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Mercados volátiles

Ciclotimia y río revuelto: ganancia de pescadores

El Gobierno anunció avances con el FMI y provocó un gran día para la Bolsa. Los bonos también subieron, pero el mercado cambiario no estuvo tranquilo

Las acciones y los bonos argentinos tuvieron un buen desempeño ayer a pesar del
Las acciones y los bonos argentinos tuvieron un buen desempeño ayer a pesar del
Luis Varela 01 diciembre de 2021

Colgados de los celulares, recorriendo al minuto decenas de sitios con noticias y cotizaciones en todas las redes, los inversores del mundo están sumergidos en un movimiento de altísima ciclotimia, que genera notable volatilidad, con subas exageradas ante cada buena nueva y desplomes importantes ni bien se conoce alguna mala noticia, generando en los mercados un verdadero río revuelto que le da enormes ganancias a los pescadores expertos y pérdidas gruesas a los novatos que todavía no manejan el medio mundo.

Y ese desconcertante ida y vuelta se vio ayer en todo su esplendor fundamentalmente en el mercado argentino, una plaza financiera ciertamente minúscula en términos de volúmenes internacionales, pero que está sufriendo un momento de gran desconfianza, por lo que con gran apuro el Gobierno se encargó de anunciar una novedad muy esperada: el sábado partirá una delegación de funcionarios argentinos del ministerio de Economía y del Banco Central con destino a Washington para empezar a delinear lo que será el acuerdo con el FMI, y el lunes llegará una misión técnica del Fondo a Buenos Aires, para instalarse y comenzar a tomar en detalle las cifras de la delicada situación actual.

Este anuncio tan esperado llegó acompañado con una muy buena noticia: en noviembre, el comercio bilateral con Brasil, nuestro principal socio comercial, volvió a arrojar valores elevados tanto en lo que respecta al flujo comercial, que volvió a niveles de 2018, como en lo relativo al saldo, que alcanzó un nuevo récord mensual. En números, el intercambio bilateral con Brasil se elevó por onceavo mes consecutivo a los US$ 2.422 millones (+48,5% con relación a noviembre de 2020 y +54,4% con respecto al mismo mes de 2019), consolidando su recuperación tras dos años de fuerte retroceso. Mientras que, el saldo comercial alcanzó el tercer mes consecutivo de superávit estableciendo un récord mensual de US$ 307 millones.

Señales positivas

El acercamiento con el Fondo y la llegada de dólares contantes y sonantes por comercio concreto fue como burbujas de champán para el mercado local, por lo que la Bolsa de Buenos Aires pegó un fuerte saltó del 7,4%, con el mejor volumen diario operado desde las elecciones legislativas. Al tiempo que los bonos argentinos también tuvieron un repunte consistente, que derivó en una baja de 73 unidades en el riesgo país, que cedió hasta 1.825 puntos básicos, un nivel que sigue siendo escandalosamente alto, pero que por lo menos se alejó de los 1.900 puntos tocados el lunes.

Detrás de este buen repunte en las acciones y los bonos, el mercado cambiario tuvo un día no tan positivo. Los denominados dólares del chiquitaje (el blue y el MEP) estuvieron con cotizaciones frenadas, en la zona de los $200, pero los dólares libres que utilizan los inversores más sofisticados siguieron volando: el dólar Senebi subió 90 centavos hasta $216,10, pero el contado con liquidación anotó un salto de $9,85 hasta $224. Por lo que la brecha entre el dólar oficial y el blue fue del 88,1% y la brecha entre el CCL y el mayorista saltó hasta 121,8%. Esta enorme diferencia entre los dólares de los ahorristas y los dólares de las grandes empresas demuestra que la visión que tienen unos y otros sobre lo que está por venir es claramente distinta, veremos muy pronto cuál de las dos posiciones tiene razón.

En los mercados externos el movimiento fue de mayor a menor. En la apertura hubo determinados anuncios positivos de las empresas, haciendo todo tipo de anuncios y asociaciones para multiplicar ofertas e innovaciones de productos (en la jerga los operadores lo llaman venta de espejitos de colores en el medio de la cumbre de un mercado que está en una burbuja), pero más hacia el cierre hubo repetidas versiones con fuentes de la Fed ratificando que el tapering se acelera, que la suba de tasas cortas será antes de junio y lo que terminó matando la sonrisa de todos fue el conocimiento de que contagios con la cepa Omicron llegaron también a territorio norteamericano, por lo que Wall Street se dio vuelta y de subir en un jolgorio terminó con bajas duras, con todos pidiendo la hora y colgados del travesaño.

Ese ida y vuelta de los precios por supuesto también afectó las negociaciones con materias primas. Como la cepa Omicron sigue contagiando, y como varios países empiezan a cerrar sus actividades, el petróleo sufrió una nueva caída del 2%. Pero por ahora los metales básicos (usados como insumos por las industrias) apenas mostraron un día mixto, sin bajas graves, y los granos volvieron a subir: el hambre no tiene recesión y tanto Chicago como Rosario estuvieron con los granos hacia arriba, aunque en Santa Fe el trigo cayó fuerte porque hay apuro en los productores por vender, porque los satélites marcan que las cosechas son abundantes en toda partes y que los precios pueden seguir bajando.

¿Qué se puede esperar de la negociación con el FMI? El economista Daniel Marx (de la consultora quantum) hizo su lectura: "Un acuerdo con el Fondo tenderá a buscar quitar desequilibrios, como la brecha cambiaria y las tarifas atrasadas. Sin dudas, eliminar esos desajustes va a generar inflación y habrá que ver cómo se digiere eso; el Gobierno deberá explicar que se hace para estabilizar y no por un estallido, que sin eso podría ocurrir. Y después de lo firmado, por supuesto, habrá que ver cómo reacciona el clima de inversión, ya que el acuerdo con el Fondo es apenas un elemento, lo que más importa es ver todo el contexto del Gobierno".

Ayer, de hecho, mientras se anunciaba que había ya citas concretas con el Fondo y un superávit importante con Brasil, el Banco Central terminó perdiendo más reservas (se fueron U$S 9 millones), no tanto por el mercado cambiario, sino porque la importación está requiriendo partes, insumos, para que las plantas industriales no se detengan. Ayer se conoció, por ejemplo que la venta de motos siguió completamente planchada, sin reacción, a pesar de estar apoyadas por tasas completamente subsidiadas del Banco Nación. Tal como se ve con los autos, la actividad interna se detiene porque la alta inflación hace que la gente se quede sin resto, y que tenga que usar hasta el último centavo para llenar la heladera.

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