El Economista - 70 años
Versión digital

mar 07 May

BUE 17°C

Un agosto inquietante

Entre alquimias monetarias y desbalances fiscales, generaciones de argentinos ven pasar oportunidades y expectativas fallidas de poder vivir en un contexto de estabilidad y crecimiento económico, como en la mayoría de los países de la región y del mundo.

Elecciones 2023
Elecciones 2023 EE
Fernando Amador Agra 31 agosto de 2023

Finaliza un mes de agosto que se percibió más extenso que otros agostos y con una suma de datos que resaltan la diferencia. Desde lo político, las PASO dejaron la puerta abierta a una mayor incertidumbre electoral, que se desparrama por todos las facetas del país.

El dato de la inflación minorista a nivel nacional (+ 6,3% en julio y 113,4% interanual) perdió toda relevancia antes de que se conociera y lo eclipsó por completo el salto discreto en el tipo de cambio nominal (+ 22,29%) con el que nos despertamos el lunes 14 de agosto. El centro del análisis fue cuál sería el traspaso a precios de la depreciación del Tipo de Cambio Nominal que nos dejó las PASO y el interrogante a develar es la tasa de inflación de agosto que, estimaciones privadas, la sitúan en torno de 11%.

Por su parte, el BCRA elevó la Tasa de Política Monetaria de 97% Nominal Anual al 118% Nominal Anual (equivalente a una Tasa Efectiva Anual del 209,45%), tratando de reforzar la demanda de pesos, en el contexto de una mayor tasa de inflación esperada e imprimiendo más vértigo al crecimiento de los intereses que devengan las Letras de Liquidez (Leliq) que emite la autoridad monetaria para esterilizar la expansión monetaria que genera el desbalance fiscal.

Por el lado de la economía real, agosto tampoco trajo buenas noticias: el Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) de junio registró una caída de 0,2% con respecto a mayo en términos desestacionalizados y una caída interanual de 4,4%.

Entre precios y cantidades, se conjuga una estanflación que, con la incertidumbre que nos abraza, sumará un año más a nuestro estancamiento económico de los últimos 12 años.

Con el impulso de ese combo de eventos financieros, las cotizaciones alternativas del dólar también dieron su salto discreto y el dólar MEP y Contado con Liquidación (CCL) se incrementaron el lunes pos-PASO en 15% y 9%, respectivamente, mientras que el dólar blue escaló casi 21%. Las cotizaciones alternativas continuaron escalando y la brecha con la cotización oficial se acercó a 120%.

El 23 de agosto, el FMI informó formalmente que había concluido la quinta y sexta revisión del Extended Fund Facility y se concretó el desembolsó de US$ 7.500 millones (DEG 5.500 millones), los cuales prácticamente se evaporaron luego de cancelar las obligaciones contraídas previamente con organismos internacionales y con el Estado de Qatar (operación financiera con DEG), para cancelar los vencimientos acordados con el FM.

Los efectos de la sequía fueron los principales argumentos para aceptar los desvíos a los acuerdos pactados, se mantiene el objetivo de déficit primario del 1,9 %  del PIB para el año y se deberían seguir actualizando las tarifas de los servicios públicos, mantener en línea salarios públicos y jubilaciones.

Sin embargo, el Gobierno estaría evaluando la posibilidad de congelas las tarifas de servicios públicos hasta que pasen las elecciones.

El Ministro de Economía y candidato presidencial por el oficialismo, Sergio Tomás Massa, anunció medidas económicas para reforzar los ingresos reales luego del salto discreto en el Tipo de Cambio Nominal y su impacto en la dinámica inflacionaria, que generaron más rechazos que aceptaciones, tanto del sector del privado como del sector público provincial y municipal, por la falta de fondos para enfrentar el pago de los beneficios comprometidos, tensando las relaciones con el Gobierno.

Y el fin de agosto nos encuentra, nuevamente, discutiendo beneficios, desventajas y viabilidad de la dolarización de la economía, debate potenciado por el resultado de las PASO y la cantidad de votos que recibió el candidato por la coalición La Libertad Avanza, Javier Milei, principal propulsor de esa reforma monetaria.

Dolarizar la economía en el escenario actual es una discusión en torno a una inviabilidad fáctica, que demora y distrae esfuerzos en centrarnos en alcanzar el consenso sobre una estabilización fiscal y monetaria que nos permita retomar un sendero de crecimiento económico perdurable. La dolarización no solucionará nuestros seculares problemas de economía política fiscal y nos enfrentará a conflictos más complejos y de difícil  resolución.

Entre alquimias monetarias y desbalances fiscales, generaciones de argentinos ven pasar oportunidades y expectativas fallidas de poder vivir en un contexto de estabilidad y crecimiento económico, como en la mayoría de los países de la región y del mundo.

Mientras tanto, el tiempo transcurre y Argentina pierde posiciones relativas, el deterioro social es creciente y la situación económica, una vez más, nos enfrentó con escenas de saqueos a comercios en diferentes centros urbanos del país.

Este mes de agosto, en forma cruda, sintetizó las tensiones sociales, económicas y políticas, a las que se enfrentan cada día la población, para poder afrontar un nuevo amanecer.

En esta nota

LEÉ TAMBIÉN


Lee también

Seguí leyendo

Enterate primero

Economía + las noticias de Argentina y del mundo en tu correo

Indica tus temas de interés