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El resultado de la guerra en Ucrania es un claro fracaso para Rusia

Rusia ha perdido en un año lo que gobernó de facto durante mucho tiempo y ahora se enfrenta a una posible extensión de la OTAN en su frontera

Occidente está totalmente alineado con Ucrania en su conflicto con Rusia
Occidente está totalmente alineado con Ucrania en su conflicto con Rusia
Martín Pradás 02 marzo de 2023

El pasado viernes 24 de febrero, trescientos sesenta y cinco días se cumplieron desde que nos fuimos a dormir con la noticia de que una "operación especial" por parte del Gobierno ruso se había puesto en marcha sobre suelo ucraniano, con el fin de derribar al Gobierno de Volodímir Zelenski por no respetar los derechos de los ciudadanos rusos (excusa repetitiva en la historia rusa).

La operación lanzada por Vladimir Putin para anexar parte del país vecino o imponer un 'gobierno títere' sobre Kiev debía durar días o, a lo sumo, semanas. Sin embargo, al adentrarse en una Ucrania shockeada por los bombardeos, no encontró un pueblo rendido ni en ruinas. Todo lo contrario. 

El Ejército ucraniano, que había sufrido una reconstrucción luego del fracaso de la Guerra de Crimea de 2014, supo soportar los embates decisivos de las primeras horas de combate mientras que el pueblo se mostró reacio a la invasión y apoyó al presidente Zelenski. 

Sin embargo, ni todo el esfuerzo del pueblo ucraniano hubiera alcanzado si no fuera por el apoyo de la OTAN. Previo a la invasión rusa, la alianza atlántica se encontraba fragmentada por cuestiones internas. Esta debilidad transitoria hizo creer al Kremlin que, ante su acción, Occidente no haría nada, al igual que sucedió cuando Adolfo Hitler anexó los Sudetes. 

Pero la respuesta fue otra, y la organización se alineó detrás de Ucrania para brindarle soporte. Al no poder intervenir directamente, la OTAN no dudó en proveer de toda la tecnología, logística, municiones e inteligencia al Gobierno ucraniano. Podemos afirmar que en Ucrania no solo están luchando los ucranianos sino toda la OTAN, aunque de manera indirecta.

Complementando estas medidas, Estados Unidos y Europa le impusieron fuertes sanciones económicas a Rusia, prohibiendo el comercio e inhabilitando las divisas en moneda extranjera de los bancos rusos. En el caso europeo se tomó un mayor riesgo ya que Rusia era el principal proveedor de energía para la región. 

Pero, si bien la economía rusa se contrajo, pudo sortear la crisis accediendo a otros grandes mercados que sustituyeron a los occidentales, como el chino y el indio, a quien les vende con ciertos beneficios. 

El aumento del costo de la energía provocado por las propias sanciones fue contraproducente, ya que Rusia pudo incluso aumentar sus reservas. Hasta el momento se llevaron adelante 10 paquetes de sanciones, donde incluso se alcanza a terceros países que podrían ayudar al gigante ruso a sortearlas. 

Con el pasar de las semanas, la ofensiva rusa fue perdiendo fuerza, mientras que las defensas ucranianas fueron evolucionando a ofensivas, recuperando parte del territorio perdido en el este del país y en el norte de la capital. Esto se debe en gran parte a la ayuda brindada por occidente. Por ejemplo, los drones de reconocimiento combinado con el avanzar de los tanques fueron una estrategia demoledora a la hora del avance ucraniano. 

Otra de las razones del cambio en el statu quo es que en un principio el gobierno ruso envió reservistas y no al ejército profesional, pero esto cambió debido a que la situación en el frente era desastrosa. Pero ello, las fuerzas regulares fueron desplegadas y se calcula que cerca del 97% de las fuerzas activas rusas están hoy en Ucrania.

Junto con el despliegue de las fuerzas regulares, el Kremlin ordenó la destrucción de la infraestructura energética ucraniana con el fin de devastar la economía nacional y desmoralizar a la población durante el invierno, esperando conseguir algún tipo de alzamiento contra Zelenski o por lo menos forzar un tratado de paz.

El "porqué" de la guerra

Si la pregunta es por qué Putin decidió invadir Ucrania, la respuesta es simple: porque podía. 

Rusia fue históricamente un imperio gobernado por autócratas megalómanos. Los grandes zares de la historia no son conocidos por la concesión de derechos o libertades como puede ser el caso de los próceres occidentales, sino que se distinguen por la conquista y expansión de fronteras. 

Putin no quiere quedar fuera de la lista y por esta razón tomó a Ucrania como una cuestión casi personal. Este riquísimo territorio, anteriormente perteneciente a la Unión Soviética e independizado luego de la caída de esta en el 91´, siempre fue un patio para Rusia. O por lo menos hasta 2013/2014, cuando el pueblo ucraniano se levantó contra el gobierno prorruso para comunicar que estaba de acuerdo con ingresar a la Unión Europea. 

Esto fue un antes y un después en las relaciones porque Kiev salió de la órbita de Moscú y empezó a estar peligrosamente cerca de Occidente, a tal punto que se planteaba la posibilidad de ingresar a la OTAN para proteger su soberanía. 

Rusia no se podía permitirse tener al enemigo en las puertas y por esta razón comenzó la escalada de tensión. Putin lanzó el ataque cuando la ventana de posibilidad estaba cerrándose, ya que una Ucrania en la OTAN sería intocable. Entendemos por lo tanto que no es una razón monocausal, sino que tiene muchas aristas comenzando por la historia de la propia Rusia, la psicología de su líder, la estructura de toma de decisiones y perspectivas de seguridad nacional del estado ruso. 

La guerra hoy

Actualmente, las acciones bélicas se centran principalmente en el este del país, bordeando las supuestas regiones autónomas de Donetsk y Lugansk. Al comenzar la guerra, el frente representaba cerca de 2.000 km, pero hoy en día representa poco menos de 1.000 km, es decir que los combates se concentraron.

En los últimos ocho meses, las fuerzas rusas solamente avanzaron pocos kilómetros, alrededor de una tercera parte de lo pretendido por el alto mando. En contraposición, los ucranianos recuperaron la ciudad clave de Izium y gran parte del Oblast de Járkov.

Ante la movilización parcial ordenada por Putin, vemos que el Ejército ruso volvió a ganar territorios en el último mes cuando se logró rodear la ciudad minera de Bajmud. Sin embargo, si entendemos que el todopoderoso Ejército ruso solo pudo avanzar un puñado de kilómetros, comprenderemos que la guerra tampoco está yendo del todo bien para Putin. 

Estamos en estos momentos viviendo una ofensiva rusa sobre posiciones ucranianas. Por otro lado, Ucrania, previniendo este accionar ruso, preparó una contraofensiva de primavera que veremos en acción en las siguientes semanas.

Estos días nos encontramos con la sorpresiva visita del Presidente Joe Biden a Kiev donde reafirmó el compromiso con Ucrania a través de la promesa de la entrega de armas por más de US$ 500 millones, sumado más sanciones contra Rusia. 

Sin embargo, esto puede cesar en 2024 con las elecciones presidenciales estadounidenses, donde puede haber un cambio de mando, y a la vez haber cambios en la política hacia la situación en Ucrania. 

El discurso de Putin en un nuevo año de guerra

El presidente Putin dio un discurso en el que celebró el primer aniversario de la guerra contra Ucrania. Además de hacer críticas a Occidente por permitir tanto los matrimonios entre personas del mismo sexo como la pedofilia, el mandatario anunció la suspensión del Tratado Nuevo START, el único en vigor que limita la producción y tenencia de armas nucleares entre Estados Unidos y Rusia.

Putin también amenazó tanto a Ucrania como a sus proveedores, afirmando que "llevará la guerra hasta el final" y que "no se puede vencer a Rusia en el campo de batalla". Esto nos hace pensar en la posibilidad de un ataque nuclear. Aunque es poco probable, a menos que Ucrania avance sobre territorio ya incorporado a la Federación Rusa, como la Península de Crimea. También se cuestiona hasta qué punto la clase dirigente rusa tolerará que Putin lleve la guerra a este nivel.

Conclusión: el futuro de la guerra

Occidente está totalmente alineado con Ucrania en su conflicto con Rusia. A tal punto que la mismísima Estados Unidos está comprometiendo sus reservas de municiones destinadas a una posible guerra con China. Europa se une al bando ucraniano, mientras que Rusia lucha por mantener un Estado tapón y la región de Dombás en la guerra. 

Por su parte China intenta evitar el conflicto, pero tendrá que elegir entre apoyar a Rusia o abandonar a Putin. Lo más probable es que se decante por apoyar a Putin con el envío de armamento limitado, lo que podría llevar a una gran colisión entre las industrias occidentales y la sino-rusas. 

Llegado el momento, una opción para Ucrania sería avanzar hacia Crimea, que se encuentra a tan solo 100 kilómetros, lo que podría afectar la estabilidad de Putin y llevar a una escalada nuclear. Por su parte, Estados Unidos tiene en mente enviar cazas F-16 y misiles de largo alcance a Kiev, lo que podría resultar en ataques a Rusia y a la propia Moscú. 

El resultado de la guerra en Ucrania es un claro fracaso para Rusia, a pesar de haber tomado ciudades y tener el control de Crimea y el Dombás. La invasión ha generado un fuerte nacionalismo antirruso en Ucrania y ha debilitado la histórica relación entre los dos países, que ha existido durante siglos. Rusia ha perdido en un año lo que gobernó de facto durante mucho tiempo y ahora se enfrenta a una posible extensión de la OTAN en su frontera. Con lo que parece ser un final similar a lo que ocurrió entre Finlandia y la Unión Soviética en la Guerra de Invierno: el aislamiento de una región. 

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