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La única fábrica de cabezales para sifones de soda descartables está en Ezeiza y exporta al mundo

La compañía, creada en 1997, surgió en un momento de irrupción de envases descartables en bebidas

Sides fue creada por cuatro socios argentinos, dos de la industria del plástico y dos de la de la soda tradicional argentina
Sides fue creada por cuatro socios argentinos, dos de la industria del plástico y dos de la de la soda tradicional argentina
11 marzo de 2023

Por Ornella Rapallini.

Una empresa argentina es la única en el mundo que fabrica cabezales para sifones de soda descartables, el mecanismo que asombró a un turista europeo en un video que se volvió viral, y que motivó a quienes manejan la cuenta "Marcas Argentinas" en redes sociales, que resume datos curiosos sobre el tema, a pedir ayuda a sus seguidores para "llegar" con la historia de la compañía "al noruego".

"El video del noruego nos llegó por todos lados", contó a Télam entre risas Héctor Goizueta, quien hace 21 años es gerente general de Sides, la única empresa del mundo dedicada a la fabricación de cabezales para sifones de soda descartables, ubicada en el partido bonaerense de Ezeiza.

La única fábrica de cabezales para sifones de soda descartables está en Ezeiza y exporta al mundo
 

"Por ahora no llegamos al noruego", dijeron a Télam desde la cuenta "Marcas Argentinas", que días atrás compartió un video con la historia de Sides junto al mensaje "RT hasta que llegue al noruego", indicando a sus seguidores que compartan la publicación para mostrar al joven la historia en Twitter.

En el video, subido por el usuario "BetaKong05", el joven había dicho: "Seguimos en Argentina, ahora estamos en Córdoba, y quiero mostrarles algo que me parece buenísimo, no lo hay en otro lado de Sudamérica y nunca lo he visto en Europa", encantado por el sistema del sifón argentino que presenta un tubo plástico adentro.

Hacia el final, exclamó: "¿Puede alguien llevar esto a Europa y Noruega?", sin saber que Sides también exporta a varios países europeos, entre otros.

"El sifón tiene más presión que el agua con gas", comenzó explicando a Télam Goizueta, y sobre el mecanismo dijo que "la función del tubo dentro del sifón es chupar el fondo para sacar el líquido", porque "si se hiciera un sifón sin el tubo y se apretara la palanca, no saldría soda, sino el gas carbónico que está en la parte de arriba del sifón, dentro del envase".

La compañía, creada en 1997, surgió en un momento de irrupción de envases descartables en bebidas, de la mano de la llegada de los grandes supermercados al país, y atravesó 26 años de historia y sus vaivenes económicos.

Fue creada por cuatro socios argentinos, dos de la industria del plástico y dos de la de la soda tradicional argentina de los sifones de vidrio y plástico, que eran envases a domicilio retornables.

Uno de ellos es César Darritchon, socio mayoritario y presidente de la compañía, quien a sus 11 años ya trabajaba como sodero.

"Los socios estaban convencidos de que el sifón retornable de plástico o de vidrio tradicional de Argentina iba a desaparecer por la tendencia acelerada de ir hacia lo descartable y los dos socios del plástico, que eran fabricantes de sifones tradicionales, tenían la patente del intento de cabezal del sifón descartable", contó Goizueta.

La única fábrica de cabezales para sifones de soda descartables está en Ezeiza y exporta al mundo
Héctor Goizueta, hace 21 años es gerente general de Sides

Sin embargo, aunque descendió mucho, el consumo del sifón retornable hoy sigue usándose, pero se consolidaron los envases descartables.

Por eso la empresa, en lugar de enfocarse en reemplazar el sifón retornable de los soderos, comenzó a ofrecer el producto descartable al mercado de las bebidas en general con "una innovación en packaging".

Hoy produce las 24 horas de lunes a viernes y, en 2022, vendieron más de 100 millones de cabezales, lo que incluyó la exportación de 178 contenedores con 300.000 cabezas de sifones en cada uno.

Para este año proyectan entregar 215 contenedores a los 75 embotelladores de sifones de diversos tamaños con los que trabajan en 14 países, entre ellos Italia, España, Francia y su principal mercado en volumen, México, donde venden a Coca Cola, entre otras grandes compañías.

"A Noruega no mandamos nada todavía", contestó Goizueta a la demanda del joven turista, aunque destacó lo curioso que resulta que el desarrollo del sifón tradicional tuvo origen en Europa y llegó a la Argentina con las corrientes inmigratorias "de españoles o vascos que eran soderos y lecheros", pero a partir de la década de 1990 desde Sides llevaron "la novedad a los europeos" con la versión descartable.

"Era muy gracioso llegar a Europa -para comenzar a exportar- y mostrarle a la gente joven un sifón descartable haciéndolo funcionar y que lo vieran como una novedad. Pensar que sus abuelos fueron los que crearon eso. Nosotros les llevamos la novedad del sifón descartable a los inventores del sifón", completó el ejecutivo.

En la compañía, fabrican el cabezal y la maquinaria para que sus clientes, los embotelladores, puedan armar los sifones, colocando a la botella un cabezal de Sides en lugar de una tapa común.

"Si se comparan los cabezales de un sifón retornable y uno descartable, los dos son iguales funcionalmente, son una válvula, cierran o abren. Pero desde el diseño industrial, un cabezal de sifón retornable está pensado para que dure de cinco a ocho años por la cantidad de viajes que va y viene al consumidor; no es lo mismo que algo que va durar un solo viaje como el sifón descartable", diferenció.

Aunque son muy parecidos funcionalmente, en su interior el sifón retornable es mucho más complejo porque tiene que estar diseñado para resistir esa vida útil. "Eso lo lleva a tener resortes, juntas y un diseño más robusto que un sifón descartable que tiene un diseño adaptado para que sea lo más liviano y económico posible, porque si no sería carísimo para vender", graficó.

Sobre las cuestiones de seguridad, Goizueta aclaró que en los envases de sifón descartables "no hay ningún tema distinto al de una botella de plástico de agua con gas, que puede explotar si se cae, lo que es muy raro; lo mismo sucede con el sifón".

La única fábrica de cabezales para sifones de soda descartables está en Ezeiza y exporta al mundo
 

El tema de la seguridad fue abordado en Sides cuando comenzaron a exportar sifones armados desde la Argentina. "El gerente tuvo que hablar con las aerolíneas que no querían llevarlos por miedo a que explotaran, cosa que nunca pasó, no hay ningún riesgo en un sifón descartable", aseveró.

El representante de Sides explicó que "no hay datos" sobre el consumo de soda en envases retornable en el país porque esa industria, pese a que ese tipo de sifón "ha caído mucho", todavía mantiene 2.500 fábricas a nivel nacional y "está muy atomizada la oferta y la clientela".

En ese sentido, subrayó que "es muy difícil de medir el consumo de soda porque es todo venta por servicio domiciliario" y "no es como el mercado de refrescos o cerveza que se puede medir porque se vende en supermercados, son grandes fabricantes".

En tanto, en la soda descartable, el consumo es "muy bajo en el país" como para que esté dentro de las mediciones, pero el negocio de esta empresa "viene creciendo entre 9% y 12% anual en los últimos 15 años", y, "el 40% de su producción" la exportan, concluyó.

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El próximo 15 de marzo, el Museo de la Soda y el Sifón reabrirá sus puertas 

El próximo 15 de marzo, el Museo de la Soda y el Sifón reabrirá sus puertas
 

La soda fue "una costumbre" en la mesa de los argentinos desde la década de 1930 hasta mediados de 1980, y ahora, si bien "volvió a ser un hábito en los bares", con el sifón de medio litro, "no lo es al nivel de antes", dijo en diálogo con Télam Luis Taube, fundador y director del Museo de la Soda y el Sifón ubicado en el partido bonaerense de Berisso.

"La historia me atrapó, fui tratando de entender cómo era, conversando, investigando diarios, revistas, propagandas, pidiendo fotos a conocidos, armé el club del sifón para que nos conozcamos con otra gente, porque coleccionistas de sifones hay, pero hoy el Museo de la Soda y el Sifón es único en el mundo, porque el que estaba en Francia cerró y el de España murió el dueño y quedó parado", contó Taube.

Como coleccionista, es amante de los sifones de vidrio y atesora más de 4.100 sifones de diferentes formatos, soderías y países.

Su afición por la temática, lo llevó por rutas argentinas en búsqueda de un sifón representativo de cada rincón del país y a armar una "biblioteca sodera", además del museo que el próximo 26 de abril cumplirá veinte años, que alberga todo tipo de objetos vinculados a la temática, como las cajas de madera en las que se que los transportaba en el reparto domiciliario del siglo pasado.

"Cuando los ingenieros ingleses vinieron por los ferrocarriles a Argentina, empezaron a traer aguas puras y la traían gasificada para que dure y no se pudra, porque se tardaba mucho tiempo en los traslados en 1870", contó Taube, y añadió que fueron esos hombres quienes trajeron la sola al igual que las licorerías a partir de 1860.

Cada sodería tenía un formato especial para sus sifones. "Tenían colores y distintos formatos, eso fue lo que a mi me atrapó de la historia, era el trabajo que traían en el vidrio los sifones con cabeza de plomo", valoró.

"A partir de 1904 y 1905, las soderías tenían tanto potencial que se separan de las licorerías, se llevan las aguas gaseosas y ahí empezamos a ver las primeras fábricas de soda. La soda en esa época se tomaba en los bares y restaurantes; si querías tomarla en tu casa tenías que ir a comprarla al almacén", recordó.

Pero en 1930 se inventa en Argentina el sifón de litro -antes era de tres cuartos-, que se llamó 'Sifonazo', y comienza el reparto a las casas en los cajones de madera.

"Fue una costumbre en la mesa de los argentinos, en todos los cumpleaños y comidas", precisó Taube.

En 1960, hubo otro quiebre en el devenir de esta bebida porque "salubridad empezó a prohibir los sifones de color, porque no se veía el contenido".

En esa época, por 1965, "Drago patenta la idea de un sifón para la casa de familia higiénico y el costo era menor", añadió.

Por otro lado, el Instituto Verificador de Elaboración de Soda en Sifones (Ivess), que es una norma, "sacó un sifón transparente con un toque de plástico que para la época era una nave espacial", detalló Taube.

En la actualidad, la soda descartable "tiene más capacidad, con sifones de dos litros", ponderó el aficionado.

El próximo 15 de marzo el Museo de la Soda y el Sifón reabrirá sus puertas luego de haber cerrado durante el verano por reformas y para visitarlo se pueden hacer reservas comunicándose con Taube al 0221-5931200 o 0221-4228449.

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