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Elecciones en Turquía

Erdogan encara con optimismo la segunda vuelta

La mayoría de los sondeos lo ubicaba segundo, a varios puntos de distancia del líder opositor Kemal Kilicdaroglu. Sin embargo, el actual mandatario finalizó primero y quedó tan solo a un 0,6% de ser reelecto. Sinan Ogan podría jugar un papel clave en el balotaje del 28 de mayo.

Erdogan encara con optimismo la segunda vuelta
15 mayo de 2023

Finalmente, se confirmó lo que se esperaba: Recep Tayyip Erdogan y el líder opositor Kemal Kilicdaroglu se enfrentarán en un histórico balotaje el próximo 28 de mayo.

Tal como preveían las encuestas, ni Erdogan ni Kilicdaroglu superaron el 50,01% necesario para imponerse en la primera vuelta. Sin embargo, es el actual mandatario quien pica en punta para imponerse dentro de dos semanas. 

Es que, a diferencia de lo que vaticinaban las encuestas, que colocaban a Kilicdaroglu en la delantera, fue Erdogan quien se quedó a las puertas de obtener el triunfo con el 49,4%, seguido por el líder de la oposición con el 44,9%.

Teniendo en cuenta que los resultados son muy representativos, ya que la participación electoral rozó el 90%, Erdogan tendrá que convencer a un pequeño puñado de votantes para ser reelecto como presidente.

En las elecciones de 2018, en donde hubo una participación del 86%, Erdogan triunfó en la primera vuelta con más del 52% de los votos. 

Así, el mandatario parece haber superado su prueba más dura hasta el momento, mientras el país se enfrenta a una dura crisis económica y aún continúa lidiando con lo que fue la muerte de más de 50.000 personas en una serie de históricos terremotos. 

En el centenario de la República laica de Turquía, el resultado refleja el fuerte apoyo que todavía tiene Erdogan, especialmente en regiones religiosamente conservadoras en donde los votantes se sintieron marginados durante mucho tiempo por una élite secular que alguna vez fue dominante.

Además, la Alianza Popular de Erdogan, que comprende su Partido AK, de raíces islamistas, y sus socios nacionalistas, obtendría la mayoría en el nuevo parlamento de Turquía con 321 de los 600 escaños, lo que aumenta aún más sus posibilidades en la segunda vuelta presidencial.

Por su parte, Kilicdaroglu, quien dijo que prevalecería en la segunda vuelta, instó a sus seguidores a ser pacientes y acusó al partido de Erdogan de interferir con el recuento y la publicación de los resultados.

Justamente, la alianza de seis partidos de Kilicdaroglu parece haber fracaso a la hora de atraer a los votantes nacionalistas debido al apoyo que recibió por parte de un gran partido prokurdo.

Ogan, tercero

Erdogan apenas necesita conseguir el 0,61% de los votos que no obtuvo en la primera vuelta para ser reelecto para un último mandato de cinco años. Pero, aunque el objetivo parece muy alcanzable, Sinan Ogan podría jugar un papel clave en esta cuestión.

El ahora excandidato presidencial nacionalista Ogan finalizó tercero en los comicios con el 5,3% de los votos y ya adelantó que solo podría apoyar a Kilicdaroglu si acepta no ofrecer concesiones a un partido prokurdo.

"Consultaremos con nuestra base de votantes nuestra decisión en la segunda vuelta. Pero ya dejamos claro que la lucha contra el terrorismo y el envío de refugiados son nuestras líneas rojas", dijo Ogan.

Además, reiteró que su objetivo era eliminar a dos partidos principalmente kurdos de la "ecuación política" de Turquía y reforzar a los nacionalistas y laicos turcos. El HDP prokurdo ha respaldado a Kilicdaroglu en las elecciones presidenciales. 

"Por ejemplo, podríamos firmar un protocolo con la Alianza Nacional de Kilicdaroglu para dejar en claro que no le darían ninguna concesión al HDP. Es así de simple", explicó Ogan. 

El conflicto entre kurdos y turcos se relaciona con que el primero es la minoría étnica sin Estado propio más importante de Medio Oriente. Posee una población de entre 25 y 35 millones de personas que viven en una región montañosa repartida entre cuatro países: Turquía, Irak, Irán y Siria.

Desde principios del siglo XX muchos kurdos aspiran al reconocimiento del Kurdistán como nación propia, algo que genera tensiones con Turquía. 

EE. UU., Rusia y una falsa neutralidad

La elección ha sido seguida de cerca por Europa, Estados Unidos y Rusia, ya que Turquía desempeña un papel de gran importancia en la geopolítica mundial. 

El portavoz de la Casa Blanca, John Kirby, dijo que el presidente Joe Biden estaba ansioso por trabajar con quienquiera que ganara la votación, mientras que el Kremlin manifestó que esperaba que la cooperación de Rusia con Turquía continúe y se profundice, gane quien gane.

Sin embargo, aunque Washington y Moscú intentaron mantenerse neutrales, el hipotético triunfo de Erdogan favorecería más al segundo que al primero.

Esto se debe a que Erdogan tiene relaciones cordiales con Vladimir Putin y, pese a que su país pertenece a la OTAN desde 1952, compró armamento ruso, aunque la alianza militar lo prohíbe. 

Además, en plena guerra en Ucrania, el mandatario no ha condenado la invasión rusa y se niega a aceptar la incorporación de Suecia a la OTAN. De todas formas, Erdogan ha tenido un papel crucial como mediador entre Moscú y Kiev para alcanzar un acuerdo de granos muy solicitado por Occidente. 

La reacción del mercado

Ante la actual crisis económica que el país atraviesa, se espera que la incertidumbre política pese sobre los mercados financieros durante las próximas dos semanas. 

Aunque ahora la inflación en Turquía se sitúa cerca del 50%, el año pasado llegó a ser del 85% interanual. Y a esto se suma que, por las políticas monetarias expansivas de Erdogan, la lira perdió más del 40% de su valor frente al dólar en 2021 y otro 30% en 2022.

Este lunes, la moneda turca se situó en 19,67 por dólar, su nivel más bajo desde un mínimo histórico de 19,80 alcanzado en marzo.

Además, el costo de asegurarse contra el incumplimiento de Turquía de sus deudas soberanas aumentó a un máximo de seis meses, saltando 105 puntos básicos (pb) desde los niveles del viernes a 597 pb. 

Los analistas de JP Morgan dijeron que, suponiendo que Erdogan obtenga la victoria, la política fiscal de Turquía seguirá siendo expansiva mientras cumple sus promesas de gasto de campaña para aumentar los ingresos y reconstruir el país después del terremoto de febrero.

Con la inflación aún por encima del 40%, se esperaba que las tasas de interés de Turquía subieran hasta el 30%-40% o incluso 50% desde su nivel actual (8,5%) si hubiese ganado el bloque de oposición. 

Antes de los comicios del domingo, JP Morgan había pronosticado que la lira podría caer hasta 30 por dólar sin un cambio claro hacia la política ortodoxa.

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