aunque moderadas y sin hiper, tan extensos?

El período 1975-1990 fue para alquilar balcones. La tasa más baja fue 80% y pico. Hay casos en el mundo, también, pero son muy pocos y estamos en el límite. Tenemos propensión inflacionaria. El único momento en que eliminamos la inflación fue con un régimen que no permitía aguantar shocks.

La convertibilidad...

Exacto.

El Gobierno dice que la inflación actual es más sana que la pasada porque tiene a los precios relativos, es decir, dólar y tarifas, más alineados...

Haberse dado cuenta de que la posibilidad de bajar la inflación depende de lo alineado que estén los precios relativos es un avance. Ese reconocimiento estuvo ausente en 2015 y 2016. Pensaban que el efecto del anuncios de las metas de inflación, junto con la política monetaria, iban a cambiar las expectativas y estabilizar las cosas, independientemente de cómo estuvieran los precios relativos.

Y ahora los precios relativos están más alineados. Además, con un torniquete monetario importante. ¿Se puede desinflar más rápido?

Hay que tener la inflación en mente, sin ninguna duda, pero no la pondría como el objetivo principal de la política económica de corto plazo, y menos aún como objetivo único. Y no por preferencias sino por lógica económica. Supongamos que lo haces a costa del nivel de actividad. Ahí te va a sufrir la recaudación, además de ser socialmente indeseable. La recesión está afectando la recaudación y, en parte, es porque estás apretando. Si querés que la dominancia fiscal no te muerda, tenés una situación fiscal en su lugar y para eso necesitás que la actividad te dé base imponible. ¿Qué necesitás para que el nivel de actividad se sostenga? Varias cosas. Una de ellas, y muy importante, es no quedarte sin dólares, es decir, chocar con la restricción externa y para eso necesitás exportar. Es decir, necesitás un nivel de actividad razonable y un Tipo de Cambio Real (TCR) sostenible. Si querés bajar la inflación, tenés que mirar esas variables también.

Varios de sus colegas empiezan a advertir sobre eso...

Si querés reducir el déficit y no tenés capacidad de financiamiento, ¿qué hacés? Si querés sostener una desinflación, tenés que reducir el uso del financiamiento del BCRA, algo que están haciendo, tenés que mejorar la situación fiscal y, como dije, es clave sostener la actividad.

Tampoco está disponible el recurso de potenciar los ingresos tributarios...

No, por eso. Más vale que la base suba y, para eso, es clave el nivel de actividad.

Pero si el Gobierno hace el ajuste a costa del nivel de actividad, algo que no es descabellado pensar, ¿podría bajar bruscamente la inflación?

El efecto de la demanda agregada sobre los precios es indirecto y necesitás mucha fuerza por ese lado para conseguir esa desinflación que mencionás. Supongamos que suben aún más la tasa de interés, eso te enfría la actividad y, potencialmente, te atrasa el tipo de cambio.

Y eso no es sustentable...

Nos pasó varias veces y, en algún momento, te chocás con la restricción externa. Es necesario que la economía real se configure de una manera con la que, ojalá, el nivel de exportaciones crezca y la demanda interna también pueda hacerlo. Si la economía se recupera, vas a tener más aire fiscal y eso te permitirá, a su vez, generar ciertas condiciones para desinflar más allá de algunos meses.

¿Algo de eso ya se está viendo?

A ver. La balanza comercial se está corrigiendo, es cierto, pero, hasta ahora, es producto de la caída de las importaciones por la recesión. Ese es el mecanismo de ajuste clásico nuestro. Hacia adelante, vuelvo a insistir, es aliviar la restricción externa por un crecimiento de las exportaciones. Los números están mejorando, pero hay que ver si hay una nueva tendencia. El tipo de cambio es clave, obviamente y también hay que apuntalar los sectores que pueden tomar impulso exportador rápido. Eso te va descomprimir el mercado cambiario sin necesidad de una política monetaria tan restrictiva.

Imagino que habla de una suba de las exportaciones importante y no en el margen, como se dice...

Sí, números macroeconómicos. En 2011 exportamos algo más de US$ 84.000 millones, pero en los últimos años bajamos a US$ 60.000 millones. No va a ser fácil, pero hay que pegar un salto. Cuando la economía se ponga a crecer, las importaciones van a crecer y te chocás con la restricción externa de nuevo. Pasó en 2014, 2016 y 2018, y hoy no se avizora un crecimiento que no requiera aumentar, a su vez, las importaciones. Es un ciclo del que debemos salir y la inflación es parte del negocio. Hay que ver todo en su conjunto y darte cuenta de que tenés trade-off en el medio. Si no, es frazada corta.

Por eso siempre reaparece una nueva ilusión que nos permita tener un boom exportador para financiar el alto nivel de gasto interno: la soja, Vaca Muerta, el litio...

Es así, pero es necesario ver los hechos sobre la mesa.

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