Como consecuencia del coronavirus, la OCDE recortó en medio punto su pronóstico de crecimiento de la economía global en 2020 que sería de 2,4%, mientras que en noviembre lo había estimado en 2,9%.
La proyección se basa en que la epidemia alcanzará en China su punto más alto en el primer trimestre del año y que luego se irá controlando y que no se extenderá significativamente a otros países. Sobre esos supuestos, la OCDE estima que en 2021 la economía mundial crecerá 3,3%. Pero los números cambiarían si la epidemia se expande, porque en ese caso, la expansión este año sería de sólo el 1,5%.
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Los pronósticos de crecimiento fueron corregidos a la baja en casi todos los países. En el caso de China, ahora se espera que el PIB suba 4,9%, el porcentaje más bajo en muchísimos años. Estados Unidos crecería 1,9%, lejos del 3% que se había fijado como objetivo Donald Trump.
Más complicada aún es la situación de la zona euro que crecería sólo el 0,8% este año y no se espera un rebote para 2021 ya que su mantuvo el pronóstico de suba del PIB en 1,2%.
Por otra parte, la OCDE, no hizo cambios en las proyecciones para Brasil que tendría una expansión de 1,7% este año y de 1,8% el que viene. Mientras que el PIB de Argentina (el único país con contracción económica de todos los analizados por la OCDE) caería 2% en 2020 (antes esperaba 1,8%), pero subiría 0,7% en 2021.
La OCDE también advierte sobre la necesidad de una respuesta coordinada por parte de los gobiernos y los bancos centrales, sobre todo si se da el escenario más pesimista. En ese sentido serían necesarias políticas de estímulo monetario, pero fundamentalmente de tipo fiscal teniendo en cuenta que las tasas de interés ya están muy bajas en varios países.
