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Inflación, el Talón de Aquiles del modelo

A partir de las actuales tasas de inflación, y dados los diversos impulsos inflacionarios, el target de inflación del Gobierno de 35-40% parece francamente irreal. Lo que está en juego es algo muy distinto: nada menos, si el proceso inflacionario se espiralizará o no.

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05 febrero de 2020

Por Nicolás Salvatore Economista

Si en 2020 hubiera alta inflación, entonces la caída de los ingresos en términos reales (jubilaciones, planes sociales y salarios privados sindicalizados, informales y públicos), más las altas tasas de interés activas ?que seguirán elevadas debido al alto riesgo de los sujetos de crédito-, agudizarán la caída del consumo y la recesión. La consecuente caída de la recaudación golpeará la “capacidad de pago” de la deuda, un mazazo en la estrategia del ministro de Economía, Martín Guzmán: “Para pagar, primero hay que crecer”. La inflación es, pues, el Talón de Aquiles de la política económica.

¿Cuán alta será la inflación en 2020? En noviembre-diciembre, la tasa de inflación promedió 3,5%, y la inflación esperada por el Gobierno para enero de 2020 se ubica cerca de 3%. Desde este punto de partida, al estimar la inflación esperada para 2020 deben tenerse en cuenta al menos siete posibles impulsos inflacionarios de peso.

1 -  La tasa de inflación de enero oculta una fortísima inflación reprimida, debido al (cuasi) congelamiento de naftas, tarifas y tipo de cambio, tres de los insumos de uso difundido más potentes de nuestra economía. ¿Qué hará el Gobierno? El REM del BCRA (que es sistemáticamente optimista) estima una inflación anual de 42,3%. Aún si el Gobierno aumentara (¿30%?) naftas, tarifas y tipo de cambio, muy por debajo de la inflación esperada, tal cosa no deja de ser un fuerte impulso inflacionario.

2 -  El BCRA ya le prestó al Tesoro cerca de $ 100.000 millones, y en febrero hay un vencimiento de deuda por $ 160.000 millones, de los cuales un porcentaje deberá ser financiado con emisión monetaria. Cabe señalar que el canje se circunscribe a deuda en dólares con legislación extranjera. Dado que, luego del canje, Argentina quedará aún muy lejos de poder volver al mercado, el BCRA deberá seguir financiando al Tesoro por una parte de la deuda en pesos. Finalmente, habría que agregar algo de financiación del gasto público. Toda esta emisión monetaria será inflacionaria, porque la oferta monetaria derivada de tal emisión enfrentará una demanda de dinero menor y en caída debido a la recesión.

3 -  Aún no empezaron las paritarias, que obviamente serán un “push” de oferta salarial con fuerte impacto inflacionario. La CGT ya avisó que jamás renunciará a las paritarias.

4 -  Como no podía ser de otro modo, una de las nocivas consecuencias del cepo cambiario es la brecha entre el dólar oficial y el dólar libre (blue) y su permanencia en el tiempo, lo que paulatinamente llevará a los formadores de precios a guiarse cada vez más por ese dólar libre.

5 -  La inentendible política del BCRA de tasas de interés pasivas (muy) negativas, además de desincentivar el ahorro en pesos, será inflacionaria, tanto vía consumo como vía demanda de dólar libre.

6 -  ¿Cómo funcionará el anunciado experimento del acuerdo de precios por 180 días? Si nos guiamos por la Historia Argentina y latinoamericana, en el 100% de los casos terminó en catástrofe, es decir, en una enorme inflación reprimida que explota el fatídico día 181. ¿Tendrá el equipo económico la pericia necesaria para que esta sea la primera vez en la historia de América Latina en la que este experimento funcione? Ojalá. Una de las consecuencias (un clásico) ya empezó a ocurrir en los últimos meses: el colchón de precios empresarios pre-acuerdo.

7 -  En Argentina hay una “inercia inflacionaria” muy alta y “pegajosa”, que no podrá ser disminuida mediante las políticas elegidas por el Gobierno. Más bien, parece lo contrario.

A partir de las actuales tasas de inflación, y dados estos siete impulsos inflacionarios, el target de inflación del Gobierno de 35-40% luce francamente irreal. Lo que está en juego es, a mi entender, algo muy distinto: si el proceso inflacionario se espiralizará o no.

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