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La "sobrepoblación" de turistas obliga a Europa a tomar drásticas medidas

Muchas ciudades cobran tarifas para ingresar e incluso cierran sus puertas en algunas fechas

La "sobrepoblación" de turistas obliga a Europa a tomar drásticas medidas
12 julio de 2024

No es ninguna novedad que el turismo representa un gran motor para la economía europea: según la Comisión Europea de Viajes, los visitantes gastarán este año un récord de 800.000 millones de euros en el Viejo Continente.

La cifra representa un significativo aumento del 37% con respecto a los niveles anteriores a la pandemia de 583.000 millones de euros.

Sin embargo, no todo es color de rosas para las ciudades que reciben a los cientos de miles de turistas: debido a la gran cantidad de personas que llega, incluso a pueblos que apenas tienen entre 1.000 y 2.000 habitantes, los países están sufriendo problemas que van desde un incremento en la cantidad de basura en las calles hasta ruidos molestos o problemas de tránsito. 

Recientemente, el Daily Mail ha publicado que "los residentes entienden que el turismo es vital para las economías locales, pero la paciencia se está agotando y, aunque las tensiones siempre han existido entre los lugareños y los visitantes, esto parece haberse vuelto particularmente pronunciado recientemente".

Por ello, se está observando una gran cantidad de medidas a lo largo del Viejo Continente para reducir la llegada de turistas.

Entre algunas se pueden destacar multas por beber alcohol en la calle, la aplicación de horarios de visitas a las ciudades, el cobro de entradas para visitarlas,  o incluso su cierre total en algunas fechas particulares. 

Algunas de las ciudades donde se están registrando "protestas" o medidas en contra del turismo son Venecia, Barcelona, París, Santorini y Dubrovnik, entre otras. 

En muchos lugares, los residentes están colocando letreros falsos de "cerrado" en un intento de disuadir a los turistas.

Por mencionar algunos ejemplos, en Venecia, los turistas deben pagar una tarifa de 5 euros para ingresar los fines de semana y otros días entre abril y mediados de julio.

Además, la ciudad prohibió que los grandes cruceros anclen en su centro histórico después de que la UNESCO amenazara con poner a la ciudad en su lista de ciudades en peligro de extinción.

Por su parte, Florencia prohibió los alquileres a corto plazo en el centro histórico de la ciudad a través de plataformas como Airbnb.

Ámsterdam ya no permitirá la construcción de nuevos hoteles: "La iniciativa tiene como objetivo limitar el turismo excesivo y restringir el número de pernoctaciones hoteleras a 20 millones por año".

E, incluso, capitales como Roma ahora están cobrando entradas para destino que antes se podían visitar de manera gratuita: además de restringir el acceso a la Fontana di Trevi, comenzó a cobrar tarifas de entrada para el Panteón.

Según la Organización Mundial del Turismo, para finales de esta década, el flujo de turistas internacionales superará la asombrosa cifra de 2.000 millones.

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