Los indicadores de la economía de China fueron algo mejores a lo esperado. El PIB subió 6,4% en el primer trimestre del año repitiendo la marca del cuarto anterior. En 2018, el crecimiento alcanzó a 6,6% por lo cual la desaceleración de la economía no fue tan pronunciada como se temía.
A ese desempeño contribuyó una fuerte expansión de 8,5% de la producción industrial en marzo. Las ventas minoristas, por su parte, subieron 8,7% en el tercer mes del año y también hubo un aumento de 6,3% de la inversión en activos fijos en el primer trimestre de 2019.
Los analistas entienden que la mejora en los datos es consecuencia de las medidas de estímulo que adoptaron las autoridades chinas a las cuales se agregaran otras para alentar el consumo. Por otra parte, la posibilidad de lograr un acuerdo comercial con Estados Unidos contribuyó a generar un mejor clima económico. Así lo reflejaron los mercados dado que la Bolsa de Shanghái subió 24% en el primer trimestre de 2019 y continúa con su rally alcista en abril.
Los pronósticos de una desaceleración de la economía mundial se basaban, entre otros motivos, en una peor performance de la economía china. También se deterioraron los pronósticos para la zona euro y Estados Unidos. Pero la respuesta de los gobiernos y los bancos centrales frente a ese escenario permitirá que el segundo semestre del año sea mejor que el primero.
