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Elecciones internas

La Unión Civica Radical y el PRO renuevan autoridades buscando su lugar tras la victoria de La Libertad Avanza

El partido fundado por Mauricio Macri deberá decidir si reforzar su identidad y autonomía, o acercarse aún más a Javier Milei. En tanto, el radicalismo no logra conciliar una postura unánime entre sus miembros

Los referentes del PRO.
Los referentes del PRO.
14 marzo de 2024

En plena conmoción por la escalada de violencia narco en Rosario, en el PRO aceleran las negociaciones políticas para definir las autoridades del partido de cara a la elección interna del 19 de marzo, fecha límite para presentar las candidaturas ante la Justicia electoral.

El fundador del partido, Mauricio Macri, camina hacia la titularidad del PRO. En tanto, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, presiona para lograr el 50% de los lugares en la lista para conservar poder incidir en el rumbo del partido ya acercarlo más al Gobierno que ella integra. 

El debate de fondo gira en torno a la opción de  reforzar la identidad y autonomía del espacio, o bien, ser absorbidos por La Libertad Avanza, sello del presidente Javier Milei. El PRO, como buena parte de la oposición, sigue aturdida frente al triunfo de Milei que pocos esperaban.  

Por estas horas, Macri está convencido de que el PRO debe apoyar a Milei y garantizarle la gobernabilidad, aunque sin disolverse ni perder incidencia. 

La Libertad Avanza ya le arrebató al PRO buena parte de su electorado cuando Milei le quitó lo disruptivo y novedoso del macrismo que atrajo en su momento al electorado más joven. Y la fórmula que compitió con el sello de Juntos por el Cambio en octubre ahora está totalmente integrada en el Gobierno nacional, con Bullrich en Seguridad y Luis Petri en Defensa. 

Por eso, se planteó la idea de formalizar no solo una coalición con el oficialismo en el Congreso, sino también una alianza estable en la conducción del Gobierno.

Además, el macrismo dejó a un lado su alianza con la Unión Cívica Radical cuando decidió tomar una postura muy cercana al oficialismo, mientras que el radicalismo eligió mantener una mayor distancia. De esa manera, se puso de manifiesto la ruptura de la ex coalición Juntos por el Cambio

Ahora, lo que está en juego es el futuro del PRO como tal. 

En un principio, las diferencias entre los seguidores de Horacio Rodríguez Larreta y los de Bullrich parecían amenazar con la ruptura del espacio. Sin embargo, el partido amarillo logró ubicarse tras el oficialismo, brindándole apoyo en la gestión y en el Congreso, donde La Libertad Avanza ya evidenció su debilidad tras la caída de la Ley Ómnibus

Danza de nombres

El PRO renueva todas las autoridades. Están en juego la presidencia del partido y la Asamblea, dos vicepresidencias, 25 consejeros, vocales y la secretaría general, como los lugares más sobresalientes.

Los dirigentes provinciales impulsaban a Francisco Quintana, dirigente histórico del PRO ligado a Macri y a Rodríguez Larreta, como secretario general del partido. Pero desde el macrismo señalaron que era prudente que tal espacio lo ocupara un dirigente propio de las provincias. 

En estos momentos, el nombre que suena es el de Facundo Pérez Carletti, concejal de Santiago del Estero, de buen vínculo con Macri y que en 2023 integró el armado electoral del exjefe de Gobierno de la Ciudad.

Por su parte, Bullrich tiene en mente dirigentes de su confianza. Un nombre posible es el de Damián Arabia, diputado nacional y uno de sus armadores políticos más cercanos a ella. 

La vicepresidencia es otro lugar disputado. En el macrismo resuena María Eugenia Vidal; mientras que desde el bullrichismo deslizan la figura de Laura Rodríguez Machado, diputada nacional y referente del partido en Córdoba.

Los tres gobernadores del PRO, Jorge Macri (CABA), Rogelio Frigerio (Entre Ríos) y Nacho Torres (Chubut), también pretenden incidir en las negociaciones y proponen nombres. Quienes también buscan alzar su voz en las decisiones partidarias son los intendentes de mayor peso, donde sobresalen Soledad Martínez (Vicente López), Guillermo Montenegro (Mar del Plata), Ramón Lanús (San Isidro) y Diego Valenzuela (Tres de Febrero).

Renovación en la UCR porteña

El radicalismo también tuvo una renovación de autoridades partidarias. Este miércoles, el procurador de la Ciudad de Buenos Aires, Martín Ocampo, asumió como el nuevo presidente de la UCR porteña. Ocampo tiene una muy buena relación tanto con Jorge como con Mauricio Macri por lo que los acuerdos entre la UCR y el PRO se mantendrán al menos en el ámbito de la CABA.

Sin la necesidad de elecciones partidarias, Ocampo llegó a la conducción del partido luego de encabezar una lista única, alcanzada tras un acuerdo entre Daniel Angelici y el sector que lidera Martín Lousteau, que confirmó en la secretaría general del partido a Emiliano Yacobitti.

Asumió Martín Ocampo como el nuevo presidente de la UCR porteña.
Asumió Martín Ocampo como el nuevo presidente de la UCR porteña.

De esa manera, la UCR porteña pareciera encolumnarse tras la postura de Lousteau, que manifestó abiertamente su oposición al Gobierno nacional en varias ocasiones. Por ejemplo, en la Cámara de Senadores, el representante de la Capital Federal votó en contra del DNU desregulador de la economía, impulsado por el presidente Javier Milei

A tres meses de la victoria de La Libertad Avanza, la UCR aún no logra alcanzar una postura definida frente a las medidas que se toman en Casa Rosada. El radicalismo se enfrenta a una situación similar a la del PRO: la posibilidad de ver su identidad desdibujada, en este caso, debido a la imposibilidad de precisar una actitud ante el oficialismo. 

En la Cámara de Diputados, se distinguen a los radicales que se muestran cada vez más favorables al Gobierno, encolumnados tras el jefe del bloque, Rodrigo de Loredo; y los que se mantienen como opositores, tales como Facundo Manes y Pablo Juliano

Tampoco en el Senado hay unidad: sus 13 legisladores tomaron diferentes posturas en torno al tratamiento del DNU 70/2023. 

En ese contexto, la oposición es protagonizada por Unión por la Patria y eventuales radicales y federales, de acuerdo a las decisiones tomadas y a las negociaciones del momento. Eso pone al radicalismo en una incómoda posición, ya que podría sufrir los costos políticos de encontrar como único aliado a los miembros del último gobierno. 

Aquellos que conocen la vida interna del partido señalan que pocas veces se observaron diferencias tan profundas como las actuales, en torno al posicionamiento frente al Gobierno. 

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