En la actualidad, Turquía puede considerarse un país clave en el escenario internacional por diversas cuestiones, entre las que se pueden mencionar su papel como mediador entre Occidente y Rusia, o su rol clave a la hora de controlar el flujo de inmigrantes a Europa.
Y quien es plenamente consciente de esto es el presidente turco Recep Tayyip Erdogan, que este fin de semana criticó a la Unión Europea (UE) por demorar el proceso de adhesión de su país.
Cabe recordar que, pese a ser un país musulmán, Turquía está interesada en formar parte del bloque comunitario. Quizás un antecedente similar fue su adhesión a la OTAN durante la Guerra Fría.
Sin embargo, a diferencia de la OTAN, que es simplemente una alianza militar, unirse a la UE implica que los miembros compartan ciertos valores y normas comunes, una cuestión que parece alejar a Ankara del bloque.
En este sentido, Erdogan consideró que "nosotros cumplimos todas las promesas que le hicimos a la UE, pero ellos no han cumplido casi ninguna de las suyas".
"Turquía ya no espera nada de la Unión Europea, que nos hace aguardar desde hace 40 años en su puerta", agregó.
De esta forma le reprochó a la UE las supuestas continuas trabas que impone para su ingreso y agregó que no "tolerará nuevas exigencias o condiciones al proceso de adhesión" de Turquía.
"Si no retroceden sobre algunas injusticias como la imposición de visas, que utilizan como una sanción latente, si no corrigen sus errores (...), perderán integralmente el derecho a tener expectativas políticas, sociales, económicas o militares de nuestra parte. Si la UE tiene la intención de poner fin al proceso de adhesión que solo existe en el papel, esa será su decisión", sentenció.
El actual conflicto fue descripto ya a fines del siglo XX por el politólogo estadounidense Samuel Phillips Huntington, quien en su libro "Choque de civilizaciones" catalogó a Turquía como un "país escindido".
Para Huntington, hay una serie de países, como Turquía o México, que no tienen bien definido a qué civilización pertenecen. En este sentido, Ankara siempre ha estado en el medio de Occidente y el islam.
Así su gran problema es que, pese a que su población y sus líderes parecerían dispuestos a unirse a Occidente, son justamente los miembros de la UE los que dudan en aceptarla.
