En enero, la inflación en Estados Unidos se ubicó en el 6,4% interanual, lo que representó una importante baja teniendo en cuenta que en 2022 llegó a estar por encima del 9%, la más alta en los últimos cuarenta años.
Sin embargo, la misma continúa estando muy por encima del objetivo de la Fed del 2%. Por ello, actualmente sus funcionarios están divididos sobre si los recientes datos de alta inflación y un mercado laboral continuamente activo requerirán tasas de interés aún más restrictivas o no.
Tras varios meses de subidas consecutivas, hoy en día las tasas de la Fed se ubican en un rango de entre el 4,5% y 4,75%.
Pero este miércoles, los operadores de futuros aumentaron sus apuestas a que el banco central estadounidense subirá su tipo de referencia a un rango de entre 5,5% y 5,75% para septiembre.
Los contratos de futuros de tasas prevén una alta probabilidad de subidas en cada una de las próximas reuniones de la Fed y una menor probabilidad de recortes este año.
Por su parte, BofA Global Research proyectó que la Fed podría aumentar las tasas de interés a casi el 6%, ya que la fuerte demanda de los consumidores estadounidenses y un mercado laboral ajustado obligarían al banco central a luchar contra la inflación por más tiempo.
"La demanda agregada debe debilitarse significativamente para que la inflación regrese al objetivo de la Fed. Una mayor normalización de la cadena de suministro y una desaceleración en el mercado laboral ayudarán, pero solo hasta cierto punto", agregaron desde BofA Global Research.
