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Alivio externo: precios, lluvias y DEGs

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26 febrero de 2021

Por Ricardo Carciofi Investigador Invitado IIEP FCE-UBA y miembro del CARI

El panorama del sector externo ha experimentado cambios favorables en poco tiempo.

El cuadro de situación que se insinuaba hasta el mes de setiembre de 2020 ofrecía motivos de preocupación. Si bien los precios internacionales relevantes para Argentina se habían recuperado de las caídas sufridas en el primer semestre de 2020 originadas en la pandemia, se mantenían en los niveles promedio de 2019.

A su vez las condiciones climáticas, pronosticaban una campaña afectada por menos lluvias dado el efecto predominante, aunque moderado, de La Niña. Las proyecciones de volumen físico anotaban proyecciones con descensos de hasta 10% para la campaña 2020/21 respecto de la anterior. Pero tal escenario meteorológico estaba sujeto a que, efectivamente, se mantuviera dentro de ese cuadro y que no derivara hacia una sequía pronunciada. No se podían descartar riesgos mayores que, de materializarse, habría de implicar mayores caídas de volúmenes.

La lectura que puede hacerse hoy difiere de manera sustancial de la anterior. Se han dado cita tres elementos que se encuadran dentro de la definición de shock exógeno positivo, es decir, ajeno a las decisiones de política económica y de corte favorable.

En primer lugar, los precios de las principales commodities de exportación de Argentina se incrementaron casi 30% respecto de setiembre. En segundo término, los riesgos de la severidad climática han sido mayormente superados con las lluvias de fines de enero y febrero. Ambos factores permiten prever un aumento de las exportaciones agroindustriales. Y, finalmente, está muy próximo a concretarse la ampliación de los Derechos Especiales de Giro (DEGs) del FMI, una medida que significa un aumento de las reservas del país. La suma de estos efectos implican un alivio de las cuentas externas de cierta magnitud. Veamos cada uno de ellos con mayor detalle.

Precios y exportaciones agroindustriales.

El gráfico I resume el panorama de precios. La serie selecciona las principales commodities de nuestras exportaciones, ponderadas por las participaciones respectivas en el total de ventas externas de las mismas.

El significativo aumento de los precios de las commodities exportadas obedece a un conjunto de razones: reconstitución del stock ganadero porcino de China y en general de un aumento de sus existencias de alimentos, así como aspectos financieros y evolución del dólar. Como se observa, si se mantiene el índice del mes de enero (último disponible), el valor de las ventas externas del complejo agroindustrial está en condiciones de aumentar su aporte de divisas. Cabe señalar que los precios de commodities hoy vigentes son similares a los registrados en 2013 cuando Argentina totalizó exportaciones de US$ 75.900 millones. No obstante, el supuesto acerca de la trayectoria futura de los precios no es menor teniendo en cuenta el contexto financiero global. Caben allí varios interrogantes, entre ellos el reacomodamiento de los mercados al paquete fiscal de la administración Biden actualmente en discusión.

El cuadro I ofrece la proyección de la campaña 2021 realizada por la Bolsa de Cereales de Rosario a fines del mes de enero. El documento aclara que la estimación toma en cuenta los nuevos precios pero sin incorporar una actualización de los volúmenes físicos. Cabe pensar que en la próxima revisión de las perspectivas de cosecha, los rindes, especialmente en soja, serán superiores a los que ofrece el cuadro I. En consecuencia, el cálculo de US$ 10.200 millones sería un piso que sería necesario corregir cuando se confirme el estado de los cultivos derivados de la mejora climática ocurrida en el verano.

DEGs

Al tiempo que se ha producido este aumento de la generación de divisas por el lado comercial, cabe tomar nota de las activas negociaciones en curso para aumentar los DEGs del FMI. La propuesta, actualmente en discusión por el G-20 y que cuenta con el apoyo de la nueva Secretaria del Tesoro de Estados Unidos, supone aumentar en US$ 500.000 millones la emisión de DEGs que luego serían asignados a los países en función de la cuota que poseen en el capital accionario de la institución.

En caso de ser aprobada, Argentina recibiría algo menos del 0,7% de ese monto, lo que representa US$ 3.300 millones s que se acreditarían en las reservas internacionales del BCRA. Una vez concretada la medida y ya en posesión de los DEGs, éstos pueden ser ofrecidos al Fondo en cancelación de deudas con el organismo o canjeados en divisas a otro miembro que desee aumentar sus tenencias de DEGs. La medida sería de rápida concreción. Si existe acuerdo entre los miembros del G-20 tendría altas chances de ser aprobada en la Asamblea Anual del FMI en el mes de abril y estaría operativa poco tiempo después.

Shock positivo y cuentas externas en 2021

Tal como se señala arriba la suma de los efectos por el lado de las exportaciones y por la cuenta capital del balance de pagos, suma un mínimo de US$ 13.400 millones millones. A esto cabría agregar el crecimiento que podría experimentar el resto de la canasta exportadora, especialmente de manufacturas industriales. Este resultado está estrechamente asociado al nivel de actividad de Brasil.

Vale la pena poner en perspectiva estos números haciendo un ejercicio muy elemental de estimación del escenario externo 2021. Para ello conviene concentrar la atención primero en la cuenta comercial a partir de los resultados del balance de bienes 2020.

Partiendo de las estimaciones comentadas arriba acerca del complejo oleaginoso y cerealero corresponde incorporar también el previsible comportamiento de las MOI (manufacturas de origen industrial). En 2020, las exportaciones MOI se contrajeron 30,7% alcanzando un valor total de US$ 13.300 millones. Es plausible asumir que en 2021 se podrían recuperar una gran parte de la pérdida experimentada el año anterior (US$ 6.000 millones). A manera de hipótesis conservadora asumamos que se compensa el 80% de la caída. Esto implicaría MOI adicionales en 2021 por el equivalente de US$ 5.000 millones.

La proyección de importaciones depende, como es sabido, de la expansión de la actividad económica y, por cierto, de cómo operen las medidas de control cuantitativo. Se puede asumir que el PIB crecería 5,5% en promedio respecto de 2020, compatible con el último REM disponible, y considerar una elasticidad de corto plazo de las compras externas equivalente a 3. Cabe señalar que el valor de las importaciones que surge de ese cálculo es similar al registro de 2019. El cuadro II resume los resultados.

Una interpretación del ejercicio

Como en toda proyección, se pueden emplear otros supuestos y se arribará a números diferentes. No obstante, el ejercicio ayuda a entender mejor el posible escenario de la balanza comercial de bienes. De allí se desprenden un par de conclusiones de interés. En primer lugar, si se mantienen los precios actuales, la balanza comercial permitiría una recuperación importante del nivel de reservas. En segundo lugar, dicha mejora podría operar junto a una administración más flexible de las importaciones, lo cual implicaría resolver ciertos cuellos de botellas que se presentan en el abastecimiento de insumos de varios sectores productivos.

Hasta aquí no hemos mencionado el posible uso de los DEGs. Claramente el alivio de la cuenta comercial es de gran ayuda pero no resuelve todos los problemas. Argentina debe negociar un nuevo programa con el FMI para atender no sólo los vencimientos de este año, sino principalmente los que ocurren en 2022 y 2023. Pero entre tanto, los DEGs adicionales podrían utilizarse para cubrir eventuales pagos al FMI mientras se concluye la negociación.

En síntesis, lo que traduce el análisis anterior es que Argentina ha recibido un shock exógeno que resulta de considerable ayuda para transitar el frente externo en 2021. Pero con esto no alcanza. Más aún, sería equívoco asumir que esta mejora del contexto internacional es suficiente para impulsar el dinamismo exportador que necesita Argentina. En éste y otros frentes existen enormes desafíos que es necesario resolver y la política económica debe añadir lo suyo. Para ello se requiere un programa macroeconómico integral que despeje el horizonte para la inversión y el crecimiento.

https://ricardocarciofi.com.ar/

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