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Auditoría en estos tiempos disruptivos

25 agosto de 2020

Por Oscar Maiola Socio del Instituto de Auditores Internos de Argentina y Director del Comité de Gestión Integral de Riesgos del IAIA

Los tiempos virales aceleraron el proceso. Las corporaciones se encuentran en una etapa de transformación como nunca antes lo habíamos visto ni imaginado. Y la auditoría (en sus distintas facetas) está entrando sin escalas a este proceso de cambio.

La disrupción llegó para quedarse en nuestra profesión enmarcada en un entorno preponderantemente digital, lo que obliga a adecuar nuestra pericia y liderazgo a un mundo donde el VUCA (volatilidad, incertidumbre, complejidad y ambigüedad) será lo constante.

Las circunstancias actuales han permitido aprovechar el desarrollo tecnológico en 100%, lo que ha implicado cambios en la forma de trabajar y de hacer negocios.

Las ventanas de oportunidades se abren y cierran velozmente. Son fugaces. Y esto se refleja en la velocidad de las transformaciones de los modelos de negocios. Siendo el avance del e-commerce el catalizador más destacado de tales mutaciones.

Por lo tanto, desde el punto de vista técnico, nuestra profesión deberá contar con las herramientas y mecanismos actualizados que apunten hacia un control más estricto a fin de lograr mercados bien informados y transparentes. Y un buen manejo de datos es la clave.

Sabemos que la información digital es ubicua pero no siempre se la gestiona adecuadamente y, en consecuencia, uno de los principales desafíos de la auditoría de cara al futuro será el de mitigar los riesgos de la información asimétrica en todos los niveles, evitando que derive en una Adverse Selection (selección adversa por información incompleta).

Por otra parte, la economía de las nuevas plataformas, la generalización del home office y el uso integrado de las redes, están generando un gran cambio en el modo de gestionar el capital humano de los entes públicos y privados.

Esta potencia digital tiene que poner el foco en las personas y, por ende, en una cultura corporativa que sea fiel reflejo de un Corporate Governance actualizado, más flexible y de un proceso de Compliance legal y ético que ponga especial énfasis en la gestión a distancia.

Y un paso adelante será delegar, empoderar y confiar, acentuando el uso de controles por objetivos, la calendarización de actividades y el desarrollo de controles compensatorios que mitiguen, aquí también, la información asimétrica.

Como conclusión, cabe mencionar que el trabajo a distancia puede acentuar lo que los antiguos griegos estudiaron con el nombre de akrasia o “debilidad de la voluntad”. Estar trabajando todo el tiempo desde casa implica un desafío y la responsabilidad de cada individuo de estructurar su propio esquema de trabajo flexible, compatibilizando aspectos laborales y personales de un modo equilibrado.

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