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La escalera mecánica de Milei

Javier Milei pudo alcanzar el sueño de cualquier político: crecer inmóvil

Para 2023, más allá de las dudas sobre la personería y las alianzas, la estrategia del economista tiene una paradoja fundamental
Para 2023, más allá de las dudas sobre la personería y las alianzas, la estrategia del economista tiene una paradoja fundamental
Juan Antonio Yannuzzi 19 diciembre de 2022

Para ejemplificar la desigualdad de oportunidades bajo la lógica capitalista muchas veces se usa la analogía de la escalera mecánica. Mientras que algunos tienen que subir una escalada con obstáculos otros llegan sin hacer prácticamente nada. Aunque con algunas semejanzas, este no sería el caso exacto de Javier Milei si lo comparamos con sus colegas políticos.

El líder indiscutido de la antipolítica construyó su imagen con perseverancia y elocuencia. Forjó una personalidad pública que, sin forzar su faceta privada, logró captar el nicho creciente de la opinión pública que rechaza a "la casta". Una vez posicionado, Milei encaró una campaña electoral diseñada para que potencie sus posibilidades. Con un oficialismo nacional totalmente desprestigiado, un Juntos por el Cambio discursivamente inclinado hacia el centro y sin oferta electoral de la tercera vía, el flamante espacio tuvo un gran debut en la arena pública.

Luego de obtener la banca de diputado nacional por la CABA con el 17% de los votos, su exposición mediática aumentó exponencialmente. Lo que fue un fenómeno juvenil con predominancia masculina llegó a un resultado que le permite el salto a otros grupos demográficos. Previo a las elecciones se preveía, en base a su discurso liberal, que iba a tener fuerza en las clases medias altas. Sin embargo, sorprendentemente su performance fue prácticamente homogénea en todos los barrios de la Ciudad. 

Se autoproclamó precandidato a Presidente antes que nadie, y la opinión pública no lo castigó. El sorteo de su sueldo y sus esporádicas participaciones legislativas lo consolidaron en los medios nacionales, en un círculo virtuoso de encuestas dudosas, declaraciones disruptivas, apariciones televisivas constantes y mejora de su imagen. Parece difícil que la característica de la distribución pareja entre grupos socioeconómicos se mantenga a nivel nacional, sobre todo por las características culturales particulares del votante porteño. 

Entre esas primeras encuestas, donde primaban relevamientos web de los centros urbanos, y lo que se encuentra en estudios actuales más rigurosos, hoy se ve reflejado el efecto de este círculo virtuoso. Con esta dinámica, Milei llegó a una posición privilegiada de cara a una contienda electoral: sumar apoyo sin hacer prácticamente nada. 

Sus traspiés respondieron a errores groseros desde el punto de vista comunicacional, y sincericidios desde lo ideológico. Sin embargo, los tropezones no fueron caídas: pudo recuperar y hasta superar su imagen positiva entrando a la recta final de la contienda electoral.

Otros movimientos afectaron a Milei desde otra perspectiva pero no fueron muy visibles. Luego de su campaña porteña estaba cantado que el armado nacional iba estar en manos de dos diputados porteños de historial peronista y principales impulsores de su debut. Las expectativas se cayeron tan rápido como "la jefa" Karina Milei impulsó a Carlos Kikuchi como negociador político absoluto, por la desconfianza al pragmatismo de los legisladores. Kikuchi impulsó alianzas con partidos provinciales y nacionales menores, buscando espacios conservadores con pasado pero sin presente. 

Con el reloj de arena dejando sin tiempo al economista frente al cierre de listas, alianzas con referentes de JxC son tentaciones irresistibles. Muchos de los referentes locales que se presentan disponibles para La Libertad Avanza son ex filoperonistas, poco deseados por Karina. Los primeros meses del año que viene estarán marcados por las decisiones de los hermanos en cuanto a si constituir listas provinciales propias, con personajes de prontuario peligroso, o si aliarse con espacios y candidatos de la principal coalición opositora. 

El 2022 para La Libertad Avanza quedará marcado por un crecimiento no merecido desde lo social y discusiones no justificadas desde lo ideológico. Estas divisiones se dieron en dos planos. Por parte de la militancia y desde la irrelevancia absoluta, un grupo de jóvenes conservadores desplazados se autoproclamaron "Los Aliados" diferenciándose de "El Eje" (mote despectivo en alusión a Karina y Kikuchi). Ellos fueron una parte fundamental del impulso virtual a la candidatura paralela de Carlos Maslatón. El "forista", con sus 250.000 seguidores en Twitter, no debe ser ninguneado dentro del espacio de Milei y no solo porque se manifestó con la intención de disputarle la candidatura en unas PASO.

Para 2023, más allá de las dudas sobre la personería y las alianzas, la estrategia del economista tiene una paradoja fundamental. Mientras que sus consejeros se reducen a apoyarlo en sus decisiones comunicacionales, el objetivo más lógico sería inclinarse a posiciones liberales más coherentes, manteniendo el discurso contra la clase política. Es por ello que difícilmente su apoyo social resista la intensidad y la atención de la campaña electoral. Juntos por el Cambio, de mantenerse la distribución de preferencias actuales, tendrá a sus votantes potenciales a la derecha, y no debería costar demasiado inclinar la cancha si Milei no abandona su modus operandi

La Libertad Avanza se ha convertido en uno de los espacios más personalistas de la política argentina. Sin embargo, pensar que esto es una característica pétrea puede ser un error. Los traspiés cometidos por Milei pueden haber salido baratos en el pasado, pero con los reflectores de la campaña electoral prendidos pueden costarle la unidad y la reputación de su fuerza. 

En ese sentido, Maslatón puede hacer ruido con una popularidad que trasciende el núcleo de fanatismo antipolítico que acapara el economista libertario. 

En un contexto electoral coalicionista con tanto ruido viniendo de las dos alianzas principales, la consistencia de un tercer espacio que puede llegar a conseguir el 20% de los votos es vital. Milei ha tenido la fortuna o la virtud de seguir sumando apoyo sin mucho esfuerzo, pero difícilmente esto persista en el año que viene. Una parte importante de las posibilidades electorales del candidato antipolítico estará en la definición de las candidaturas dentro de Juntos por el Cambio. 

¿La otra parte relevante? La difícil y menospreciada unidad de un espacio de nula institucionalización y (hoy) totalmente dependiente de su líder mesiánico. 

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