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¿Quién va a ganar las elecciones de EE.UU.?

Tanto la tendencia norteamericana a la reelección de sus presidentes como la aplastante victoria de Trump en las primarias republicanas nos obligan a no descartar los escenarios que hoy aparentan ser menos probables.

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02 noviembre de 2020

Por Augusto Salvatto (*)

Diversos estudios sociales comprueban que la capacidad de los “especialistas” de predecir resultados no es superior a la de cualquier otra persona. Desde un partido de fútbol hasta el resultado de una elección, las predicciones fallan, y especialmente cuando quienes las hacen (creen que) conocen demasiado bien el tema que del que hablan.

La milenaria obsesión humana de conocer anticipadamente el futuro puede llevarnos a realizar las preguntas equivocadas. ¿Quién va a ganar? No tenemos idea. O, mejor dicho, “los especialistas” no tenemos más idea que cualquier otro mortal. Ahora bien, ¿qué puede pasar?...bueno, quizás aquí tenemos algo más que decir.

Ante todo, pedimos sinceras disculpas al lector que haya entrado a esta columna para conocer la respuesta a la pregunta que planteamos en el título. Pero ya que hemos llegado hasta aquí, lo invitamos a conocer tres posibles escenarios sobre qué podría suceder. Algo es algo.

1. Victoria aplastante de Joe Biden

Si las encuestas tienen razón, y efectivamente los demócratas logran una importante victoria en los Estados clave, el trámite se resolvería rápido: Donald Trump no tendría mucho margen para denunciar fraude, y el nuevo Presidente alcanzaría, mediante el apoyo popular, la legitimidad y fortaleza que le costó demostrar durante toda la campaña. Esto incluso sería un escenario ideal para Biden hacia adentro de su propio partido, donde tampoco la tendrá fácil en el caso de que llegue al Salón Oval de la Casa Blanca.

La clave para que esto suceda está en los 130 electores que se dispersan por Florida (29), Pennsylvania (20), Ohio (18), Michigan (16), Georgia (16), Carolina del Norte (15), Wisconsin (10) y Iowa (6). Si los demócratas obtienen 26 de esos 130, ya no hay más que decir. El martes podemos ir a dormir temprano.

2. Victoria ajustada de Biden o Trump

Acá es cuando la cosa se pone interesante. Una victoria ajustada de cualquiera de los dos candidatos podría abrir una caja de Pandora en Estados Unidos. En primer lugar, Biden, Trump, e importantes figuras políticas norteamericanas, como el expresidente Barack Obama, han agitado de un modo u otro el fantasma del fraude. Tanto es así, que más de la mitad de la población cree que efectivamente podría haber un resultado fraudulento: algo inédito en la democracia más longeva y estable del mundo.

En el caso de que esa victoria sea ajustada, se bifurcan distintas posibilidades. La más conflictiva de ellas implicaría que, debido al voto por correo, no sepamos quién asumirá la presidencia el próximo 20 de enero por varios días. Incluso, podría darse la situación de que una aparente victoria republicana el martes, se transforme en una victoria demócrata tras el conteo final.

La incertidumbre y la confusión podrían entonces volverse protagonistas. Movilizaciones callejeras de un lado y del otro, acusaciones cruzadas de fraude, y mercados a la baja, completarían un cuadro digno de una elección al sur del río Colorado. Vaya paradoja.

Hay que decir, por último, que este escenario es el más probable de todos, pero a la vez, aquel cuya evolución es más difícil de predecir, ya que dependerá en gran parte de los mensajes de ambos candidatos durante la noche electoral. Y a juzgar por lo visto en el primer debate, no parecería ser un escenario muy esperanzador.

3. Victoria aplastante de Trump

Por último, pero no por ello menos importante, este escenario es efectivamente el más improbable de todos. Pero? ¿Por qué descartarlo? ¿Acaso las encuestas no daban también una victoria de Hillary Clinton en 2016? La respuesta en este caso sería “sí pero no?”. En los Estados clave, a diferencia de lo que sucedía hace cuatro años, Biden estaría alcanzando 50% de la intención de voto (muchos, de hecho, ya votaron). En 2016, Clinton no lograba alcanzar ese número en los estados disputados. En 2020, parecería que Trump no solamente tiene que convencer indecisos, sino que convencer votantes de Biden. Difícil.

Sin embargo, tanto la tendencia norteamericana a la reelección de sus presidentes como la aplastante victoria de Trump en las primarias republicanas nos obligan a no descartar esta posibilidad. El Partido Republicano apuesta a una masiva afluencia de votantes el martes en los estados clave de manera presencial, donde podría encontrarse la clave para una eventual victoria del magnate.

Por todo lo explicado, y en base a la información que hoy tenemos, y parafraseando al ex DT británico Ron Atkinson, vamos a hacer una predicción para mañana: puede pasar cualquier cosa.

(*) Politólogo (CEI ? UCA)

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