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Panorama

Reflejos históricos y políticos: Menem y Milei en la arena argentina

Menem y Milei comparten similitudes en su capacidad para captar la atención y el respaldo popular.

Menem y Milei comparten ciertas similitudes en su capacidad para captar la atención y el respaldo popular.
Menem y Milei comparten ciertas similitudes en su capacidad para captar la atención y el respaldo popular. .
Marcelo Carignano 29 agosto de 2023

Las tapas de los diarios de 1989 reflejaban una crisis "sin precedentes" en un país que acababa de pasar por dos períodos de violencia estatal brutales: la primera, con un gobierno peronista entre 1973 y 1976 y la segunda entre 1976 y 1983, con una dictadura militar. 

La economía derrumbada, la falta de una política energética seria, recesión e inversiones inexistentes, vecinos armados por los saqueos, conformaban un potaje burbujeante que salpicaba a cada argentino. 

Unos meses antes de la debacle que terminó con el Gobierno de Raúl Alfonsín, una figura inusual se abrió paso en las filas del Partido Justicialista que, en ese momento, tenía un actor importante y tradicional como Antonio Cafiero. 

Lo hizo con slogans fáciles de recordar y que no necesitaban de mayor explicación. Y, una vez que estuvo en el poder, sintetizó su campaña en una frase: "Si yo decía lo que iba a hacer, no me votaba nadie".

Carlos Saúl Menem era carismático, irreverente y un outsider en el sentido de que tenía la "pinta" de un caudillo del 1800. Llegó a ser presidente en dos oportunidades y cerca estuvo de un tercer mandato, tras decidir bajarse del balotaje en 2003. 

En estos términos, es posible comparar al riojano con Javier Milei. 

Milei es menemismo 3.0 y un producto del Siglo XXI, donde el reconocimiento se obtiene en segundos. Basta con que se viralice un fragmento de video, una foto, un meme, un audio que se pueda vincular a la persona. 

No es indispensable el talento, la experiencia ni saber argumentar una posición, cualquiera sea. 

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A diferencia de Menem, Milei obtuvo su fama rápido y no necesitó atravesar internas de un partido.

A diferencia de Menem, Milei obtuvo su fama rápido y no necesitó atravesar internas de un partido: le bastó con las redes, la televisión y el acierto de canalizar la voz de gran parte de los argentinos en forma de gritos. No es poca cosa en un ámbito en el que se repite siempre la misma situación: políticos hablando entre y para ellos. 

Además, como mencionamos, está su condición de muchacho del exterior: detrás de él no hay nada en términos de "carga política" y no existe una historia de gestión sobre la cual se pueda practicar una crítica como a sus rivales, Patricia Bullrich y Sergio Massa.

En los meses previos a las PASO, el economista palermitano adelantó diversas medidas que tomaría un eventual Gobierno suyo. Algunas con un poco de sustento, otras con el singular objetivo de azuzar la brasa electoral. Incluso, los anuncios recientes en los tiempos de la plataforma política de Milei (dolarización, vouchers educativos, reducción de la planta estatal, por nombrar algunos ejemplos) pueden compararse con el "si decía lo que iba a hacer...".

Carlos Saúl Menem dijo despupes de la campaña:
Carlos Saúl Menem dijo despupes de la campaña: "Si yo decía lo que iba a hacer, no me votaba nadie".

Es que Milei sabe muy bien acumular la queja y encauzarla de manera tal que el contenido y la resonancia de su discurso impactan de forma directa en el votante. Lo hizo en 2018, cuando acompañó al sindicalismo de Hugo Moyano en una marcha en contra de Cambiemos, y lo repitió los años siguientes de diversas maneras. Siempre con un mismo denominador: el concepto de "casta" para referirse a la clase política. 

La idea es atractiva para el receptor, porque ubica la culpa en un solo depositario. Para el votante, que queda libre de culpa y cargo de cualquier competencia en las sucesivas crisis socioeconómicas, el término casta se vuelve demasiado tentador para racionalizar esta falaz afirmación, y por eso no la rechaza.

Es más: pone al político del otro lado de la frontera de la sociedad, lo aliena, lo quita del mapa social. Por lo tanto, la responsabilidad de haber construido un país trágico durante 80 años, recae sobre "ellos", los políticos, la casta.

Hablamos de políticos (hoy, aunque no quiera ser tildado de tal, Milei lo es) pero en realidad queremos destacar al votante. ¿Qué pretende al colocar el sobre en una urna? ¿Busca un mesías? ¿Un salvador? ¿Un personaje omnipotente que traiga dólares, asado, que encienda la perilla de la economía, baje la pobreza a cero o haga "un país en serio" por el solo hecho de ser

Gran parte del sufragio es emocional, está claro. Pero, ¿qué hay detrás de esa emoción? ¿Fe ciega? ¿Esperanza en un cambio? Cualquiera sea la respuesta, todavía más si la cuestión emocional queda de lado y es reemplazada por el análisis, el resultado es siempre responsabilidad de quienes votamos. 

En retrospectiva, la historia política argentina se repite en ciclos, ofreciendo variaciones contemporáneas de figuras carismáticas y disruptivas. Menem y Milei comparten ciertas similitudes en su capacidad para captar la atención y el respaldo popular, rompiendo con las convenciones políticas establecidas. 

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La habilidad de ambos para presentar soluciones aparentemente sencillas a problemas complejos les otorgó un seguimiento ferviente, como si fueran líderes redentores capaces de transformar la Nación con presteza y celeridad; lo que configura un acto de seducción que plantea cuestionamientos profundos sobre la responsabilidad y el discernimiento del electorado. 

Lo cierto es que, más allá de las dinámicas populares, la construcción de un país resiliente y próspero exige una participación consciente y una evaluación crítica de los candidatos y sus propuestas.

Todo sobre las elecciones presidenciales 2023

La Cámara Nacional Electoral (CNE) publicó el padrón definitivo para que los ciudadanos puedan ver qué establecimiento y mesa les tocó para votar el domingo 22 de octubre en las elecciones generales. CONSULTÁ ACÁ.



Las elecciones son el domingo 22 de octubre y, en caso de que sea necesario un balotaje, será el domingo 19 de noviembre.

En las elecciones 2023, se elegirán un nuevo Presidente, se renovará la mitad de la Cámara de Diputados y un tercio del Senado. Además, a nivel provincial, se elegirán nuevos gobernadores, intendentes y legisladores (+información).


La apertura del acto electoral se realizará a las 8 de la mañana y el establecimiento se cerrará a las 18 horas. No obstante, podrán votar luego de las 18:00 horas los/as electores/as que aguardaban su turno antes de ese horario.


-Libreta de enrolamiento/libreta cívica

-DNI libreta verde

-DNI libreta celeste

-Tarjeta del DNI libreta celeste, que contiene la leyenda "No válido para votar"

-Nuevo DNI tarjeta

El ejemplar del documento debe ser igual o posterior al que figura en el padrón. No se permitirá el voto de ciudadanos/as cuyo documento corresponde a un ejemplar anterior al que figura en el padrón electoral ni de aquellos/as que presenten el "DNI en su celular".

Sí. En Argentina el voto es obligatorio para todas y todos los electores.

Si sos mayor de 18 años y menor de 70 y no podés justificar ante la Justicia Nacional Electoral porque no emitiste tu voto, te corresponde una multa económica y se te incorporará en el Registro de Infractores al deber de votar. Además, no podrás ser designada o designado para desempeñar funciones o empleos públicos durante tres años a partir de la elección. Quien no pague la multa no podrá realizar gestiones o trámites ante los organismos estatales nacionales, provinciales y de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires durante un año.

Si no encontrás las boletas de tu preferencia en el cuarto oscuro, tenés que avisar a la autoridad de mesa sin revelar cuál es tu elección, quien debe solicitar a los fiscales partidarios su reposición. Es responsabilidad de las agrupaciones políticas garantizar la disponibilidad de boletas en el cuarto oscuro. Igualmente, las autoridades de mesa disponen de boletas de contingencia para reponer en caso de ser necesario. La falta de boletas en el cuarto oscuro no impide la continuidad de la elección.

Sí, el Código Electoral Nacional reconoce el derecho a votar a las personas procesadas que se encuentren cumpliendo prisión preventiva. Si la persona procesada está detenida en un distrito electoral diferente al que le corresponde por su domicilio registrado, votará en el establecimiento donde se encuentra alojada y el voto se computará para el distrito donde está empadronada.



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