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Tras el acuerdo, prevén un dólar más calmo y menos brecha cambiaria

05 agosto de 2020

Finalmente, ayer se confirmó que se llegó a un acuerdo con los principales acreedores de la deuda bajo legislación extranjera. A pesar de que el domingo el Gobierno hizo trascender a la prensa que no extendería el plazo de negociación y que no mejoraría más la oferta, al día siguiente le hizo un ofrecimiento mayor a los bonistas, quienes aceptaron la nueva oferta. De esta manera, luego de un par de semanas en que el mercado esperaba ver cuál de las partes daba el primer paso, fue el Gobierno quien terminó cediendo primero.

Al igual que el lunes, cuando corrió el rumor de que habría acuerdo, durante la jornada de ayer los mercados financieros siguieron reaccionando positivamente, aunque con menos fuerza. Los bonos soberanos subieron 7% y las acciones de las empresas que cotizan en Wall Street cerraron con cifras dispares. En tanto, el riesgo país retrocedió apenas unos diez puntos para ubicarse en la zona de los 2.110. Por su parte, el dólar blue retrocedió $8 y se vendió ayer en $128, mientras que el CCL y el MEP retrocedieron 2,3% y 4,7%, respectivamente, para ubicarse en $ 119 y $ 116.

En una conferencia de prensa, el ministro de Economía, Martín Guzmán, afirmó ayer que el acuerdo “va a generar condiciones de saneamiento a las finanzas públicas, de certidumbre al sector privado y le va a dar al país otra plataforma para poder despegar cuando la pandemia dé tregua”. Resaltó que este es un paso decisivo, aunque admitió que esto no termina aún. “Vemos que vamos a tener un horizonte despejado en el corto plazo. Solamente US$ 4.500 millones entre 2020 y 2024”, detalló.

Guzmán precisó que el resultado de la negociación con los acreedores significará una carga menor de deuda de US$ 42.500 millones durante los primeros cinco años. “Esto nos permite salir de una concentración fuerte de pago en los primeros años, en condiciones que no se podían enfrentar, a un alivio que va a ayudar a Argentina. Vamos a pasar a una situación de deuda sostenible”, aseguró, algo con lo que no coinciden varios economistas, quienes afirman que “de sostenible no tiene nada”.

“El acuerdo es una buena noticia. La peor decisión hubiese sido no acordar: seguir en default es el peor de los caminos. Párrafo aparte es la forma en cómo se llegó al acuerdo: el Gobierno decía que la sostenibilidad de la deuda estaba en pagar US$ 39 y terminó pagando casi US$ 55”, describió el analista financiero Christian Buteler en diálogo con El Economista, al tiempo que resaltó que esto no va a solucionar los problemas de Argentina, aunque sí es una condición necesaria para empezar a solucionarlos.

Mirando hacia adelante, especialmente a corto plazo, Leonardo Chialva, socio de Delphos Investment, indicó que la resolución de esta negociación logrará “descomprimir mucho algunas variables como el dólar financiero, que seguramente mostrará mayor estabilidad hacia adelante y hasta podría retroceder si se dan algunas condiciones internacionales necesarias”. “Eso permitiría que la brecha recorte su nivel”, remarcó ante este medio.

No obstante, el especialista resaltó que es tan importante no estar en default como que el contexto global le juegue a favor al país. En cuanto al financiamiento para las empresas, no prevé que se dará en el corto plazo. “Eso va a llevar tiempo”, indicó, y asimismo descartó completamente el retorno del financiamiento externo para el país, lo que no se daría en varios años, según su estimación.

Por su parte, el economista jefe de Ecolatina, Matías Rajnerman, coincidió en que en el corto plazo esto va a permitir desinflar un poco las cotizaciones del dólar paralelo, que en sus precios tenía incluido una incertidumbre muy alta. Además, estima que las cotizaciones se van a planchar, lo que probablemente generará que la brecha cambiaria baje considerablemente.

“Esto va a permitir tener una mejor oferta de dólares netos en el mercado oficial y de esa manera el Banco Central podría o bien relajar el cepo y convalidar un deslizamiento leve del tipo de cambio (no de shock) o continuar con este cepo y forzar un atraso del tipo de cambio. Yo creo que el escenario mejor y más probable es el primero. En ese marco, se deberían empezar a corregir muchos desequilibrios y fricciones que afectan al normal funcionamiento de la economía”, señaló Rajnerman ante El Economista.

Mirando hacia el mediano plazo, estima que se podría relajar el cepo cambiario cuando se pueda volver a los mercados y normalizar algunas variables. “Es el primer paso para corregir algunos desequilibrios económicos, sobre todo el fiscal, que se agrandó mucho durante los últimos meses con la pandemia, luego de que 2019 cerró con las cuentas casi en equilibrio”, agregó.

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