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Una decisión extrema frente a un tiempo de escasez
Panorama

Una decisión extrema frente a un tiempo de escasez

Un cuádruple embrujo azota a los mercados mundiales. Y dentro de eso, la sequía dejará este año a Argentina con los bolsillos vacíos.

Luis Varela 27 marzo de 2023

En lo que va de la actual administración Fernández-Fernández, el Gobierno tuvo cuatro crisis cambiarias, de diferente envergadura. La primera fue en octubre de 2020 por el ahogo del Covid, con un dólar blue que llegó a $195. La segunda fue el portazo del ex ministro Martín Guzmán, en julio del año pasado, con el blue a $338. 

La tercera fue en enero último, cuando se comprendió que la baja inflacionaria de Sergio Massa había fracasado, y el blue llegó a $ 386. Y la cuarta es la que vivimos hoy, con la comprensión de que este año habrá gran escasez de dólares por la sequía, con la que el blue estuvo a milímetros de los $400.

Por supuesto, todas esas cifras son nominales. Si ajustamos por inflación el overshooting de octubre de 2020, aquellos $195 serían $ 770 de hoy. Los $ 338 de la salida de Guzmán serían hoy $584, los $ 386 del réquiem de los precios justos cotizarían ahora a $ 467. 

 Y la semana pasada, con un cuádruple embrujo, el blue cotizó en un pico de $ 398 en la apertura del miércoles, que luego fue aplacado por Massa por una nueva sorpresa salida de su galera, que en este momento muchos expertos califican más roedor que conejo.

Los datos relevantes

Frente a todo este maremágnum de números, para intentar comprender dónde estamos parados, deben responderse dos preguntas esenciales: qué fue el cuádruple embrujo de la semana pasada y tratar de entender si el actual valor del dólar libre es caro, barato o si está en línea con el resto de los precios de la economía. 

El cuádruple embrujo nos atosiga, es un cruce casi demoníaco de factores, algunos internacionales y otros locales. El primero es el colapso bancario internacional. El segundo es una inflación desatada. El tercero es la confirmación de los principales bancos centrales del mundo de seguir subiendo las tasas de interés. Y el cuarto es el mal trago de la sequía: después de cosechas promedio de 130 millones de toneladas de trigo, cebada, maíz, sorgo, cebada y girasol entre 2018 y 2022, este año tendremos sólo 84 millones de toneladas, 35,4% menos. Y no solo estaremos con menos cantidades: el precio en dólares de la soja en la Bolsa de Rosario cae 11% en marzo y 18% en lo que va del año (Brasil y otros países tuvieron cosechas tan grandes, que hay posibilidades que este año tengamos menos cantidades para vender y precios internacionales mucho más deprimidos que en los últimos tres años).

Esta mala situación contrastó con dos números recién salidos del horno y que les quemó la cabeza a los analistas. El déficit fiscal del primer bimestre fue el más grande de este siglo. Y Massa tuvo que guardarse otra vez sus palabras: había dicho que no le pediría más adelantos transitorios de liquidez al Banco Central (emisión nueva, con billetes con tinta fresca), y sin embargo tuvo que pedirle $ 130.000 millones para poder pagar las cuentas, a pesar de los canjes de deuda que le van dejando un agujero de regalo al próximo Gobierno y de la buena licitación de bonos en pesos de la semana pasada, con la que tomó deuda por $425.889 millones ($ 416.546 el miércoles y $ 9.343 el jueves), y ni siquiera con todo eso alcanzó.

Los ingresos que no llegarán

El cuádruple embrujo de la semana pasada le hizo comprender al viceministro Gabriel Rubinstein antes que a nadie que este año a la economía le faltará el ingreso de por lo menos US$ 20.000 millones que no entrarán por la sequía. Con todo esto la población comprendió que el actual peso argentino es una moneda que se está incendiando, y los inversores se preguntan qué hacer con los ahorros. El caos internacional no hace sentir que el dólar sea un refugio tan seguro, la compra de bienes se encuentra con sobreprecios descabellados y los activos considerados como refugios de los últimos tiempos (como en oro, la plata o las criptomonedas) también están en discusión.

  • Probablemente la primera pregunta que se hacen todos es tratar de entender si está caro o barato este dólar blue súper intervenido que terminó el jueves a $389. Si nos guiamos por la administración de Alberto y Cristina, la inflación acumulada desde que están sentados en sus poltronas es del 383% y en ese mismo período el dólar blue sube 489%, el MEP trepa 423%, el contado con liquidación sube 419%, el dólar oficial aumenta 257% y el dólar mayorista está a la cola, muy atrasado, con un incremento del 244%.

O sea, en esta situación de incertidumbre, sin llegar a ser de pánico, los dólares libres están en un overshooting, mucho más leve que en los temblores anteriores. Pero en este momento acaba de iniciarse un terremoto con consecuencias desconocidas: Massa se animó a anunciar la venta por unos US$ 4.000 millones de bonos nominales que hay el Fondo de Garantía de Sustentabilidad de la Anses, los quiere reemplazar por un bono Dual (ajustado por inflación o por tipo de cambio) con vencimiento en 2036. Pero la movida tiene varias incógnitas que están en proceso, y que comenzarán a digerirse a partir de la reapertura de los mercados de hoy.

Con el BCRA vacío de dólares y con el Tesoro sin financiamiento nuevo ni en pesos ni en dólares, Massa decidió empezar a quemar joyas de la abuela: vende stock de bonos en dólares que a valor de hoy (27) significa que los entregará a bancos que esperan cobrar en menos de siete años casi cuatro veces esa cifra: unos US$ 104. 

Frente a la idea de Massa hubo por lo menos dos grandes movidas inmediatas. Primero, la oposición quiere convocarlo al Congreso para ametrallarlo a preguntas, y entender el verdadero costo y la necesidad concreta de semejante operación. Y Massa, esperando que con solo nombrarla eludiría todas las dudas, dijo que la UBA analice el tema, y desde allí llegó una respuesta que atragantó a todo el equipo económico: "¿Vos te bancás un dictamen negativo?".

Un contexto global difícil 

Todo esto se da con un contexto internacional muy complejo. Tras las últimas decisiones del titular de la Fed Jerome Powell (subir de manera más blanda la tasa de interés) y de la secretaria del Tesoro de EE.UU. Janet Yellen (de convocar a todos los gobierno de países grandes para darles un apoyo masivo a los bancos), las tasas largas de los bonos estadounidenses se desplomaron. El viernes se pagó 4,3% anual a 1 año de plazo, 3,4% a 5 años, 3,4% a 10 años y 3,6% a 30 años. En promedio es casi medio punto anual por debajo de lo que se venía pagando. Con eso el dólar se desplomó la semana pasada contra las principales monedas del mundo. Cayó 2% en Chile, 1% en Japón, 0,9% contra el euro, 0,8% contra el franco suizo, 0,5% contra la libra y 0,3% tanto en Brasil como en China.

El dólar en Argentina

¿Qué pasó con los dólares la semana pasada en Argentina? La posibilidad de que Massa tenga una montaña de bonos en dólares para intervenir los precios de los dólares financieros hizo que el MEP cayera 3,4% y el CCL achicara 3,3%. Pero, atención: el dólar blue de Argentina fue el que más subió de todo el mundo: trepó la semana pasada 1,6%, a pesar de la baja final. Y los operadores comprendieron que si la jugada no es frenada, Massa tendrá más bonos para intervenir el MEP y el CCL, pero el BCRA no tendrá ni un solo dólar para vender en el mercado de cambios, por lo que como pasó mil veces en Argentina de todos los tiempos el blue simplemente se acaba de agachar.

  • Y la profundidad del nerviosismo se ve en los depósitos en los bancos y en el valor de los títulos. En el sistema financiero sólo quedan pesos transaccionales, la mayoría rueda a un día o en plazos fijos muy cortos, que en realidad cobran 5% por mes, contra una inflación que viaja al 7%, lo cual lo convierte en plata quemada; de ahí que no entran pesos nuevos y los depósitos en dólares, que crecían de a US$ 450 millones por mes entre septiembre y diciembre, crecer cero desde enero, ni un solo dólar nuevo se queda en los bancos.

Y el valor de los títulos muestra que el semáforo está con luces amarillas intermitentes: "circular con precaución". Los bonos argentinos se hundieron 6% la semana pasada y el riesgo país subió 166 unidades hasta 2.549 puntos básicos, el mayor nivel en 135 días. 

Las bolsas para arriba 

Con el apoyo de las autoridades monetarias a los bancos, casi todas las bolsas subieron la semana pasada: Chile saltó 2,7%, el tecnológico Nasdaq de New York mejoró 1,7%, México avanzó 1,6%, Frankfurt subió 1,3%, el industrial Dow Jones de Wall Street avanzó 1,2%, incluso hubo avances en Madrid del 0,8% y en Tokio del 0,2%. Y hubo solo dos bajas: la peor fue la de San Pablo (con un Lula enfrentado con su Banco Central) que cayó 3,1% y la Bolsa de Buenos Aires perdió 1,1% medida en pesos y 2,6% medida en dólares.

***

El impacto en las commodities

Pero por debajo de todo ese andamiaje viajan los precios de las commodities, que parecen prepararse para una recesión mundial que afectará de manera despareja a muchas zonas. Por eso, huyendo de todas las monedas, de todos los bonos y de todas las Bolsas, hay tres valores que se destacan en marzo: el Bitcoin salta 18,4%, la onza de plata sube 10,7% y la onza de oro avanza 8,1%. El resto muestra un bloque de precios en baja: el cobre achica 0,4%, el aluminio 1,3%, el maíz de Rosario 2,6%, el trigo rosarino 3,6%, el sorgo del puerto de Santa Fe 5,8%, la soja de Chicago cae 4,7%, el níquel retrocede 5,1%, el petróleo se hunde 10,1% y lo peor de todo es el desplome, también en Rosario, para el girasol y la soja, que pierden 10,8% cada uno. Sin dudas, todo esto anticipa que viene un tiempo de escasez, que explica por qué Massa acaba de dar este manotazo.

 

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