Según el nuevo WEO del FMI, el PIB de Argentina terminará el año 11,8% debajo del nivel de 2019. Eso implica un empeoramiento de dos puntos contra el -9,9% estimado meses atrás, además de la mayor caída para Argentina en décadas. Incluso peor que el -10,8% de 2002.El -11,8% es la misma cifra exacta que el último REM del BCRA. Según el FMI, el 11,8% criollo ubica a Argentina en el top-10 de caídas para 2020 si se contemplan países con más de 3 milones de habitantes.
El grupo lo encabeza Libia con -66,7% y lo cierra Ecuador, con -11%. Argentina está 9°, arrancando desde abajo. Para 2021, el organismo ahora prevé un crecimiento de 4,9%, un punto más que en el WEO previo.
Por suerte, Argentina zafó de estar en otro top-10 no positivo: el de la inflación. Allí, Venezuela lidera con un lamentable 6.500% anual para 2020. El FMI se excusó de dar su pálpito para la nominalidad de Argentina porque, dijo, depende “en gran medida” del nuevo programa que ambas partes están empezando a negociar. Sin embargo, un repaso por los datos muestra que, en gran medida, la inflación no es un problema en el mundo (cuanto menos, por ahora). Ciertamente, no puede decirse lo mismo en Argentina, que también integra ese lote. El FMI tampoco señaló cuál será el resultado fiscal, con el mismo argumento.
Con respecto al saldo de la cuenta corriente, el organismo proyecta que se ubicará en torno a 0,7% del PIB en 2020 y 1,2% en 2021. Positivo, en ambos casos. Es todo un dato dado que la última crisis cambiaria de 2018-2019 se produjo con un rojo de cuenta corriente en la zona de 5% del PIB. Eso sugiere que las pulsiones devaluatorias actuales tienen más que ver con la confianza sobre el rumbo del país que con fundamentos técnicos de equilibrio externo.
Sobre el desempleo, las estimaciones del organismo indican una tasa de 11% para 2020, que se reduciría hasta 10,1% para 2021. Números verosímiles para un mercado laboral rígido, con pocas oscilaciones.
