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Entrevista

El hundimiento de la fragata Ardent

El Economista dialogó con el vicealmirante retirado Benito Rotolo, que participó directamente en el hecho

La fragata Ardent fue impactada por 24 bombas y se hundió a las pocas horas.
La fragata Ardent fue impactada por 24 bombas y se hundió a las pocas horas.
01 abril de 2022

El heroísmo de las fuerzas argentinas, reconocido a nivel mundial por expertos militares de distintos países, permitió presentarle una dura batalla al Reino Unido

Entre muchas de las historias del desempeño de los combatientes argentinos, sin dudas, una de las más importantes fue la del hundimiento de la fragata británica Ardent. 

En diálogo con El Economista, Benito Rotolo, vicealmirante retirado, que participó directamente de ese hecho, nos cuenta en primera persona sus vivencias durante este hecho histórico.  

Junto con el politólogo José Enrique García Enciso, Rotolo publicó el libro “Malvinas: cinco días decisivos”. 

¿Cómo se enteró del inicio de la guerra? 

En aquel momento, yo tenía el grado de teniente de navío e integraba la unidad 3.a Escuadrilla Aeronaval de Caza y Ataque, conformada por aviones A4Q, los cuales se habían comprado en la década del 70 para integrar el grupo de ataque del portaaviones 25 de Mayo. Para nosotros, Malvinas fue una sorpresa. Nadie preparó una guerra ni se adiestró para ella. Ni bien se recuperaron las islas, las primeras instrucciones que se daban decían que esto se había llevado a cabo para llamar la atención del Reino Unido, pero que nadie iba a ir a una guerra. De todas formas, el problema fue que nunca se pudo implementar el retiro, ya que hubo una gran conmoción nacional por la recuperación de las islas y se empezó a pedir en todos los sectores públicos y políticos que las tropas permanecieran allí. Eso nos dio a nosotros la pauta de que la situación no estaba bien porque Thatcher dijo que teníamos que irnos o las iba a recuperar militarmente. 

¿Estaba preparada la Armada argentina para enfrentarse a una potencia naval como la del Reino Unido?

Se creía que, debido a los submarinos nucleares británicos en la región, que doblaban en velocidad a la flota argentina, no había posibilidad de que nuestra flota saliera a enfrentar a la inglesa. Sin embargo, el 30 de abril, una parte de su flota se acercó al portaaviones Invencible, lo que nos permitió salir a nosotros a mar abierto. Argentina poseía una Armada oceánica de segundo nivel, pero que, con buques nuevos y viejos, tenía un buen adiestramiento. Aunque no se podía comparar con la flota británica que, en aquel momento, era la tercera del ranking mundial. Teníamos dos destructores, el Hércules y el Santísima Trinidad; tres corbetas A69 misilísticas, el crucero Belgrano y el portaaviones 25 de Mayo. Además, estaban los destructores Bouchard, Piedrabuena y Py, de la Segunda Guerra Mundial. 

¿Cuál fue su misión más importante? 

Fue el 21 de mayo, en el estrecho de San Carlos. El día anterior empezó el desembarco británico en las islas. Nosotros nos habíamos dividido en dos grupos de seis pilotos para trabajar con seis aviones, con seis bombas cada uno, aunque, por diferentes complicaciones, terminamos saliendo con cuatro. Ese día, cerca de las 14 horas, despegamos desde la Base Aeronaval Río Grande, en Tierra del Fuego, en dos grupos de tres aviones cada uno, con una diferencia de 10 minutos. La misión era encontrar un buque o ir hacia el norte y atacar. Finalmente, se escucha que el primer grupo descubre una fragata y la atacan, aunque luego fueron interceptados por una sección de aviones Harrier y fueron derribados. Ante esa situación, nos recostamos sobre el lado izquierdo de la isla Soledad y llegamos a la bahía de Ruiz Puente, donde vimos un buque, el cual resultó ser el mismo que habían atacado los tres primeros aviones. Al vernos, los británicos nos empezaron a disparar desde las costas. Sin embargo, pudimos pasar por encima del buque y lanzarle las 12 bombas que teníamos.  Cuando estábamos a 120 millas de la Base, nos preguntaron por los tres primeros aviones. Obviamente no habían regresado y asumimos que los habían derribado. Sin embargo, dos de los tres pilotos pudieron sobrevivir. Entre los dos ataques, ese día la fragata británica Ardent recibió el impacto de 24 bombas, dañándola seriamente, lo que provocó que se hundiera en la madrugada del día siguiente. 

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