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Patricia vs. Horacio es en serio

Una primaria para determinar, no solo los candidatos, sino un estilo de gobierno, es más necesaria que nunca en la oposición

Patricia vs. Horacio es en serio
Augusto Milano 03 abril de 2023

La proximidad del cierre de listas está haciendo cada vez más intensa la interna de Juntos por el Cambio.

Allí coexisten diferentes visiones sobre la campaña electoral y la estrategia política de un eventual gobierno que son expresadas con claridad por Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta.

Bullrich siempre dice que no hacen falta nuevas leyes sino más bien derogar muchas que traban el crecimiento del país. Pero, como se sabe, las leyes de derogan con otras leyes lo cual implica contar con mayorías en el Congreso o, de lo contario, buscar acuerdos. 

Para responder cual de los caminos es posible recorrer falta saber cómo quedará la composición del Congreso luego de las elecciones. Una historia será si, en caso de ganar, Juntos por el Cambio obtiene la mayoría en ambas cámaras,  o sólo en una o en ninguna. 

Pero aún en el caso de tener mayoría, ¿es razonable hacerla valer como sea o intentar aprobar leyes con mayorías más amplias como consecuencia de acuerdos políticos?

El segundo camino es más trabajoso, pero la legislación puede ser más duradera y no estar tan expuesta a cambios si en 2025 cambia la composición del Congreso. Por eso, muchos dudan de que el mejor camino sea el de imponer una mayoría circunstancial. 

Rodríguez Larreta, por el contrario, insiste más en la necesidad de lograr acuerdos, acepta que es un camino difícil dado el nivel de polarización política que tiene el país, pero cree que es el único posible para que los cambios no sólo se declamen sino que efectivamente se concreten.

La política argentina debe trabajar en la búsqueda de acuerdos como lo deja en evidencia el funcionamiento del Congreso.  Si hay una fuerte mayoría oficialista que permite una aprobación de todas las iniciativas del Ejecutivo sin más discusión, la oposición se refiere al Congreso como una "escribanía". A su vez, cuando no hay mayoría nítidas el funcionamiento legislativo se traba y se comienza a hablar de parálisis. 

Una sana práctica de diálogo entre los sectores políticos evitaría que se caiga en cualquiera de esos extremos.   

Un rasgo clave para lograr acuerdos es que sean sobre temas concretos y con visión de futuro. Por eso, sería un error que un próximo Gobierno de la actual oposición pierda tiempo hablando negativamente de la herencia recibida. No habrá necesidad de contarle al pueblo lo que ya sabe porque si la considerase positiva seguiría gobernando el actual oficialismo. 

Los diagnósticos están. Por ejemplo, la necesidad de reducir el déficit fiscal es señalada por la oposición y también fue reconocida por el presidente Alberto Fernández en su discurso de apertura de las sesiones ordinarias del Congreso.

Lo que la oposición tiene que definir con es con qué estrategia política se llevarían adelante los cambios. Recientemente hubo una reunión de los principales referentes políticos del PRO con los economistas Hernán Lacunza -que trabaja con Larreta-  y Luciano Laspina -que lo hace con Bullrich-.

En economía, Lacunza y Laspina coinciden en lo que hay que hacer, pero, en política, sus referentes difieren en el cómo. 

Por eso, una primaria para determinar, no solo los candidatos, sino un estilo de gobierno, es más necesaria que nunca en la oposición.       

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