La lujosa mansión ubicada en Highland Park, al norte de Chicago (Illinois, Estados Unidos), fue adquirida en 1991, pero sigue siendo un dolor de cabeza para Michael Jordan hasta el día de hoy.
En 2012, la puso a la venta pero no encontró a nadie que la quisiera comprar. Fue tal la desesperación de “Su Majestad”, como lo llaman a Jordan, que ya redujo su precio a la mitad.
En un comienzo la propiedad se puso en venta en US$ 29 millones, luego bajó a 21 millones, a 16 millones hasta llegar a los 14,8 millones de la moneda estadounidense en la que está publicada hoy en día.
En 2015, el agente que trabajaba para vender la casa en ese momento prometió que el comprador también recibiría todas las zapatillas “Air Jordan” en su talle, pero no funcionó.
La casa cuenta con muchos lujos, pero hay motivos que impiden que encuentre compradores.
El mejor basquetbolista de todos los tiempos, contrató a la empresa de subastas Concierge Auctions para que concretara la venta, pero tampoco tuvo éxito. Es por eso, que medios estadounidenses y europeos la denominaron la “mansión embrujada”.
Además, la mansión es tan particular y se adecua tanto a la personalidad de Jordan que el comprador tendría que hacer muchos arreglos.
La lujosa mansión se ubica a orillas del lago Michigan y cuenta con más de 5.000 metros en su interior y 2.8 hectáreas en su exterior. Entre muchos otros lujos más, tiene 9 habitaciones, 15 baños, una cancha de básquet y otra de tenis, un salón de fiestas, un bar, un casino, un gimnasio de primer nivel, dos teatros, una cancha de golf, una sala de cine, un lago para pescar, un garaje para 14 autos, y una sala específica para fumar con mesas de poker.
Además, al ingresar a la propiedad se puede ver que el portón lleva el mítico Nº 23, el histórico dorsal que defendió con Chicago Bulls y que consiguió seis anillos entre 1991 y 1998.