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“Una buena parte de la devaluación ya se hizo”

Entrevista a Martín Tetaz

20 noviembre de 2015

(Entrevistado por Facundo Matos Peychaux)

Un debate central entre los economistas es cuál será el pass-through de la devaluación a precios cuando se libere el tipo de cambio. ¿Qué cree?

Depende de cómo se haga la salida del cepo. Mi postura es que no necesariamente el pass-through va a ser de la magnitud de lo que fue en 2014 ni va a ser total. En ninguna de las devaluaciones en Argentina el pass-through fue del 100%. Esta idea de que, si se devalúa 50%, el traslado a precios va a ser del 50% no resiste la menor mirada a la Historia Argentina. Potencialmente puede ser mucho menor, de no más del 5%.

¿Por qué?

En primer lugar, porque buena parte de los precios de la economía están seteados a un dólar más alto. La primera manera de ver eso es que hay un importante sector de la economía que tiene restricciones cuantitativas a las importaciones. Esas barreras, en la práctica actúan exactamente igual que un arancel. Y como hay una equivalencia en la cual una devaluación es igual a un arancel más un subsidio a las exportaciones, una parte de la devaluación ya se hizo por la vía de las restricciones. Entonces, para muchos sectores de la economía con muchas barreras, como textiles o autos, buena parte de la devaluación ya se hizo.

¿Y en los sectores con menos restricciones?

Van a ajustar en función de cuánto representa el componente transable en góndolas, que en algunos casos, como en el de alimentos, es menos del 10%. Lo mismo que pasa con las importaciones sucede con las exportaciones. Los ROE y las retenciones lo que hacen en la práctica es equivalente a una gran apreciación cambiaria. Entonces, así como hay para las importaciones un dólar cercano a los $ 14 en la práctica, el dólar que recibe el exportador hoy es el equivalente al que recibiría en un mercado libre con el dólar a $ 6 o $ 7. Si el tipo de cambio pasa a ser de $ 16, el aumento de los productos que exportan sería del 100%. Ahora bien, ¿cuánto impacta en góndola eso? Si la formación de expectativas es correcta y se coordina con las grandes cadenas de supermercados, se hace un trabajo ordenado y se muestra que hay un plan consistente, en alimentos, por ejemplo, representan 10% del precio en góndola como máximo. Con lo cual algo que salía $ 100 va a salir $ 110 como máximo.

¿Los insumos industriales no están siendo importados a un dólar barato?

Sí, pero es un valor engañoso. El problema es que no los consiguen ingresar al haber restricciones cuantitativas. Si yo digo que no se pueden entrar más de cien heladeras, los que sí puedan la van a entrar sin ningún problema y a precio natural. Pero eso no implica que la restricción de cantidades no haya generado presión sobre el resto de las heladeras del país. Han protegido al productor local que compite con las importaciones con un mecanismo cuantitativo que tiene los mismos efectos que una devaluación, de manera que si devaluás y sacás las restricciones a las importaciones, el efecto equivale a dejar las cosas como están para el importador que tiene trabadas las importaciones. En cambio, en un sector que no tiene tantas restricciones, como la industria farmacéutica, ahí sí va a haber problemas y la devaluación va a pegar. Es rubro a rubro el impacto.

¿El productor va a querer bajar los precios en un contexto en el que otros estén remarcando para arriba?

Lo va a tener que hacer a la fuerza porque si no van a caer sus ventas. Y si no bajan, lo que va a haber es una recesión en esos sectores. Ahí es donde digo que tiene que ser coordinada la devaluación. Porque si el proceso de formación de expectativas es como en 2014, muchos por las dudas van a ajustar, y si todos los precios están puestos por arriba de la capacidad de compra de la gente, arriba de la relación de paridad con el dólar y la relación monetaria que hay entre pesos y dólares en la economía, el resultado va a ser una recesión. Por eso no le tengo tanto miedo a la inflación pero sí a la recesión que podría haber en los sectores que formen incorrectamente sus expectativas.

¿Qué debería tener una devaluación ordenada para formar correctamente esas expectativas?

La clave central es que el dólar llegue rápido a un valor alto y luego empiece a bajar. Lo ideal sería un pequeño over-shooting del dólar saliendo del cepo entre el 10 y el 30 de diciembre y que después pase todo enero bajando y, en febrero, la gente se convenza de que el dólar no puede bajar más y tengas un ingreso masivo de dólares desde el exterior y de los argentinos que tienen sus dólares en el colchón.

¿Cómo se hace el over-shooting sin reservas en el Banco Central? Porque los dólares vendrían recién después de hecha la corrección cambiaria.

Claro, la clave ahí es que cualquier corrección primero debe ser en los flujos y después en los stocks. Es imposible liberar el cepo a los stocks el 10 de diciembre porque necesitarías tener US$ 30.000 M más para aguantar la salida o sacar $ 200.000 M de la economía con una alternativa de bonos o una licitación bien armada para formar una curva de tasas de interés que sea razonable y previsible. Pero es algo que va a demorar uno o dos meses y, por eso, para stocks el cepo no se va a poder liberar tan rápido.

¿Cómo se evita el costo social de una devaluación de shock?

Los costos los está provocando el atraso cambiario, que está generando un parate en la economía que hace que no haya creación de empleo. Si tenés un primer semestre de reacomodamiento y a partir del segundo la economía se recupera rápidamente, hay fuertes inversiones y la gente vuelca sus dólares a la economía, lo que menos vas a tener es un costo social.

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