La última semana del Primer Ministro británico, Rishi Sunak, cobró intensidad hacia su final, tanto por su viaje a los Estados Unidos de América como por los repentinos sucesos del viernes 9 de Junio por la noche, en Londres. En su primer viaje en el cargo a la Casa Blanca, Sunak visitó al Presidente Joseph Biden para discutir sobre la cooperación de ambos países con Ucrania, pero también para asegurarle un lugar relevante al Reino Unido en el escenario internacional luego del Brexit.
Este último punto aún es puesto en duda por mucha gente debido al turbulento último tiempo que el Reino Unido esta atravesando. Si bien la era del Global Britain aún no ha llegado, Sunak busca asegurar un puesto de relevancia en el mundo para su país, particularmente a través de la discusión sobre la seguridad de la inteligencia artificial y su regulación. La reunión con Biden no solo abarcó ese punto, sino también la guerra entre Rusia y Ucrania, como así también la incidencia a nivel mundial de China, país que preocupa a tanto Reino Unido como Estados Unidos.
Pero la tranquilidad duró poco, ya que ese viernes, Boris Johnson anunció su salida como miembro de la Cámara de los Comunes, luego de que el Comité que lo investiga a partir de los hechos del Partygate en 2021, señalase de forma concreta en su reporte final que el antiguo Primer Ministro efectivamente había engañado al Parlamento, y sugería más de 10 días de suspensión para el ex Premier. Johnson -advertido de la situación- decidió irse antes que sea aplicada la sanción por su cuenta, haciendo pública una carta en la que buscaba defender su figura tanto pública como privada. Entonces, ¿qué implican estos recientes sucesos para Sunak?
Una nueva Declaración del Atlántico
La reunión del día jueves 8 de Junio fue el cuarto encuentro entre ambos líderes, y abarcó un gran número de temas que conciernen a ambos países. La Declaración del Atlántico, el principal resultado de este encuentro, fue considerado como "una nueva alianza económica para una nueva era" por Sunak durante la conferencia de prensa.
La misma tiene su foco en la cooperación comercial entre los Estados Unidos y el Reino Unido con relación a los minerales críticos. Estos últimos son aquellos que se han evaluado como de gran importancia para la producción de múltiples productos en su gran mayoría, relacionados a la evolución tecnológica. No obstante, el principal aspecto que preocupa sustancialmente a ambos mandatarios es que actualmente una parte de significativa magnitud en la explotación de los mismos, es industrialmente desarrollada por China.
Las conversaciones también incluyeron otros temas de variada significación. Si bien no se alcanzó un tratado de libre comercio, -algo pendiente en la relación entre ambos países desde la presidencia de Donald Trump-, se alcanzaron importantes acuerdos para diversas cuestiones bajo análisis, entre ellas las energías limpias, la seguridad, la computación cuántica, y la inteligencia artificial. Este último tema fue una de las prioridades por tratar en la reunión para el Primer Ministro británico, quien recientemente ha reconocido la importancia de la IA en diversos campos, expresando su deseo por convertir a su país en el hogar de la regulación para esta nueva herramienta. La primera cumbre mundial sobre seguridad de la inteligencia artificial, será llevada a cabo en el territorio británico, durante la segunda mitad del presente año.
Finalmente, también recordaron su compromiso con Ucrania, país al que han estado asistiendo desde el inicio de la invasión rusa en Febrero de 2022. Biden, a pesar de no contar con todo el apoyo de los republicanos, remarcó que el apoyo a Ucrania continuará siendo provisto.
Johnson se va, de nuevo
Cruzando el Océano Atlántico, cosas muy distintas estaban sucediendo en el Palacio de Westminster. Durante la semana pasada, Downing Street había publicado la lista de personas a recibir títulos nobiliarios sugerida por Johnson. Si bien varios de los nombres agregados por el antiguo Primer Ministro no fueron incluidos en la copia final del documento, la polémica se produjo a partir de la presencia de múltiples personas en la lista que también se habían visto involucradas en el escándalo conocido como Partygate. Esto trajo críticas a la figura de Sunak, por dejar dentro de la lista a personas como Martin Reynolds, antiguo Secretario Privado de Johnson, y Jack Doyle, Director de Comunicaciones, quienes habian sido parte de la investigación por lo sucedido.
Sin embargo, el foco del asunto pasó a estar en Johnson nuevamente, cuando el viernes por la noche anunció su renuncia a su cargo como parlamentario, a modo de protesta por los resultados sugeridos en el informe del Comité que investiga el Partygate. Dicho comité, conformado por siete parlamentarios con mayoría conservadora pero cabeza laborista, sugería la suspensión por más de diez días, lo que podía llevar a una destitución y por lo tanto una nueva elección en su circunscripción.
Johnson optó por renunciar. De haberse quedado, el antiguo Primer Ministro conservador hubiera tenido que ver cómo la Casa de los Comunes votaban a favor de la sugerencia del comité. Pero no se fue en silencio. Su carta de salida incluía contundentes declaraciones, entre ellas que el comité de investigación buscaba removerlo de su lugar, que lo hizo antidemocráticamente, y que esto se trataba de una cacería de brujas; una venganza contra él por el Brexit, con el objetivo de revertir los resultados del referéndum del año 2016, donde el Reino Unido votaba a favor de irse de la Unión Europea.
También apuntó contra Sunak, con quien continuó su discusión la semana siguiente. El viernes, señaló al actual Primer Ministro de su propio partido como el causante del aumento en los impuestos, de no ser lo suficientemente conservador y de no aprovechar el Brexit al máximo. Criticó a Sue Gray, quien originalmente llevó a cabo la investigación del Partygate y actualmente se desenvuelve como Jefa de Personal de Keir Starmer, cabeza del Laborismo. Finalmente, señaló que el Partido Conservador debia recuperar su impulso y la creencia en la capacidad del país.
Balances
El éxito de la reunión con el Presidente de EE.UU. parece haberse balanceado con el desastroso panorama político interno que enfrenta Sunak. La Declaración del Atlántico es un avance importante en la relación entre ambos países, aunque no se trate del TLC que muchos esperaban. La amable relación entre ambos mandatarios también debe tenerse en cuenta. A pesar de sus diferencias, el afianzamiento de Sunak en el cargo representa un alivio para la gestión de Biden. El continuo apoyo a Ucrania y el reciente conflicto por los límites de las Irlandas fueron dos hitos en la breve relación entre las dos figuras, pero sumamente importantes y trascendentales para lo que se vendrá.
Sin embargo, la salida de Johnson y su carta carente de autocrítica alguna, complican a Sunak a nivel interno. Tras los hechos del viernes, dos parlamentarios más presentaron su renuncia, lo que implica que deben llamarse a elecciones en tres circunscripciones, con alto riesgo de perderlas frente a los laboristas. El partido opositor supera al conservadurismo en las encuestas, e incluso reclaman por elecciones adelantadas para que la gente muestre su opinión sobre estos trece años de gobiernos conservadores. Johnson se despidió "por el momento" del Parlamento, pero una nueva candidatura requeriría la aprobación del actual Primer Ministro. Parece quedar en Sunak cómo navegue la interminable tormenta.
