Panorama
Como si viviéramos dentro de un cuento de terror, la realidad impone cada día nuevos golpes duros, y eso impacta de manera aún más intensa en países debilitados, empobrecidos, mal administrados, como Argentina.
Para peor, las cosas que pasan corren con tanta velocidad y se conocen ahora mucho más rápido gracias a las redes sociales, que de alguna manera olvidamos que ya transcurrieron cuatro años desde el inicio del Covid-19, dos años del ataque de Rusia a Ucrania, cuatro meses de la invasión de Hamas a Israel y dos meses de la amenaza de Venezuela sobre Guyana.
Y como en un álbum de fotos dramáticas, en las últimas horas Rusia emitió una orden para capturar a la primera ministra de Estonia y crece la alarma en los países bálticos, lo cual alteró todavía más las cosas y tuvo un nuevo impacto en los commodities.
En suma, estamos dentro de un mundo complicadísimo, con economías que van sobreviviendo de alguna manera, pero con una relación muy inestable que no parece tener un horizonte sostenible.
Por ahora, en términos generales, en el mundo desarrollado el 80% depende de la economía y el 20% de la política, pero dentro de países que sufren, como Argentina, la relación es al revés: el 80% depende de la política y el 20% de la economía.
Y como los políticos siempre tienen acceso más rápido a la información, toman ventaja de eso: y ante la posibilidad de un cambio, la política siempre defiende intereses, parte y reparte y se lleva la mejor parte. En ese sentido, la política no toma decisiones para mejorar la economía sino para mantener una estructura caduca que los benefició y los sigue beneficiando, anclando a Argentina y convirtiéndola en un país pobre.
Incluso dentro del actual Gobierno libertario, el ajuste que se amaga contra la política es mínimo, pero los jubilados y los trabajadores en negro son los más castigados por este momento crítico. Y a eso se suman problemas estructurales, como los cortes de luz o ahora las inundaciones, o la mala gestión como los registros de las tarjetas SUBE o las actualizaciones de usuarios en organismos públicos.
Y la sociedad se encuentra, además, con verdaderos insultos para los consumidores, con grandes supermercados que usan como anzuelo publicidades que dicen "te vendemos este producto por $1.000 pesos pero si te llevás dos pagás sólo $1.300". ¿Cuál es el verdadero valor? ¿De qué tamaño es el engaño?
En este martes de carnaval, con la expectativa de que el ministro Luis Caputo siga utilizando al dólar como ancla, el dólar cripto se operó a $1.180, con una baja del 1,1%, sin que el blue o los dólares financieros operaran. Pero al mismo tiempo se comprobó que el San Valentín viene inflado: ser romántico es hoy hasta 383% más caro que hace un año. Y dentro de 100 días saldrán los billetes de $ 10.000 (con la imagen de Manuel Belgrano y María Remedios del Valle) y de $20.000 (con la figura de Juan Bautista Alberdi).
En ese contexto, con lunes y martes feriado por carnaval, los ADR y bonos que operaron en NY sufrieron nuevas bajas, por segundo día consecutivo. Puntualmente, en Wall Street Central Puerto pudo subir 1%, pero luego hubo baja en bloque del 1% al 5% para Despegar, Cresud, Telecom, Bioceres, Mercado Libre, IRSA, Supervielle, Edenor y Francés.
La ola roja no fue exclusiva para los papeles argentinos. Ocurre que se difundió el dato de inflación de EE.UU. y salió con números mayores a los esperados: enero tuvo un IPC del 0,3% mensual (contra 0,2% de diciembre) y su variación anual fue del 3,1%, cuando todo el mercado estaba muy confiado en que iba a bajar al 2,9%, pero no sucedió. Y eso cambió todas las expectativas, ahora se piense que la tasa base de la Fed puede seguir alta durante más tiempo, tal como viene avisando su titular, Jerome Powell.
La novedad sobre los precios, y el aumento de la tensión mundial, provocaron un fuerte repunte de las tasas largas de EE.UU.: se pagó 5% anual a 1 año de plazo, 4,3% a 5 años, 4,3% a 10 años y 4,3% a 30 años. Y con eso el súper dólar actuó nuevamente sostenido: en el exterior el billete estadounidense subió 1% en Japón, 0,9% en México, 0,7% contra el euro, 0,4% contra la libra, no cambió en Brasil y en China y bajó 0,2% en Chile.
La posibilidad de que la tasa de la Fed se mantenga en 5,5% anual al menos hasta junio afectó a la Bolsa de Nueva York, ya que muchos sectores empiezan a mostrar signos recesivos, y eso se sentirá en muchos balances. De ahí que el Dow Jone Industrial bajó 1,3%, el S&P cedió 1,4% y el Nasdaq perdió 1,8%, con diferencias importantes: Airbnb subió en Wall Street, pero Arm, Shopify y Moody's cayeron fuerte. Y, atención: el Russell 2000 (índice estadounidense de empresas de pequeña capitalización) se hundió casi 4%.
Detrás de todo ese baile, los commodities que más dependen de Rusia están en alza, y todos los demás bajan. El níquel subió 1,4%, el petróleo subió 0,8% (WTI a US$ 77,70 y Brent a US$ 82,60), en Chicago el trigo terminó sin cambios, el cobre bajó 0,5%, el aluminio bajó 0,5%, la soja Chicago bajó 0,6%, el maíz Chicago bajó 0,7%. Y lo que más bocas abiertas dejó fue lo sucedido con las posiciones refugio: el oro bajó 1,4%, el Bitcoin perdió 1,9% y la onza de plata se hundió 2,9%.
Este miércoles no es un día más para Argentina. Volverá a tener mercados operando tras el fin de semana largo. El Indec difundirá el IPC de enero y eso impactará en los dólares libres. Y también a partir de este miércoles las pymes podrán acceder al dólar oficial para cancelar deuda comercial por importaciones todavía no canceladas. Y el "no hay plata" de Milei tiene efectos secundarios desconocidos: el titular de la Comisión de Presupuesto de Diputados, el diputado José Luis Espert, dijo a viva voz "banco fuerte esta rebelión fiscal", en apoyó a decenas de productores que demandaron al municipio de Azul por haberles subido una tasa de manera excesiva.
Frente a toda situación enrarecida, representantes de los principales bancos de Wall Street están desembarcando en Buenos Aires. La visita es encabezada por representantes de Barclays, Bank of America, Citigroup, Goldman Sachs y HSBC, junto a un grupo de clientes (en su mayoría, fondos de inversión) para conversar con funcionarios del Ejecutivo, el Ministerio de Economía y el Banco Central, así como empresarios, consultores políticos y economistas.
¿Es buena esta visita? En realidad estos inversores vendrán a "monitorear" los bonos soberanos que varios fondos compraron en diciembre pasado, con la llegada de Milei al poder y sus promesas de avanzar en un plan de shock. Pero debido a lo que sucedió en las últimas semanas, los bancos más grandes de Estados Unidos acaban de emitir señales de precaución sobre Argentina, esencialmente por potenciales problemas de gobernabilidad.
De arranque, en la luna de miel inicial, los títulos en dólares subieron con Milei en la Rosada hasta 14%, pero desde que se cayó la Ley Ómnibus, y desde que se desataron los enfrentamientos abiertos entre Milei y varios gobernadores, esos mismos papeles retrocedieron 9%. Por eso, vienen a estudiar a fondo qué pasa. Decidirán qué hacer, si vender e irse, o si vale la pena tomar el riesgo y comprar más.
El fondo de inversión más grande de todos, BlackRock, compró la semana pasada US$ 1,8 millones del bono en dólares Bopreal, con el que el Gobierno busca regularizar la deuda de importadores.
Veremos que deciden los demás.
