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Cambio climático

Carlino: "Argentina cuenta con las capacidades para impulsar la transformación hacia la carbono-neutralidad"

En el marco de un nuevo aniversario de la entrada en vigor del Protocolo de Kioto, El Economista dialogó en exclusiva con Micaela Carlino, Magister en Economía de la Universidad Torcuato Di Tella, especializada en finanzas sostenibles.

Carlino es Licenciada en Economía de la Universidad Torcuato Di Tella y cuenta con una maestría en Economía de la misma universidad.
Carlino es Licenciada en Economía de la Universidad Torcuato Di Tella y cuenta con una maestría en Economía de la misma universidad. .
15 febrero de 2024

En un mundo en el que la tensión y los conflictos van en aumento, hay un tema donde parece existir cierto quórum: la lucha contra el cambio climático debe llevarse ahora o nunca.

Sin embargo, pese al convencimiento en general, por el momento no se han obtenido grandes resultados e incluso las temperaturas a nivel global van en ascenso. 

Incluso, durante 2023, y por primera vez, el Servicio de Cambio Climático Copernicus de la Unión Europea confirmó que el calentamiento global ha superado los 1,5°C durante todo un año, lo que deja en evidencia que los esfuerzos no están siendo suficientes.

Por su parte, Argentina, que muchas veces está lejos de hacer bien los deberes en diferentes áreas, parece estar haciendo un importante aporte en la materia e incluso podría ofrecerle al mundo importantes soluciones para evitar el calentamiento global. 

Ante esta situación, y en el marco de un nuevo aniversario de la entrada en vigor del Protocolo de Kioto (16 de febrero de 2005), El Economista dialogó en exclusiva con Micaela Carlino, Magister en Economía de la Universidad Torcuato Di Tella, especializada en finanzas sostenibles. 

  • El Protocolo de Kioto podría considerarse la primera vez en la que el mundo aceptó formalmente que había que reducir las emisiones de GEI. Ante un nuevo aniversario de su entrada en vigor, ¿el mundo se encuentra en una mejor situación o el Protocolo fracasó? 

Estrictamente fue en 1979, en la Primera Conferencia Mundial del Clima, que se reconoció al cambio climático (CC) como un problema severo. Una serie de conferencias intergubernamentales focalizadas en este tema se desarrollaron a fines de los 80 y principios de los 90. 

Simultáneamente con el desarrollo de creciente evidencia científica, las conferencias contribuyeron a despertar conciencia internacional. En efecto, en 1990, el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático elevó su Primer Informe de Evaluación, confirmando la evidencia científica sobre el CC. 

En diciembre de 1997, en la tercera Conferencia de las Partes (COP), se adoptó el Protocolo de Kioto que contenía compromisos relativos a la reducción de GEI para los países desarrollados post 2000, se consideraron cuestiones relativas al financiamiento, transferencia de tecnología y revisión de información. 

Pese al compromiso de modificar la curva de emisiones de GEI, las emisiones globales todavía siguen creciendo. No obstante, no cabe duda de que el Protocolo fue un primer paso esencial en el proceso de construcción del régimen climático internacional que rige actualmente.

  • En 2015 llegó el Acuerdo de París, el cual muchos consideran como el heredero de Kioto. ¿Este acuerdo solucionó los errores del proceso anterior? El mundo parece estar lejos de cumplir con lo pautado. 

Las negociaciones climáticas están hoy efectivamente a mitad de camino, han transcurrido 7 años desde la trascendental firma del Acuerdo de París (AP) y faltan aproximadamente otros 7 hasta 2030, año que se plantea como momento crítico para consolidar un impulso sustantivo en materia de mitigación y adaptación. 

El AP tiene como objetivo mantener el aumento de temperatura media global "muy por debajo" de los 2°C respecto de los niveles preindustriales. El AP evolucionó de la prevalencia de la mitigación a un enfoque más equilibrado e inclusivo, se construye sobre compromisos voluntarios de países mediante las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC), la preferencia por el diálogo y la negociación en la resolución de conflictos y una conducta internacional gobernada por reglas. 

Se debe considerar que existen ciertos elementos estratégicos y factores geopolíticos que han influido sobre el proceso de negociación y los resultados de cada una de las Conferencias. En la última COP, en Dubái, en diciembre de 2023, acuerdos y nuevas promesas han dejado en claro cuestiones cruciales que reflejan avances y, al mismo tiempo, desafíos pendientes de resolución en la agenda climática global. Se evidenciaron hitos importantes, que dieron lugar a la construcción de acuerdos históricos en la lucha contra el CC.

El principio del fin de la era fósil, un llamado a abandonar los combustibles fósiles, se incorpora por primera vez de manera explícita, aunque con lagunas, decisión que marcó un cambio significativo en la agenda climática, a pesar de las tensiones y controversias generadas en sus inicios por la sede y presencia de líderes vinculados a este sector. 

Se continúa evidenciando la atenuación de la gravitación de la adaptación, como ocurrió en la COP27, pero se ha logrado un hito clave en la construcción de la confianza en el régimen internacional con la creación del fondo específico para Pérdidas y Daños.

A pesar de los prometedores avances en iniciativas de la economía real y los múltiples anuncios realizados por países y actores no estatales, dentro y fuera de la cumbre, existen aún demoras en su implementación. 

Por otra parte, el financiamiento aún enfrenta desafíos significativos para su implementación efectiva a pesar del reconocimiento sobre la necesidad de reformar la arquitectura financiera internacional, planteado en la Iniciativa Bridgetown por la Primer Ministro de Barbados en 2022, y el cumplimiento por parte de los países desarrollados de sus promesas de financiamiento para abordar el CC en países en desarrollo, que aún no se han concretado plenamente a pesar de tener más de una década. 

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  • En un mundo muy conflictuado, parece haber un gran interés a nivel global por luchar contra el cambio climático. Sin embargo, en las últimas COPs se han alcanzado pocos acuerdos relevantes. ¿A qué cree que se debe esto? 

El primer balance global de las acciones climáticas (Global Stocktake), mecanismo establecido en el AP de evaluación quinquenal de los avances en mitigación, adaptación y medios de implementación, fue presentado en 2023. Por una parte, existen evidencias contundentes que los países no están haciendo lo suficiente para evitar, o al menos moderar, los procesos que provocan los peores impactos del CC.

Por la otra, es evidente que una corrección de rumbo, y, sobre todo, la intensificación de la acción climática requiere una sólida colaboración internacional en todos los órdenes para la transformación de la economía global.

En las últimas COPs han transcurrido avances significativos de nuevas obligaciones y declaraciones anuales que continúan marcando un rumbo alentador. No obstante, todavía sigue pendiente cerrar la brecha de lo acordado y su implementación. 

Es preciso enfocar las negociaciones en torno a 3 brechas particularmente relevantes: impulsar la descarbonización, aumentar la resiliencia sobretodo de los países y grupos más vulnerables, y reformar el sistema financiero internacional; de modo que las intervenciones que se concreten logren impulsar la corrección de rumbo tal como se pretende alcanzar.

Los acuerdos climáticos tienen cierta fragilidad inherente, ya que a menudo reflejan las tensiones geopolíticas, empero, se vislumbra el surgimiento progresivo de modelos de negocio alineados con la neutralidad de carbono, cada vez más rentables, hacia la cual la economía global debería converger al 2050. 

Sin embargo, aún persisten desigualdades a nivel mundial y, por ello, es esencial la urgencia de proteger a las naciones en desarrollo, altamente vulnerables a los devastadores efectos del CC, así como reconocer el ambiente como un derecho humano básico en un mundo sostenible.

  • En esta lucha, ¿qué tan buena herramienta son los famosos bonos verdes? 

La introducción e incremento gradual del precio a las emisiones de dióxido de carbono, bajo el principio de "contaminador paga", que puede concretarse mediante un impuesto al carbono, regímenes fiscales que promuevan la descarbonización o sistemas de comercio de emisiones, impulsa inversiones y el cambio de comportamiento hacia actividades bajas en carbono. 

En este sentido, un mercado de carbono otorga más ventajas, por ejemplo, a las ya competitivas fuentes renovables de generación eléctrica, la eficiencia energética o prácticas agropecuarias que capturen carbono.

En los últimos años, la acción voluntaria en torno a los mercados de carbono ha proliferado a medida que las empresas se han convertido en la mayor fuente de demanda, ante los compromisos voluntarios de carbono neutralidad. Actualmente, los precios al carbono se contemplan desde una perspectiva más vasta, como una política clave de mitigación, y como una herramienta para obtener ingresos, impulsar la innovación y contribuir a alcanzar objetivos más amplios de desarrollo sostenible.

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  • ¿Cuál es la situación de Argentina en materia climática? 

Argentina ha presentado la segunda NDC ante la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático en diciembre de 2020, con un aumento en la ambición respecto de las anteriores. Asimismo, el compromiso de carbono neutralidad en 2050, que fuera anunciado en 2021, se tradujo en la Estrategia de Largo Plazo del país. 

Como parte del Proyecto "Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos" se incluyó la propuesta de establecer un mercado de derechos de emisiones en el país. Todas ellas, señales positivas de la posición del país de cara a los compromisos internacionales ya asumidos en materia de CC.

No obstante, el aumento de la ambición de las políticas climáticas y la consolidación del régimen climático a nivel internacional han comenzado a tener un efecto considerable en las reglas del juego que determinan los flujos del comercio y de inversión mundial. 

En este contexto, las políticas orientadas a combatir el CC que desarrolle, o no, la Argentina, afectarán las condiciones de acceso al financiamiento climático internacional y su costo, así como el impacto en la competitividad de sus exportaciones. 

En este sentido, a medida que se continúen desarrollando marcos regulatorios para establecer mecanismos de ajuste al carbono en la frontera (CBAM, del inglés) variarán progresivamente las condiciones en las que se permitirán el acceso a los mercados internacionales de bienes. 

El propósito del CBAM es que las emisiones de carbono incorporadas en los productos importados de un país sean sometidas al mismo costo de carbono que las emisiones de los productores domésticos, ante mayores gravámenes. 

Esta cuestión aún no ha sido considerada en profundidad por los principales sectores exportadores del país, ni en su temporalidad ni en el potencial impacto que puede tener, aun cuando es prácticamente inminente.  

Las políticas e instrumentos de los marcos regulatorios sectoriales deben ser consistentes, o al menos no ir en la dirección opuesta a los compromisos asumidos por el país a nivel internacional. 

Las políticas que implemente el país tendrán impacto en la competitividad de las empresas, en términos del costo y en contenido de carbono, pero también en los resultados de la balanza comercial y en términos fiscales. 

Asimismo, resulta clave elaborar y discutir estrategias de transición justa, que permitan al país implementar estas transformaciones en base al diseño adecuado de políticas para atender a los grupos vulnerables y a aquellos que se puedan ver impactados más desfavorablemente por la transición. 

  • ¿Qué puede ofrecer nuestro país en esta lucha? 

Argentina cuenta con recursos y capacidades para desplegar las transformaciones hacia la carbono-neutralidad y aprovechar sus ventajas competitivas en los sectores económicos más relevantes, posicionándose a nivel internacional en la exportación de productos de valor agregado y bajos en carbono.

Las ventajas competitivas, de ser aprovechadas, le permitirán además acceder al financiamiento para su transformación, de presentarse en el marco de una política climática estrictamente alineada con el AP, y a los mercados mundiales cada vez más exigentes en términos de sostenibilidad.

El país presenta avances significativos en términos climáticos, como la reducción de la intensidad de emisiones de GEI de su parque eléctrico, la generación renovable no convencional es una porción cada vez más significativa de la demanda, cortes de biocombustibles elevados a nivel mundial, la captura de carbono en suelos por el sector agropecuario, que no deben minimizarse. 

Por lo tanto, continuar con el diseño de políticas para el cumplimiento de los esfuerzos comprometidos en el marco del AP son claves para fortalecer la competitividad climática del país, ya que acción climática equivale hoy a desarrollo económico sostenible y justo.

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CV Micaela Carlino

Es Licenciada en Economía de la Universidad Torcuato Di Tella y cuenta con una maestría en Economía de la misma universidad. Ha sido seleccionada para participar en el Laboratorio Virtual de Finanzas Sostenibles e Inversión de Impacto, organizada por AECID y UNED. Cuenta con más de 18 años de experiencia en actividades de análisis económico financiero y consultoría en la mayoría de los países de Latinoamérica, enfocado en proyectos de energía, infraestructura, y cambio climático. Su formación profesional en economía luego completada con estudios de posgrado le permitió, junto a una intensiva práctica profesional, disponer de un sólido conocimiento del tema. Desde el 2005 participa de trabajos de investigación y consultoría en la Fundación e Instituto Torcuato Di Tella en la Economía del Cambio Climático, que incluye proyectos de fijación de precios del carbono, plataformas de financiamiento verde y del carbono, capacitaciones a tomadores de decisiones y promoción de una agenda ambiental regional. Desde hace 2003 es docente universitaria y profesora de grado y posgrado en diversas universidades argentinas. Es autora de publicaciones sobre aspectos económicos y de la energía y el cambio climático. 

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