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Las dudas que quedan en pie para la pelea electoral de 2019

Descartada la posibilidad de desdoblar las elecciones bonaerenses y unificadas las porteñas, queda todavía una serie de indefiniciones importantes en los distintos espacios

31 enero de 2019

La gobernadora María Eugenia Vidal confirmó esta semana algo que era previsible, más allá del misterio abierto al interior mismo de Cambiemos: que la provincia de Buenos Aires elegirá a sus representantes en el Ejecutivo provincial, en las intendencias y en la Legislatura el mismo mismo día que las elecciones presidenciales. Lo propio haría Horacio Rodríguez Larreta con las elecciones porteñas. También el oficialismo anticipó en estos días que tanto el presidente Mauricio Macri como los gobernadores de las provincias que administra Cambiemos irán por la reelección. Salvo el caso de Mendoza, por cierto, donde lo impide la Constitución provincial. Y diez provincias fijaron calendarios distintos al nacional, ya sea porque lo dispone así su legislación, por costumbre o por especulación política. Con gobernadores que, en la mayoría de los casos, van por la reelección.

Entre los supuestos que despuntan está la configuración del principal polo opositor alrededor de Cristina Kirchner, que sería candidata presidencial. Y la integración de un espacio peronista distante del kirchnerismo que tiene varios precandidatos con pretensiones, pero sin capacidad de mover el amperímetro ni de trascender más allá del límite de sus distritos o de sus ámbitos acotados de influencia. Entre ellos, el gobernador salteño Juan Manuel Urtubey, el dirigente del Frente Renovador, Sergio Massa y el economista Roberto Lavagna, que pide como condición ser la única expresión de ese universo. En ese sentido, parece difícil que puedan generarse condiciones para una gran primaria opositora con el kirchnerismo incluido, pero sí es probable que Cristina pueda conquistar la adhesión de un sector de ese peronismo federal, incluyendo a algunos gobernadores.

Y entre las confirmaciones y los supuestos, quedan incertidumbres y definiciones por delinear. Por un lado, las dudas sobre el calendario, con Mendoza como principal exponente de este ítem. Por el otro, las dudas respecto de los mecanismos para elegir a los candidatos, como sucede en Córdoba con Cambiemos. Por último, las dudas respecto de los candidatos mismos que atraviesan a distritos importantes como Santa Fe, Entre Ríos o Mendoza.

Cuestión de fechas

Luego de que Vidal desechara desdoblar las elecciones provinciales, en consonancia con lo que pretendía el jefe de Gabinete, Marcos Peña, y en contra de la sugerencia de los intendentes de Cambiemos en el conurbano, las principales incógnitas respecto de las fechas de elecciones se dan en las provincias gobernadas por el oficialismo nacional. Tanto Mendoza como Jujuy tienen abierto el calendario y pujan entre varias posibilidades. En el encuentro a principios de año entre el presidente Mauricio Macri y los gobernadores de esos distritos se barajó la idea de unificar, casi como orden de cumplimiento excluyente. Pero las indefiniciones persisten por lógicas propias de esos distritos y por la necesidad de Cambiemos de intercalar alguna victoria entre una posible seguidilla de triunfos peronistas.

En la ciudad de Buenos Aires, donde el oficialismo es más que optimista ante una oposición fragmentada, sin candidatos taquilleros y escasa iniciativa, los condicionantes estaban dados por la naturaleza del sistema electoral mismo, que establece en 50% el mínimo necesario para evitar el balotaje. Una vara demasiado alta. La experiencia de 2015, cuando Martín Lousteau, apoyado por un sector que confluía a nivel nacional en Cambiemos, estuvo cerca de dar el batacazo, es lo que el jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, pretende evitar. El año pasado, la Legislatura le otorgó la potestad de poner unificar, algo que estaba vedado. El jefe de Gobierno hará uso de ella..

En cuanto al resto de las provincias, quedan varias incógnitas todavía. Lucía Corpacci definió ayer que Catamarca votará el mismo día que las nacionales. De manera sorpresiva, si se quiere. Pero quedan por confirmar los calendarios de Tucumán, de Tierra del Fuego y de Misiones. Mientras que es más que probable que Formosa y Santa Cruz voten con las nacionales. En ambas, los canidatos están definidos. Lo mismo que Salta, donde se adelantarán las primarias, pero no las generales.

Cuestión de mecanismos

Donde están establecidas las primarias abiertas, la oferta electoral de oficialistas y opositores parece ordenarse con mayor facilidad. En la mayoría de los casos, por cierto. El caso prototípico parece ser el de Santa Fe, que tendrá primarias (el 28 de abril) altamente competitivas en dos de las tres fuerzas que pelearán la gobernación: en el peronismo, entre el senador nacional Omar Perotti y la exvicegobernadora María Eugenia Bielsa, y en Cambiemos, donde el intendente de la ciudad capital José Corral no puede lograr subordinar a sus pretensiones al dirigente del PRO Federico Angelini. Al ganador de esas internas lo esperará en las generales (del 16 de junio), el socialista Antonio Bonfatti por el Frente Progresista Cívico y Social.

En tanto, el caso de irresolución es el de Cambiemos en Córdoba, que parece caminar hacia una interna abierta no querida por la Casa Rosada, en una provincia como la mediterránea, de alto simbolismo, para la fuerza del presidente Macri: allí tuvo su primera experiencia como frente electoral y fue clave para el triunfo de 2015. Mientras el intendente de la ciudad capital, Ramón Mestre, pretende definir la reyerta a través de elecciones, el diputado nacional Mario Negri busca hasta agotar las posibilidades un acuerdo (a través de un combo de encuestas) que evite la confrontación. Sin definiciones todavía, todo parece indicar que el 17 de marzo (fecha tentativa, por ahora) se enfrentarán en una interna entre radicales que puede dejar más de un herido. De todas maneras, las encuestas muestran que Juan Schiaretti tiene muchas posibilidades de ser reelecto. En La Pampa, mientras tanto, hay una ley que obliga a los partidos a convocar a internas para definir a sus candidatos y bajo esa norma competirán radicales y macristas el 17 de febrero.

Cuestión de candidatos

Al peronismo kirchnerista le quedan por definir candidatos en dos territorios importantes. En la Ciudad tiene varios, pero sin que logren ganar simpatías extendidas. Incluso, internas. Nombres repidos, en la mayoría de los casos. Además tiene todavía el reto de ratificar la unidad enhebrada en 2017 en Unidad Porteña con el progresismo no K. Y, si es posible, ampliarla. En tanto, en la provincia de Buenos Aires el desafío es cristalizar en una fórmula la buena performance que tiene Cristina Kirchner en casi todas las encuestas. Sobre todo, en el conurbano. Verónica Magario, intendenta de La Matanza, el distrito más populoso de la provincia, aparece como una de las opciones pero también puede ser Martín Insaurralde. Axel Kicillof, de recorridas frecuentes por el territorio, en tanto, aparece como otra opción.

En cuanto a Cambiemos, la ronda de candidatos sin que la balanza logre inclinarse hacia uno de ellos atraviesa a varias provincias. Más de las que la Casa Rosada hubiera considerado recomendable. En Mendoza, por caso, Cornejo no tiene reelección por restricción constitucional y la pugna por sucederlo al interior del oficialismo ya preocupa a más de uno. Su ministro Martín Kerchner y el intendente de la capital, Rodolfo Suárez, son dos posibilidades que evalúa. Mientras que Omar De Marchi, intendente de Luján de Cuyo y dirigente del PRO, aparece una alternativa que pone nerviosos a los radicales.

Entre las indefiniciones y los frentes abiertos que persisten en Cambiemos están Entre Ríos, Tucumán y Catamarca. En la provincia litoraleña, Cambiemos no tiene precandidatos de peso. Descartado el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, y cuestionado Sergio Varisco, con varias denuncias en la Justicia, aparecen el diputado nacional Atilio Benedetti y el intendente de Chajarí, Pedro Galimberti, ambos radicales, y el actual intendente de Basavilbaso y presidente provincial del PRO, Gustavo Hein. En Tucumán, el economista y exministro de Hacienda, Alfonso Prat-Gay, mostró sus intenciones, con varias recorridas a cuestas, y también algunos recelos de radicales y peronistas integrantes de Cambiemos que no lo sienten como “propio”. Entre ellos, José Cano y Domingo Amaya, que compartieron la fórmula que fuera derrotada por Juan Manzur, en 2015, y pretenden repetir este año. La senadora nacional Silvia Elías de Pérez, es otra de las posibilidades, con visto bueno de un sector del Gobierno. En Catamarca, en tanto, el radical Eduardo Brizuela del Moral, dos veces gobernador y diputado nacional; el peronista Raúl Jalil, intendente de San Fernando del Valle, aparecen como los mejor posicionado, pero son los únicos del espacio.

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