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Estiman que la actividad económica cayó 13% interanual en junio y julio

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10 agosto de 2020

La actividad económica, muy afectada durante los últimos meses por las medidas de aislamiento social en el marco de la pandemia, sigue marchando en terreno muy negativo, aunque con menor intensidad que al inicio de la cuarentena (aunque desde antes de la irrupción de la pandemia en el país los números ya eran negativos e iban en incremento). En ese sentido, en línea con la flexibilización de la cuarentena y la apertura de las actividades productivas, se observa una desaceleración de la caída.

El último dato oficial conocido es el de mayo, segundo mes completo en cuarentena, que según el Estimador Mensual de la Economía (Emae) del Indec presentó una caída de 10% respecto al mes anterior en la medición desestacionalizada y una contracción de 20,6% en relación al mismo mes del año pasado.

En abril, primer mes completo en cuarentena y con las medidas más estrictas en cuanto al aislamiento social y al cierre de actividades, el desplome fue contundente. Según el organismo estatal de estadística, la caída fue de 17,9% respecto a marzo y en comparación con el mismo mes del año pasado la contracción fue de 26,3%.

El Indec dará a conocer la próxima semana el Emae correspondiente a junio. En tanto, los analistas privados estiman que durante el quinto mes del año la actividad económica habría seguido desacelerando su caída. Según la consultora FMyA, la contracción de julio fue de 13% respecto al mismo mes del año pasado, lo que marcaría una mejora de siete puntos porcentuales en comparación con el desplome interanual del mes anterior.

Además, de acuerdo con este análisis, la actividad económica se habría mantenido estable durante julio (con datos preliminares mejores a lo esperado anteriormente), ya que la consultora estima que durante el séptimo mes del año la variación interanual habría sido similar a la de junio, según indicó en su último reporte difundido recientemente. En el mismo informe, señalan que mantiene su proyección de caída de 2020, que es de 12%, aunque aclararon que ahora la baja podría ser menor.

En su análisis, para el caso de junio, FMyA hizo referencia a los datos publicados la semana por el Indec sobre el Índice de la Producción Industrial (IPI) correspondiente al sexto mes del año, el cual mostró un rebote de 13,8% respecto a mayo, aunque una caída de 6,6% en relación al mismo mes del año pasado.

En el caso de julio, la consultora señaló varios datos de alta frecuencia publicados recientemente (como la recaudación del mes pasado, la industria automotriz, el intercambio comercial con Brasil, el consumo minorista, las expectativas industriales, el nivel de movilidad, entre otros), que estarían indicando una estabilidad de la actividad en el AMBA (ciudad de Buenos Aires y conurbano).

Optimismo del Gobierno

El fin de semana, en entrevista con medios gráficos y digitales, el ministro de Economía, Martín Guzmán, admitió que 2020 será “un año muy difícil para todo el mundo”, pero aseguró que 2021 será “mejor”. “El salario real se recuperará con la economía. Son cosas que vienen de la mano. Vemos una recuperación de la actividad para el año próximo”, afirmó Guzmán ante Infobae, al tiempo que aseveró que la inflación “está bajando”. Además, proyectó que el próximo año “habrá un déficit fiscal primario que respete la necesidad de la recuperación económica”.

Por otra parte, el ministro destacó las mejoras económicas que se registrarán luego del acuerdo con los acreedores privados de la deuda bajo ley extranjera, cuyo anuncio se dio hace una semana. “Es algo muy importante, fundamental para que Argentina pueda pensar en recuperarse y sostener esa recuperación.Se logró, pero no se terminan los problemas. Nos va a dar condiciones distintas que van a afectar a la vida de los argentinos por varios canales”, sostuvo.

“Se generará más estabilidad cambiaria, que ayuda al desarrollo del mercado de financiamiento en moneda propia. Aún con el sector público que usará por un tiempo los mercados de crédito internacionales, sí hay un valor en usar los mercados de financiamiento en nuestra moneda, y este acuerdo robustece esa opción. Eso ayuda a las empresas a obtener financiamiento en pesos a tasas sostenibles. Las compañías que tienen relaciones financieras internacionales y acceso al financiamiento externo tendrán costos de créditos más bajos, algo que impacta en las inversiones y en la generación de puestos de trabajo”, agregó.

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