La suba de la inflación en la Eurozona superó los pronósticos y llegó a 8,1% anual en mayo y a 0,8% en términos intermensuales según la estimación preliminar de Eurostat, la agencia de estadística de la Unión Europea. En abril, la suba había sido de 7,4%.
Como en los últimos meses, el rubro energía fue el que mostró el mayor incremento seguido por Alimentos y Bebidas. Pero también la inflación subyacente, que excluye a los rubros más volátiles, se aceleró al 4,4% interanual.
La inflación de Alemania y España se ubicó por encima del promedio de la zona euro mientras que en Francia e Italia estuvo por debajo.
Los datos le dan argumentos a los “halcones” del Banco Central Europeo que vienen impulsando el endurecimiento de la política monetaria para bajar la inflación.
Las “palomas”, por el contrario, creen que por ese camino se afectaría la actividad económica y no tendría impacto sobre la falta de oferta que es la que en este momento genera la inflación.
La aceleración de la tasa de inflación genera presión crece sobre el BCE que tendrá su próxima reunión el 9 de junio. Según la hoja de ruta que había trazado su titular, Christine Lagarde, este mes se terminaría con la compra de activos y en julio se subiría la tasa de interés, la primera de una serie, en un cuarto de punto. Difícilmente se altere ese curso, pero no faltarán voces que reclamen un incremento de la tasa de medio punto.
