El Indec informó ayer que el desempleo representó durante el segundo trimestre del año al 9,6% de la población económicamente activa y alcanzó a 2,1 millones de personas. Ese dato perforó el 10% por primera vez desde 2019, quedando por debajo del 13,1% del mismo período de 2020 y del 10,2% de primer cuarto del 2021.
En principio, era esperable una mejora en la comparación anual debido a que en ese período del año pasado comenzó la cuarentena más estricta para mitigar los efectos de la pandemia. En cuanto a la variación trimestral, la cantidad de desocupados se redujo 0,6 puntos porcentuales (p.p.) porque hubo un recorte de la Población Económicamente Activa (PEA) que se reflejó en la tasa de actividad: cayó 0,4 p.p. y quedó en 45,9%.
“Presumiblemente, la tasa de actividad fue afectada por las restricciones para contener la segunda ola de contagios. De hecho, no hubo creación de empleo durante el período abril-junio. Así, los 83.000 trabajadores que dejaron de estar desempleados durante ese lapso, lo hicieron porque abandonaron el mercado de trabajo y no porque encontraron un empleo”, explicó la consultora LCG.
Cabe aclarar que la cantidad de ocupados fue de 41,5%, 0,1 p.p. por debajo del primer trimestre (41,6%) y 8,1 (p.p.) arriba del segundo cuarto de 2020 (33,4%). “Esperamos que esos empleos perdidos vuelvan en tanto la actividad repunte en lo que resta del año y amplifiquen el crecimiento del empleo”, dijeron desde Ecolatina.
En tanto, la subocupación demandante, que comprende a la gente que trabaja menos de 35 horas semanales y quisiera cambiar de trabajo, aumentó al 8,5% contra el 5% del segundo trimestre del año pasado. Por su parte, los “no demandantes” vieron una baja al 3,9% contra el 4,6% que marcaban en el mismo lapso anterior.
Para la consultora Ecolatina, el empleo se movió en línea con lo que sucedió con la actividad económica durante el tramo abril-junio que mostró una desaceleración respecto a enero-marzo (-1,4%). “Encontramos un estancamiento en el nivel de empleo, observando la tasa y la cantidad, que van en línea con la dinámica del PIB”, indicaron.
Por rama de actividad
Al observar la composición de la población ocupada por rama de actividad, el Indec destacó que, en la comparación interanual, el rubro construcción aumentó su participación en 1,6 (p.p.), de 6,9% a 8,5%; transporte, almacenamiento y comunicaciones en 0,7 puntos, de 7,3% a 8,0%; otros servicios comunitarios, sociales y personales en 0,7 puntos, de 4,8% a 5,5% y hoteles y restaurantes, en 0,6 puntos: de 2,8% a 3,4%.
En base a estos números, el Indec calculó que la cantidad de desocupados fue de alrededor de 1.273.000 personas en el segundo trimestre, frente a una población económicamente activa de 13.254.000 en condiciones de trabajar en los principales centros urbanos. Extrapolando a la población total el dato del organismo estadístico, que corresponde a los 31 aglomerados urbanos relevados por la Encuesta Permanente de Hogares (EPH), los desocupados fueron 2,1 millones en el período analizado.
Además, el informe dio cuenta también que se redujo fuertemente el ausentismo, producto del Covid-19 entre ambas mediciones. Cuando operaban a pleno las restricciones para combatir la pandemia alcanzaba al 21,1% y esa tasa bajó al 4,8% entre abril y junio de este año, a pesar del golpe de la segunda ola.
Por región
A nivel regional, el Gran Buenos Aires (GBA) y la región Pampeana siguen despuntando con las tasas más altas de desempleo, todavía por encima del 10%. Dentro del GBA, el desempleo en el Conurbano Bonaerense llegó a 10,5%, concentrando el 46% de los trabajadores desocupados del país.
En tanto, haciendo foco por jurisdicciones, los niveles de mayor desocupación se anotaron en Santa Rosa, la capital de La Pampa, con el 13,3%; seguido por Tucumán y Córdoba, ambas con el 12,4%; Rosario, 11,8%; Mar del Plata 11,6%; Rawson-Trelew, 10,7%; Salta 10,4%; y el Gran Buenos Aires, donde se concentra casi un tercio de la población del país, con el 10,2%.
Más datos
Al analizar las poblaciones específicas, la tasa de desocupación entre los varones, se ubicó en 9%. Entre las mujeres, la tasa de desocupación fue de 10,4%, presentando en este caso un descenso de 1,9 puntos respecto al trimestre anterior (12,3%). Si se hace foco en la población de 14 años y más por sexo, la tasa de actividad de las mujeres fue de 48,4%, mientras que la de los varones fue de 69,1%.
A nivel geográfico, la región Cuyo presentó la mayor tasa de actividad en el segundo trimestre del año con el 47,9%, seguida por la región Pampeana (47,0%). Por el contrario, las regiones Patagonia (42,9%) y Noreste (42,5%) presentaron las menores tasas de actividad.
Del total de trabajadores ocupados en el período, el 72,6% son asalariados, de los cuales 31,5% no tienen descuento jubilatorio, por lo que desarrollan sus tareas de manera informal. En tanto, el 23,2% son trabajadores que laboran por cuenta propia; el 3,7% son patrones o dueños de los emprendimientos y el 0,5% corresponden a trabajadores familiares sin remuneración.
El informe detalló también que en el segundo trimestre del año el 17,9% de los ocupados realizó sus tareas desde sus viviendas, de manera remota, en medio de la segunda ola de coronavirus. De este subtotal, entre los ocupados asalariados, el 9,5% utilizó sus propias maquinarias/equipos para realizar su trabajo de manera online.
En el plano educativo, el 31% de los trabajadores cuenta con secundario incompleto, el 26,4% con secundario completo, el 42,6% presenta un nivel entre superior y universitario (completo o incompleto). En cuanto al nivel educativo de las personas desocupadas, 34,1% cuenta con hasta secundario incompleto, 30,8% cuenta con secundario completo, y 35,1% presentan nivel superior y universitario (completo o incompleto).
¿Qué podemos esperar?
Ecolatina consideró que la salida de la pandemia encuentra un mercado laboral débil. “La recuperación del empleo se asoció a modalidades de mayor precariedad, algo vinculado a la necesidad de incorporar ingresos que apuntalen o complementen el poder adquisitivo de las familias” expresaron y agregaron que “esto cobra relevancia si tenemos en cuenta que durante el segundo trimestre la inflación fue bastante mayor a lo esperado, especialmente en lo que refiere a alimentos”.
Para LCG, la recuperación de la actividad, neta del arrastre estadístico, será acotada este año, y el que viene difícilmente logre despegar. “Así, no debería esperarse un marcado repunte en creación de empleo, máxime considerando que muchas empresas mantuvieron sus nóminas por el alto costo de entrada y salida”, estimaron.
En paralelo, la consultora considera que es de esperar que la oferta laboral revierta la baja y avance en la medida que el poder adquisitivo obligue a buscar ingresos complementarios dentro de los hogares. “Sin una recuperación del empleo que pueda absorber una oferta laboral creciente, no somos optimistas respecto a una rápida reducción del desempleo, y proyectamos registros de dos dígitos incluso hasta fines de 2022”, apuntaron.
En tanto, Matías Ghidini, General Manager de GhidiniRodil, dijo ante El Economista que la tendencia es a recuperar empleo, aunque no con grandes mejoras. “Vemos que el efecto pandemia ya está pasando en el mundo del trabajo, pero estamos volviendo a un mercado de trabajo prepandemia, que igualmente es débil, mediocre y todavía tiene asignaturas pendientes”, sostuvo.
El especialista señaló que no podemos saber la dinámica informal, “que fue la más castigada”, y concluyó que “la preocupación por la desocupación parece sólo un spot de campaña y, después de noviembre, no se vislumbran acciones concretas que modifiquen el escenario”.
