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Irma Argüello: "Las armas nucleares poseen un riesgo por sí mismas"

Consideró que "hay muchos desafíos por la simple razón de que el contexto internacional se ha deteriorado, como sucede con Ucrania, Irán, y Taiwán"

"Argentina está en una situación especial por la calidad de su diplomacia y por las credenciales que ha obtenido como actor de no proliferación"
"Argentina está en una situación especial por la calidad de su diplomacia y por las credenciales que ha obtenido como actor de no proliferación"
Damián Cichero 10 agosto de 2022

Desde el pasado 1° de agosto, y hasta el 26 de este mes, se desarrollará en la sede de la ONU, en Nueva York, la Décima Conferencia de las Partes, encargada de examinar el Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares (TNP).

Este tipo de conferencias se lleva a cabo cada cinco años desde que entró en vigor el TNP en marzo de 1970. Sin embargo, la edición de 2020 debió ser aplazada por la pandemia del coronavirus. 

La finalidad del TNP, del cual forman parte 191 países, es, como su nombre lo indica, evitar la proliferación de las armas nucleares. Pero hay cinco miembros que formalmente las poseen: EE.UU. Rusia, China, Reino Unido y Francia.

Estos cinco países, que desarrollaron sus armas antes de que entre en vigor el TNP, fomentaron la firma del mismo con la excusa de seguir evitando la proliferación, aunque su verdadero objetivo era evitar que nuevos países alcanzaran su estatus. 

A estos hay que sumarles a India, Pakistán, Israel y Corea del Norte, que también poseen este tipo de armamento, pero no son firmantes del TNP. 

En este sentido, según estimaciones del Instituto Internacional de Investigación para la Paz, actualmente la cantidad global de ojivas nucleares es de unas 12.700. 

Los objetivos de la conferencia

Más allá de los objetivos generales de este tipo de eventos, la Conferencia se da en un momento muy particular ya que, tras varios años de relativa tranquilidad, numerosos conflictos han estallado. 

En diálogo con El Economista, Irma Argüello, experta en Seguridad Internacional y fundadora y presidenta de la Fundación de No Proliferación para la Seguridad Global, consideró que “hay muchos desafíos por la simple razón de que el contexto internacional se ha deteriorado, como sucede con Ucrania, Irán, y Taiwán”. 

Según Argüello, “el principal tema de discusión será el desarme, lo cual está amparado en el artículo 6 del TNP y es constantemente exigido por los miembros que no poseen armas. Pero esto obviamente no ha pasado y, en la actualidad, casi todos los países están actualizando sus arsenales”. 

  • Esta situación se debe a que “las armas nucleares en las doctrinas de seguridad son vistas como una pieza esencial, por lo que ni en el corto ni en el mediano plazo los países se desharán de ellas. Sin embargo, el número se ha reducido considerablemente desde las 60.000 ojivas que había en la Guerra Fría”.

La entrevistada también explicó que, durante la Conferencia, “se revisarán todos los aspectos del tratado, su cumplimiento y cómo se está llevando adelante. También se analizará si necesita algún tipo de modificación, aunque esto último es muy poco probable porque se requiere consenso”.

Hace un par de días, durante la inauguración del evento, António Guterres, secretario general de la ONU, consideró que “hoy, la humanidad está a solo un malentendido, un error de cálculo de la aniquilación nuclear”.

Consultada sobre esta cuestión, Argüello explicó que “las armas nucleares poseen un riesgo por sí mismas, independientemente de las intenciones de sus poseedores. Por ello, existen muchos peligros subyacentes que tienen que ver con posibles incidentes no deseados”. Y agregó que “un ejemplo de estos son las posibles malas interpretaciones de los países, que pueden llegar a creer que están siendo atacados cuando esto no es así, o por la simple decisión de una sola persona de no cumplir o entender una orden. Además, no podemos dejar de mencionar el problema del acceso a estas armas, ya que grupos terroristas podrían adquirirlas en países con baja seguridad”. 

Asimismo, destacó que “tampoco se puede descartar la intencionalidad, ya que, en conflictos como el de Ucrania, en donde un país como Rusia ha traspuesto tantos límites, siempre está la duda sobre si podrían o no utilizar sus armas nucleares”.

El rol de Argentina

Una de las particularidades de esta edición es que será presidida por Argentina, en la figura del embajador Gustavo Zlauvinen, lo cual refuerza el papel del país en la materia.

Para Argüello, “la Argentina está en una situación muy especial y muy privilegiada por la calidad de su diplomacia y por las credenciales que ha obtenido como actor de no proliferación”. 

En este sentido, destacó el desarrollo del reactor nacional CAREM, el cual “ya no necesita sistemas de seguridad externos porque tiene propios, que son independientes de la mano del hombre. Son sistemas de seguridad pasivos que representan una gran mejora y ponen a la Argentina entre los líderes de lo que son los reactores modulares y de última generación”.

Respecto al papel de Zlauvinen, la experta señaló que tendrá la difícil tarea de evitar que los diplomáticos de otros países se retiren a la hora de que sus pares rusos expongan. 

Además, recordó que otros de los actores más importantes de la Conferencia será el argentino Rafael Grossi, que actualmente dirige el Organismo Internacional de Energía Atómica y sobre quien indicó que “ha potenciado significativamente al organismo y hoy en día tiene un papel esencial tanto en Ucrania, para mantener la seguridad en las instalaciones nucleares en la región, como en el control de la evolución del programa nuclear de Irán”. 

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