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Bitcoin en El Salvador: por ahora, el “experimento” no convence

¿Servirá el Bitcoin para hacer crecer la economía salvadoreña y eliminar la palabra “default” que empieza a aparecer en el horizonte?

Nayib Bukele.
Nayib Bukele.
Héctor Rubini 09 mayo de 2022

En septiembre del año pasado, El Salvador adoptó el Bitcoin como segunda moneda de curso legal junto al dólar estadounidense. Se lanzó con una fuerte publicidad oficial, activamente impulsada por el presidente Nayib Bukele, junto con la aplicación “Chivo Wallet”, la billetera electrónica creada por el Gobierno para pagos en bitcoins y dólares sin abonar comisiones. 

Como incentivo para su uso, el Gobierno mismo entregaba a quien instalara en su celular esa aplicación un “bono” de U$S 30 en bitcoins y descuentos para la compra de combustibles en torno de 8% del precio (30 centavos de dólar por galón). 

La Ley Bitcoin estableció la obligatoriedad de su aceptación como medio de pagos, salvo para quienes no tienen acceso a las tecnologías requeridas para uso de dicha criptomoneda. 

Por otro lado, el artículo 5 de dicha ley establece que la moneda de referencia para fines contables es el dólar.

Al cabo de los primeros meses de este experimento, la aceptabilidad del Bitcoin como medio de pago comparable al dólar estadounidense parece estar bastante lejos de los anuncios rimbombantes del Gobierno salvadoreño del año pasado. 

En un trabajo publicado pocas semanas atrás por el National Bureau of Economic Research (“Are Cryptocurrencies Money? Bitcoin as Legal Tender in El Salvador”, NBER Working Paper 29968) el economista argentino Fernando Alvarez, y dos coautores, David Argente y Diana Van Patten, presentaron algunos datos a partir de un muestreo de 1.800 familias que dejan serias dudas sobre la aceptabilidad del Bitcoin como “moneda” en sus primeros siete meses de vida:

  • El 50% de los entrevistados sólo utilizaba efectivo (dólares) como medio de pago antes del lanzamiento de Chivo Wallet.
  • El 70% no estaba bancarizado y el 90% no utilizaba servicios de banca online, y en el país sólo el 64,6% de los salvadoreños tenía acceso a Internet y el 68% sabía de la existencia de Chivo Wallet.
  • Menos del 60% de la población habría descargado dicha aplicación, y después de percibir el “bono” de U$S 30, sólo el 20% de los usuarios la siguió utilizando.
  • Prácticamente todas las descargas de esa billetera electrónica se realizaron el año pasado (el 40% en septiembre de 2021) y muy pocas en 2022.
  • De acuerdo a los encuestados el principal determinante para no descargar la aplicación es la preferencia por usar efectivo por la falta de confianza en el sistema o en el Bitcoin, y a su vez, la principal razón por la cual no utilizan Bitcoin es que simplemente “no lo entienden”.
  • Sólo el 5% de los salvadoreños pagó impuestos con Bitcoin.
  • No hallaron evidencia del uso de Chivo Wallet para la recepción del exterior o transferencia al extranjero de remesas en gran escala, y tampoco sobre nuevos usuarios en el primer trimestre de este año.
  • Entre los usuarios de Chivo Wallet sólo el 10% redujo el uso de dólares en efectivo para sus gastos y el 11% disminuyó el uso de tarjetas de débito o crédito después de haber descargado la aplicación.
  • Sólo el 20% de las empresas acepta Bitcoin como medio de pagos, y son principalmente las más grandes (en el decil superior en términos de tamaño de empresas).
  • En promedio sólo el 11,4% de las empresas realizan ventas que cobran en Bitcoin, y respecto de los montos facturados, sólo el 4,9% es en Bitcoin.
  • El 88% de las empresas transforman los ingresos por ventas en Bitcoin en dólares, no guardan esos saldos en la Chivo Wallet.
  • Tanto los proveedores de la aplicación como varios organismos oficiales salvadoreños (Casa Presidencial, Banco Central de Reserva y Superintendencia del Sistema Financiero) se mostraron renuentes a proveer información para esta investigación.

En su investigación, Alvarez et al. hallaron una muy alta elasticidad de sustitución entre Chivo Wallet y otros medios de pago, y bastante mayor a la de efectivo y tarjetas de pago para viajes vía Uber en México. Esto sugiere que el inicio del experimento salvadoreño podría haber sido menos decepcionante con una campaña de información y educación previa. Esto también surge de otras encuestas y estudios que atribuyen al flojo debut del nuevo régimen a otros factores:

  • Escasa educación financiera.
  • Problemas técnicos iniciales de la “Chivo Wallet”, junto a denuncias de casos de robo de identidad y de bitcoins en octubre y noviembre del año pasado, que debilitaron la confianza en la aplicación.
  • La escasa o nula información sobre cuánto invirtió realmente el Gobierno en este proyecto, y/o cuántos bitcoins ha adquirido.
  • La volatilidad y tendencia bajista del Bitcoin desde mediados de noviembre pasado, que ha fortalecido la demanda como reserva de valor del dólar respecto del Bitcoin.

La realidad muestra un inicio bastante decepcionante como mecanismo de inclusión financiera. Ciertamente hay aspectos de implementación que no pueden mejorarse de un día para otro, pero es claro que el experimento no arrancó con el pie derecho. 

La evolución de los próximos meses permitirá tener más claro el horizonte y determinar su éxito o fracaso. 

Mientras tanto, los números macro “no cierran” y luego de que el 19 de octubre pasado superar los 1.000 puntos básicos, el riesgo país de la deuda salvadoreña inició un sendero alcista que lo ha llevado en las últimas dos semanas a oscilar en torno de los 2.000 puntos básicos. 

La semana pasada la calificadora Moody's redujo la nota para los bonos del Gobierno de El Salvador de Caa1 a Caa3, por excesiva deuda interna de corto plazo, financiamiento externo insuficiente para afrontar vencimientos de la deuda externa, falta de un plan financiero creíble y subordinación de su estrategia financiera a criterios políticos. 

Un diagnóstico que probablemente comparta el FMI, organismo con el cual el diálogo está prácticamente roto desde enero. Habrá que ver si esto seguirá así. La invasión rusa a Ucrania forzó a postergar la emisión de un bono por U$S 1.000 millones para financiar una “ciudad Bitcoin” y no se observa interés real por deuda salvadoreña. 

¿Servirá el Bitcoin para hacer crecer la economía salvadoreña y eliminar la palabra “default” que empieza a aparecer en el horizonte? Habrá que verlo. Por ahora los hechos muestran claramente que el experimento monetario con el Bitcoin no arrancó con el pie derecho.

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