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El agro amenaza con no liquidar granos si el Gobierno no levanta prohibición

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21 mayo de 2021

El Gobierno oficializó ayer el cierre provisorio de exportaciones de carne vacuna por 30 días debido a la fuerte suba de los precios internos del producto y ante la detección de irregularidades en algunas operaciones de comercio exterior (llamado “rulo de la carne”).

Como medida de protesta, las entidades agropecuarias nucleadas en la Mesa de Enlace iniciaron un cese de comercialización de hacienda hasta el viernes 28 de mayo. Si, en ese lapso, no hay una reapertura de los envíos al exterior, podrían avanzar con otras medidas.

A través de la resolución 75/2021 emitida por el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca, el Gobierno suspendió hasta el 19 de junio la aprobación de solicitudes de Declaración Jurada de Operaciones de Exportación de Carne (DJEC) respecto de los productos cárnicos de origen bovino.

Sin embargo, quedaron exceptuados aquellos envíos que formen parte de cuotas con ventajas arancelarias, como la cuota Hilton, que tiene como destino a la Unión Europea.

Entre los considerandos del decreto, Agricultura destacó que "de conformidad con el actual avance del mercado exportador de carnes, sus precios han experimentado un alza sostenida" y que "esta situación ha generado que los precios internos acompañen los de exportación de la carne vacuna, en un contexto donde el precio mundial de los alimentos ha aumentado significativamente".

Por eso, remarcó que "aceptar sin más la fijación de valores del mercado internacional para alimentos locales que constituyen productos básicos de la mesa de los argentinos y las argentinas implicaría renunciar a los deberes básicos en materia de política económica".

"Bajo esos parámetros, y según lo informado por el Ministerio de Desarrollo Productivo, surge que en materia de comercialización de los productos cárnicos de origen bovino existe una distorsión de precios que superan los índices generales de inflación en materia de alimentos y que impiden el normal abastecimiento de los consumidores y las consumidoras del mercado interno", concluyó el escrito.

Esta medida, que fue anunciada por el presidente Alberto Fernández el lunes, se da en el marco de un fuerte aumento en el precio de la carne, que en abril marcó una suba interanual del 65% y que cerró 2020 con un incremento del 70%, muy por encima del IPC general.

Sin embargo, la decisión oficial también apunta a "ordenar" el mercado de exportación y regularizar determinadas distorsiones originadas por la evasión fiscal o irregularidades en los despachos.

El ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, sostuvo que se han "detectado sistemas de no ordenamiento de un sector exportador, donde hay algunas prácticas que, por lo menos, dan indicios fuertes de subfacturación de exportaciones. Hemos detectado exportadores truchos que estaban exportando, pero no estaban liquidando las divisas".

En ese sentido, explicó que el Gobierno está "buscando un nuevo esquema que funcione con todas las de la ley, donde no haya exportadores truchos, donde no haya maniobras como las que hemos detectado".

"Se planteó básicamente un esquema de 30 días para poder hacer un ordenamiento, para que el sector exportador trabaje en las condiciones adecuadas por la ley. Que se pueda tener una oferta de carne en el mercado interno a precios accesibles" y concluyó: "Esto implica frenar y retrotraer las subas que tuvimos en las últimas semanas para poder tener una oferta competitiva".

Según indicaron a Télam fuentes privadas, hoy se reunirían con funcionarios de esta cartera representantes del Consejo Agroindustrial Argentino (CAA), en especial los vinculados al sector ganadero y frigorífico.

Como protesta ante la iniciativa gubernamental, la Mesa de Enlace, compuesta de la Sociedad Rural (SRA), Confederaciones Rurales (CRA), Federación Agraria (FAA) y Coninagro, inició un cese de comercialización de hacienda hasta el 28 de mayo, aunque la medida podría extenderse de no conseguirse el levantamiento del cierre.

"Este es el comienzo de un paquete de medidas que, si no tenemos una respuesta clara y concreta y que responda a los pedidos del sector, vamos a ir incorporando diferentes metodologías y a otros sectores afectados", advirtió el presidente de CRA, Jorge Chemes, durante una conferencia de prensa brindada el martes.

De hecho, el vicepresidente de la entidad, Gabriel De Raedemaeker, comentó a Télam que "hay una presión muy fuerte de los productores de sumar otros productos al cese de comercialización, especialmente granos”. Sería una pésima noticia para el BCRA que viene comprando bastantes dólares por las liquidaciones.

Por su parte, hoy la Cámara Argentina de Comercio (CAC) se sumó a los rechazos a la iniciativa oficial al aducir "las implicancias negativas que esta medida tiene para las empresas y los trabajadores" del sector, mientras que desde la Asociación de Defensa de los Derechos de Usuarios y Consumidores apoyaron la medida al sostener que "es la única manera de regular la avaricia que atraviesa la comercialización, porque en la mayoría de los casos hay irregularidades muy severas".

Presión ganadera para Kicillof

La relevancia que tiene la ganadería en nuestra provincia amerita que se considere desde el Gobierno provincial los alcances que tendrá esta medida en la matriz productiva provincial”, recordaron los dirigentes bonaerenses de CRA, la Sociedad Rural, Coninagro y la Federación Agraria, en una carta dirigida al gobernador Axel Kicillof. Buenos Aires tiene la mayor parte del stock nacional ganadero.

Primero hay que abastecer al mercado interno y que el resto se exporte”, dijo Kicillof, días atrás, apoyando la medida. Lo mismo con su par Sergio Zillioto de La Pampa, otra provincia muy ganadera.

En cambio, hubo pronunciamientos críticos por parte de varios gobernadores como el santafesino Omar Perotti, el entrerriano Gustavo Bordet, el cordobés Juan Schiaretti y el correntino Gustavo Valdés.

La “magia” de la prohibición

La decisión del Gobierno de prohibir la exportación de carne condujo a varios a analistas a repasar sus Excels para describir cómo impactan esas medidas en las distintas variables.

Juan Manuel Garzón de la Fundación Mediterránea explicó el proceso: “Estos procesos de intervención tienen una dinámica relativamente sencilla: la intervención modifica el destino de la producción de un bien, reasigna producto desde el mercado externo hacia el mercado interno, los precios internos bajan, se logra aumentar el consumo local y todo funciona hasta que?los saldos exportables desaparecen, fenómeno que puede durar más o menos tiempo según la respuesta de la producción al cambio en las condiciones del mercado. En función de la velocidad de respuesta de la producción (afectada por la intervención), los efectos positivos serán más o menos efímeros, mientras que los negativos serán permanentes, al menos hasta tanto se reconstruya el capital dañado. Dado lo anterior es importante que la toma de decisiones de política pública extienda su horizonte temporal, que la ventana de evaluación que se realiza desde la política, dados sus intereses, incluya todos los efectos y cambios que la propia política genera sobre los agentes económicos a medida que transcurre el tiempo y estos adaptan sus decisiones al nuevo escenario. Y para lograr ello, que no es sencillo, en ningún país del mundo, es necesario redoblar los esfuerzos de análisis y comunicación de los efectos económicos completos de las políticas y también la capacidad ciudadana para incorporar toda la información pertinente en su toma de decisiones políticas”, dijo en el informe semanal de la fundación.

Una faena kosher paralizada en Quilmes

Aunque muy lejos de China, Israel es otro gran comprador de carne argentina. Previo al embarque, suele venir un rabino a constatar el proceso y asegurar que sea bajo métodos kosher, lo que incluye trabajadores especialmente contratados para la matanza y otros ritos. Días atrás, mientras un rabino supervisaba el proceso en un frigorífico de Quilmes, debieron suspender todo. En diálogo con el diario La Nación, Martín Kessler, encargado de la organización, contó que no sabía cómo explicarles a sus clientes que por una medida del Gobierno tomada de “manera intempestiva” no iba a poder cumplir con los compromisos pautados. “Cuando los llamé, muchos de ellos me dijeron que directamente busque otros frigoríficos en el Uruguay para proveerlos. Ellos necesitan la mercadería y no confían en la política del gobierno argentino. Tienen una incertidumbre total y no quieren quedarse sin carne para su negocio”, dijo.

“Yo trabajo con dos frigoríficos en Uruguay y ya me puse en contacto con ellos. Los clientes tiene otra realidad y una única manera de manejarse en los negocios, los problemas argentinos les son lejanos”, agregó Kessler.

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