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Reforma

Transformación política en debate: los desafíos del nuevo sistema que plantea la Ley Ómnibus de Javier Milei

Los analistas Facundo Cruz, Carolina Tchintian y Miguel de Luca dieron su mirada sobre los puntos centrales de la reforma política que propone el gobierno de La Libertad Avanza, a fin de evaluar la factibilidad del proyecto

Elecciones argentinas.
Elecciones argentinas.

En diciembre, el presidente Javier Milei presentó al Congreso el proyecto de ley de "Bases y Puntos de Partida para La Libertad de los Argentinos", también conocida como "Ley Ómnibus".

El proyecto que deberá ser tratado en sesiones extraordinarias plantea, entre otras cosas, una reforma electoral con cambios sustanciales: pretende derogar las PASO, modificar la composición de Diputados e implementar un sistema de circunscripciones uninominales, etc.

El politólogo Facundo Cruz señaló que los impactos en términos democráticos de esta transformación política son difíciles de medir ya que "el sistema partidario está fluctuando, y no sabemos la dinámica y el formato que va a tener en el futuro". 

Eliminación de las PASO

Las PASO fueron establecidas a instancias del kirchnerismo en 2009, y su derogación requiere de un amplio consenso político, ya que exige la aprobación de al menos 129 diputados y 37 senadores.

La investigadora principal de Instituciones Políticas del Cippec, Carolina Tchintian, planteó que los objetivos de la implementación de las primarias fueron "democratizar la vida interna de los partidos políticos y ordenar la oferta electoral a través de la construcción de opciones más claras para los votantes". Sentenció: "Estos objetivos se cumplen y las PASO como mecanismo de selección de candidatos funciona". 

Por ese motivo, Tchintian afirmó que "el debate debe concentrarse en discutir una alternativa consensuada que consolide los avances logrados por las PASO y, al mismo tiempo, garantice un mejor cumplimiento de las premisas que le dieron origen". 

Entre las propuestas para conservar las primarias, la investigadora detalló "la posibilidad de integrar la fórmula presidencial luego de las primarias para fortalecer las coaliciones e incentivar la competencia; reducir la extensión del período electoral para evitar la fatiga cívica y la percepción de pérdida de poder del partido oficialista y; la participación de la justicia electoral en la oficialización de listas internas para ofrecer mayores garantías a los posibles competidores". 

Por otra parte, Cruz aseguró que las PASO hoy funcionan como corset "porque ayuda a que distintos espacios políticos se unan para competir conjuntamente, y que la oferta política sea más reducida y se comprime la competencia política"; y como un filtro "porque quedan para la elección general las opciones son verdaderamente competitivas".

Por ello, explicó que la derogación de las PASO requeriría "una transición en términos legales: habría que elevar los requisitos para el reconocimiento de los partidos de distrito, la cantidad de distritos que se necesitan para formar un partido nacional y la cantidad de firmas que se exige para que los partidos tengan reconocimiento jurídico". Así, se buscaría que "no sea tan fácil crear partidos políticos". 

Representación en Diputados 

Respecto a la composición de la Cámara baja, la iniciativa reduciría la cantidad de representantes de 16 distritos, eliminaría el piso mínimo de 5 diputados por provincia, y aumentaría fuertemente las bancas de Buenos Aires.

El politólogo Miguel de Luca explicó que la "deformación en la representación legislativa" recibe el nombre de "malapportionment", cuyo efecto es "la desigualdad del voto en razón del lugar de residencia: los electores de determinadas zonas tienen un voto con mayor valor (y por lo tanto ejercen en la práctica una mayor influencia) que los de otras regiones".

Si bien aseguró que se trata de un desequilibrio que debe ser corregido en el Parlamento, sostuvo que "parece poco probable que aquellos legisladores y partidos favorecidos por su existencia (y que constituyen una mayoría) apoyen una revisión que merme su poder político. Más todavía cuando el gobierno encaró el tema con un estilo de confrontación con el Congreso".

Respecto a la transición hacia este nuevo sistema, Cruz afirmó que "habría que discutir los principios de la reasignación de bancas". Planteó que "el actual sistema compensa a las provincias chicas en su relación con las provincias grandes: si se va a quitar ese mecanismo de compensación, entonces habría que pensar de qué manera las provincias más chicas pueden tener alguna representación que equilibre con otros distritos".

Circunscripciones uninominales

La iniciativa busca pasar a un sistema de elección por circunscripciones uninominales para la designación de diputados nacionales, que implica dividir el territorio de cada provincia en tantas partes o circunscripciones como bancas a elegir en la Cámara baja. Cada partido político presentaría un único candidato por cada circunscripción y en cada una de ellas se elegiría a un único representante por simple mayoría.

De Luca explicó que la principal ventaja de este sistema es "proveer gobernabilidad, porque fabrica una mayoría legislativa". Pero aclaró que "varias de sus consecuencias, aceptadas y consideradas legítimas en los países donde funciona, no son evaluadas positivamente ni por la política ni por la academia en el resto del mundo".

En esa línea, se refirió a cinco efectos. "Primero, sus resultados pueden presentar distorsiones importantes, al punto de otorgarle más bancas a un partido con menos votos que otro partido. Segundo, puede dejar sin ninguna banca a un partido que obtuvo un nivel relevante de apoyos en todo el país (un 20%, por ejemplo) pero no logró ganar en ningún distrito uninominal. Tercero, a nivel de las circunscripciones, empuja a la competencia entre sólo dos partidos: votar por terceros, cuartos o quintos se convierte en un "voto perdido" y desalienta el apoyo a partidos minoritarios".

Y continuó diciendo: "Cuarto, el trazado de los distritos puede ser objeto de manipulación partidaria (gerrymandering) para favorecer a un partido y licuar los votos de los rivales. Quinto, imposibilita o dificulta la representación paritaria como la que tiene Argentina e incluso hasta la aplicación de cuotas. Los países que usan un sistema de representación proporcional cuentan con muchas más mujeres parlamentarias que los que usan distritos uninominales".

Por su parte, Cruz explicó que con esta reforma LLA busca "reforzar su posición después del balotaje". Y estimó que el cálculo del oficialismo implica trasladar el piso de alrededor del 50% de los votos alcanzados a nivel nacional hacia las elecciones legislativas en distritos uninominales, para así lograr "una posición de enorme fortaleza en la Cámara de Diputados". 

Sin embargo, estimó que ese cálculo lleva consigo el error de "asumir que los votos obtenidos de un balotaje son todos votos propios". El politólogo sostuvo que en ese porcentaje cuenta con un plus de alrededor del 25% de sufragios producto de la "lógica mecánica" de la segunda vuelta electoral: "el que pierde y se queda sin representación en ese balotaje traslada su voto a la opción menos peor que le conviene, sino hubiera votado esa opción en la primera vuelta".

Además señaló que "generalmente, los países que han implementado estas reformas han pasado de sistemas proporcionales a sistemas mixtos antes que a sistemas uninominales directos". Y detalló que "el sistema mixto combina representantes que son elegidos por reglas proporcionales con representantes que son elegidos por reglas mayoritarias en distritos uninominales". 

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