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Todas las miradas puestas en las tasas

Más allá de la lógica económica, que sugiere que no es el momento de bajar tasas, Sturzenegger conoce la demanda política

08 enero de 2018

Sobre lo que más se va a hablar en los mercados en las próximas semanas es sobre la decisión  que tomará mañana el BCRA con sus tasas de interés.  Hay distintas opiniones porque entran en colisión distintas lógicas. Desde el punto de vista económico, y observando la trayectoria del BCRA, no parece lógico aflojar la política monetaria justo dos días antes en que se conocerá el índice de inflación de diciembre, que será uno de los peores en mucho tiempo. Y en enero y febrero los precios, ajustes de tarifas mediante,  tampoco anticipan buenas noticias.

Bajar la tasa en este contexto sería contradictorio con todo el discurso de Federico Sturzenegger de los últimos años. Pero, por otra parte, hay muchos sectores del Gobierno preocupados por cierta desaceleración del nivel de actividad que, obviamente, no quieren que se profundice.  Y, precisamente, la movida de cambiar las metas de inflación tuvo como objetivo permitir la baja de tasas y, según esa lógica, que la economía crezca a un ritmo mayor.

Si Sturzenegger mantiene las tasas, contra el deseo de un sector del Gobierno, recuperaría algo de su imagen de independencia que quedó fuertemente dañada cuando fue el ministro de Hacienda el que anunció el cambio de la meta. El Gobierno quiso dar imagen de coherencia y que todas las áreas vinculada a la gestión económica trabajan en la misma dirección. El precio que se pagó para transmitir ese mensaje fue deteriorar el proyecto de un BCRA autónomo, que muchos economistas consideran un lujo que la economía todavía no puede darse.

Por otra parte, más allá de la retórica, el BCRA siempre atendió a las necesidades políticas. El caso más reciente fue cuando salió a frenar una brusca suba del dólar pocas semanas antes de las primarias.  Sturzenegger siempre sostiene que hay que acostumbrarse a la flotación y que el “dólar algunas veces sube y otras baja”. Pero en esa oportunidad le hicieron saber que esos razonamientos son para épocas normales y que, cuando hay elecciones cerca, el dólar no puede subir. En ese momento, el BCRA acató y podría volver a hacerlo ahora para no desairar a un Gobierno que dio señales claras de que pretende tasas más bajas.

¿Qué piensa Mauricio Macri de la situación? Está claro que lo valora mucha a Strurzenegger y lo quiere fortalecer porque, además, comulga con la idea de un BCRA autónomo. Pero también está claro que le dio luz verde a “sus ojos, sus oídos y su inteligencia”  para que alteraran la meta de inflación como paso previo a un cambio en la política monetaria. Final abierto.

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