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Libra y el signo de la moneda

El nombre de la criptomoneda, con una mirada esotérica, encierra los atributos del equilibrio y la armonía. ¿Qué dirán los mercados?

24 junio de 2019

Por Fernando Amador Agra Director de la Licenciatura en Economía (UCES)

Recientemente, Facebook (FB) anunció el nuevo proyecto que está liderando: una criptomoneda denominada Libra. Junto con FB participan prestigiosas compañías de sectores de la tecnología, medios de pago, telecomunicaciones y fondos de inversión, entre otros actores relevantes.

Una de las principales diferencias con respecto a las monedas existentes, además del esquema de gobernanza de la misma (compuesta por la Libra Association, sociedad sin fines de lucro radica en Ginebra) es que se trata de un criptoactivo que tendrá un backing del 100% en activos financieros, como ser instrumentos emitidos por gobiernos y depósitos bancarios nominados en diferentes monedas.

El objetivo es otorgarle un valor intrínseco a esta criptomoneda en contraposición al resto de las criptomonedas que son una suerte de virtual fiat currency privada. La denominada “reserva” que constituirá el backing estará constituido por instrumentos emitidos por gobiernos con baja probabilidad de default, bancas centrales con elevada reputación y no expuestos a riesgos inflacionarios e instituciones privadas con ratings crediticios adecuados, de forma tal que aseguren una baja volatilidad en la cotización de mercado del nuevo instrumento: la volatilidad de Libra dependerá del comportamiento de los activos subyacentes que conforman la reserva, los cuales serán de corto plazo y bajo rendimiento, elevado volumen transado, cumpliendo criterios de diversificación por contraparte y geográficos, que contribuyan a lograr el objetivo de baja volatilidad de la nueva criptomoneda. Es de esperar, que su volatilidad relativa sea menor a la de otras monedas, que no genere burbujas especulativas y que tenga una mayor resiliencia frente a crisis globales agudas.

Una de las principales diferencias con respecto a las monedas existentes es que se trata de un criptoactivo que tendrá un backing del 100% en activos financieros.

De acuerdo a las condiciones de los mercados, la composición de esta cartera podrá modificarse para tener niveles reducidos de volatilidad y que no se produzcan cambios abruptos en su cotización. En última instancia, su valor de mercado resultará ser una combinación lineal de “confianzas” en los emisores de los activos de respaldo. Por otro lado, estos activos estarán alocados en un conjunto de “custodios” con diferente distribución geográfica y calificación crediticia investment grade.

El mecanismo de creación y destrucción de la moneda Libra será similar al de una caja de conversión: las primeras emisiones serán contra los aportes de los socios fundadores y posteriormente contra la demanda de Libra. Los tenedores de Libra no interactuarán directamente con la “reserva”: se designarán un conjunto de revendedores (“resellers”) quiénes serán los únicos actores autorizados para realizar grandes transacciones de Libra dentro y fuera de la reserva.

Los revendedores brindarán la liquidez para que los tenedores puedan comprar y/o vender sus tenencias de Libra. De esta forma, se emitirá automáticamente nuevas monedas cuando la demanda aumenta y se contraerá cuando la demanda se reduzca. Los tenedores de la criptomoneda no recibirán el rendimiento que genere el fondo de reserva: se destinarán a financiar los gastos operativos de la asociación, a financiar inversiones en el crecimiento y desarrollo del ecosistema, subvenciones a organizaciones no lucrativas y multilaterales, investigación de ingeniería, entre otros destinos.

Otro aspecto distintivo es el relacionado es que operará con su propio blockchain y que no desafiará a las normativas de cada jurisdicción; buscará llegar a acuerdos normativos para operar en cada país.

Un reciente informe de La Federación Latinoamericana de Bancos1 (Felaban) resalta algunos riesgos políticos que enfrentará la nueva criptomoneda, relacionados no solo con los últimos eventos en los que FB estuvo involucrado (uso de datos personales), sino que también con la respuesta de los bancos centrales, además de los posibles riesgos referidos al lavado de dinero.

El apoyo de significativos actores en el mercado de transacciones brindaría un fuerte impulso para a su difusión y aceptación en el mercado. Todo parece indicar que Libra será un fuerte competidor de las actuales criptomonedas y que podrá implicar un cambio sustantivo en el sistema de pagos y transferencias internacionales. Dependerá de cómo finalmente la regulación (o no) permita su desarrollo.

El nombre de esta nueva criptomoneda, con una mirada esotérica, encierra los atributos del equilibrio y la armonía, los cuales serán puestos a prueba cuando sea lanzada al mercado, porque se enfrenará al mundo de las finanzas y no al de la astrología. Veremos entonces, cuál será el veredicto de los mercados y no el de los planetas.

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