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El Plan Patacón para el desarrollo económico bonaerense

Una alternativa provincial para evitar el estallido social al que nos conduce la política económica del Gobierno Nacional es implementar una moneda complementaria.

La Plata, capital de la provincia de Buenos Aires
La Plata, capital de la provincia de Buenos Aires .
Agustín Mario 25 febrero de 2024

Una economía con desempleo no se encuentra sujeta a un trade off entre usos alternativos de los recursos. Muy por el contrario, de lo que rezan los manuales que definen a la economía como la disciplina que estudia la asignación de recursos escasos, cuando hay recursos desempleados (no utilizados), es posible producir más sin que esto implique resignar nada a cambio. En pocas palabras, el desempleo es un costo real, evidencia del desaprovechamiento de recursos: ni más ni menos que una ineficiencia económica. 

El costo de oportunidad de utilizar los recursos desempleados es cero. 

Sin embargo, la teoría económica dominante considera que el dinero -requerido para aprovechar esos recursos desempleados- es escaso. El latiguillo "no hay plata" utilizado en Argentina por el nuevo Presidente, refiriéndose a las finanzas públicas, es suficientemente ilustrativo al respecto. 

Aunque el Gobierno Nacional es el emisor de pesos y, por lo tanto, puede actuar contra-cíclicamente, ha anunciado que hará todo lo contrario

Debido a una estructura impositiva que depende fuertemente del ciclo económico, la reducción del gasto público muy probablemente no elimine el déficit, pero en cambio afectará las cantidades, es decir, incrementará el desempleo, dotando de un marcado sesgo pro-cíclico a la política económica. 

Además, a diferencia del Gobierno Nacional, los gobiernos subnacionales -y las provincias, en particular- son usuarios de pesos y, como tales, sí tienen restricciones financieras. En este caso, la usual analogía con las finanzas de los hogares es aplicable: deben recaudar o pedir prestados pesos antes de poder gastarlos. Por lo tanto, son incapaces de actuar contra-cíclicamente para sostener la demanda. 

Una alternativa para evitar el estallido social al que nos conduce la política económica del Gobierno Nacional es implementar una moneda complementaria.

El programa 

El programa puede ser delineado del siguiente modo: 

i) El gobierno de la PBA (en adelante, la PBA) impondrá una obligación impositiva de que todas las residencias entreguen vales por 4 horas de servicio público calificado por semana, pagable sólo en Patacones. La obligación semanal sugerida representa alrededor del 10% de una jornada semanal típica (*).

ii) La PBA ofrecerá un empleo a cualquiera que quiera y pueda trabajar, lo que resultaría, por definición, en pleno empleo. 

iii) La PBA emitirá vales libremente transferibles a cambio de las horas de trabajo vendidas por el público; estos vales serán denominados Patacones y llevarán la inscripción "esta nota representa una hora de servicio comunitario" (**). 

iv) Las residencias cumplirán la obligación impositiva al entregar Patacones a la PBA. El efecto directo de la obligación impositiva es la creación de una necesidad inmediata de Patacones por parte de las residencias. Ante esta situación, el público puede aplicar a un trabajo en la PBA para obtener los Patacones requeridos directamente; u ofrecer bienes y servicios a otros a cambio de los Patacones requeridos -es decir, adquirir los Patacones en el mercado-. Los proveedores de servicios comunitarios aprobados (oficinas de gobierno provincial y/o municipal, universidades, escuelas y, en general, organizaciones sin fines de lucro) serían provistos con Patacones para contratar trabajadores, siempre que cumplan estándares básicos de salud, seguridad y responsabilidad. 

Implicancias 

Veamos algunas implicancias que se siguen lógicamente de lo hasta aquí expuesto, aún cuando se encuentren reñidas con el sentido común. 

La PBA no puede recaudar Patacones hasta después de haberlos gastado a cambio de horas de trabajo. Además, al menos en el primer período -contable, desde la introducción del Patacón- la PBA no puede recaudar más de lo que ha gastado, y cualquier superávit en períodos posteriores estará limitado por los déficits acumulados en los períodos previos. 

Lo que es más importante, la PBA no tiene restricciones financieras en Patacones. Esto no quiere decir, de ninguna manera, que deba gastar como si no hubiera un mañana. De hecho, el gasto estará limitado por lo que es ofrecido a cambio de Patacones, esto es, la cantidad de horas de trabajo que el público desea vender a la PBA. 

Milei Kicillof
Una alternativa para evitar el estallido social al que nos conduce la política económica del Gobierno Nacional es implementar una moneda complementaria.

En este sentido, el gasto de Patacones por parte de la PBA estaría "determinado por el mercado" (***).

La PBA puede esperar gastar al menos tantos Patacones como las residencias necesitan para cancelar su obligación impositiva; probablemente, podrá gastar más (tener un déficit), a los precios que desea pagar, si el público desea atesorar Patacones. 

Por lo tanto, es de esperar que la PBA gaste más Patacones de los que recauda, lo que se denomina gastar en déficit, y en este caso las preocupaciones sobre la solvencia son obviamente inaplicables. 

Como debe haber quedado claro, el propósito de la obligación impositiva es que las residencias necesiten Patacones y, por ende, ofrezcan bienes y servicios (trabajo) a cambio. 

Esto demuestra que el rol del pago de impuestos, contrariamente a lo que suele creerse, no es financiar el gasto público. 

Nótese que, por definición, el ahorro del público (superávit) es idéntico al déficit de la PBA. 

Es evidente, también, que la PBA no necesita pedir prestados Patacones para poder gastar (i.e, endeudarse). De hecho, sólo podría "pedir prestados" Patacones que haya gastado previamente en déficit. Si bien no se recomienda, si lo considerara apropiado la PBA podría ofrecer bonos que paguen interés. 

La PBA podría elegir la tasa de interés que deseara. 

El Plan Patacón aquí brindaría independencia financiera a la PBA

De hecho, sin importar cuántos Patacones gaste, la tasa de interés de política nunca subirá por encima de cero a menos que ofrezca bonos que paguen una tasa positiva -la tasa de interés de política libre de riesgo, natural o normal es cero-. 

A diferencia de la creencia convencional, los déficits públicos no presionan al alza de la tasa de interés. Es también obvio que, por ejemplo, si la PBA ofreciera bonos que pagan una tasa del 100% anual -como lo hace actualmente el Gobierno Nacional-, el público tendría una fuente de ingresos (ingresos por intereses) alternativa a proveer horas de trabajo a la PBA, lo que podría reducir la oferta de trabajo del público destinada a obtener Patacones para pagar impuestos. Aquellos con ahorros obtendrían Patacones gratis, pudiendo devaluar el Patacón si ya nadie necesitara trabajar en el programa para pagar impuestos. 

Lo que es más importante, el déficit -o superávit- de la PBA no provee información útil respecto del éxito -o fracaso- del programa. En este sentido, el déficit -o superávit- no es más que un dato contable residual. El éxito del programa debe ser evaluado por los bienes y servicios provistos. 

En particular, 4,9 millones de hogares bonaerenses (EPH, 1er semestre de 2023) trabajando 4 horas semanales, proveerán 19,6 millones de horas de trabajo semanal para servir a la comunidad (ellos mismos incluidos). 

El valor (absoluto) del Patacón y los precios relativos 

Como las residencias necesitan Patacones para cumplir la obligación, la PBA puede dictar los términos en que intercambia su moneda (precio exógeno). En este caso, el valor absoluto del Patacón se establece igual a una hora de trabajo básico. El valor relativo -o de mercado- del Patacón, esto es, lo que los agentes pagarían por el Patacón en lugar de vender su tiempo a la PBA, es necesariamente una función de los precios que paga la PBA cuando gasta. 

Por ejemplo, si la PBA comienza a pagar 2 Patacones/hora, haciendo más fácil obtener un Patacón, el valor absoluto del Patacón caería a ½ hora de trabajo básico y, si los precios relativos no cambian, el Patacón se cambiaría por la mitad de pesos. 

Como los agentes siempre pueden elegir trabajar a cambio de Patacones, hay presión para que el tipo de cambio (Patacón/Peso) retorne a la paridad salarial: el ratio entre los salarios en Patacones y los salarios en pesos. Cada agente va a estar dispuesto a intercambiar Patacones por pesos a la tasa a la que es indiferente entre trabajar por Patacones o pesos. 

Si el salario en pesos es menor (o si es cero, en el caso de los desempleados) a la cantidad de pesos que deben entregarse para conseguir un Patacón (el tipo de cambio de pesos por Patacón), es preferible vender el tiempo a la PBA. Por el contrario, si el salario en pesos es mayor al tipo de cambio de pesos por Patacones, es preferible comprar Patacones para pagar el impuesto. 

Por supuesto, esto depende del salario de cada agente en pesos y en Patacones, pero, al menos en promedio, el tipo de cambio debería retornar a la paridad salarial -de lo contrario, habrá "ganancias de arbitraje"- (****). 

El valor del Patacón es independiente de la cantidad emitida y/o del resultado fiscal. Mientras el Patacón se cambie por una hora de trabajo básico en el margen (la PBA no se rehúsa a contratar a cualquiera que quiera y pueda trabajar), su valor será internamente estable. Habrá estabilidad de precios -definida como estabilidad en el valor absoluto del Patacón- mientras la PBA no gaste tanto a precios de mercado que nadie desee trabajar en el programa. 

El valor relativo del Patacón, es decir, lo que puede comprar, viene dado por la calidad del trabajo básico; de aquí que mejorar dicha calidad (educación, etc.) incrementará el poder de compra del Patacón. 

¿Y si "el déficit cero no se negocia"?

Supongamos que las autoridades de la PBA se olvidarán del análisis realizado hasta aquí, y se pusieran como objetivo alcanzar un equilibrio fiscal, en línea con el gobierno nacional. En este caso, limitaría el gasto de Patacones a 23,6 millones de Patacones por semana (el producto de la cantidad de hogares, tomado como proxy de la cantidad de residencias, por la obligación semanal de 4 Patacones). En la medida en que algún agente haya ahorrado Patacones (ingreso no gastado), algún otro no podrá cumplir la obligación. 

Estará, por definición, desempleado, esto es, dispuesto a vender tiempo de trabajo a cambio de Patacones, pero incapaz de hacerlo. 

Los estudiosos del mercado de trabajo dirán que los desempleados son perezosos, de baja calificación, etc. y recomendarán capacitación. Sin embargo, la causa del desempleo sólo puede ser, lógicamente, el insuficiente gasto de Patacones por parte de la PBA, no las características de los desempleados. 

Mejorar las calificaciones sólo desplaza el desempleo a otros. Si hay un deseo de ahorro neto en el público, la PBA debe tener déficit para evitar el desempleo. Limitar el déficit cuando hay personas que quieren y pueden trabajar a cambio de esa moneda es irracional: emitir Patacones no tiene costo para la PBA. 

La única política racional es proveer tantos Patacones como los proveedores de servicios comunitarios requieran o, alternativamente, reducir los requerimientos impositivos (i.e. satisfacer la necesidad de pagar el impuesto y el deseo de ahorro neto). 

Expandiendo el uso de Patacones 

Como vimos, dependiendo del número de agentes que, a alguna tasa de cambio (precio), prefieran comprar los Patacones antes que vender su tiempo a la PBA, otros bienes y servicios serán ofrecidos a cambio de Patacones. La PBA tendrá la opción de adquirir estos otros bienes y servicios con Patacones. 

No obstante, este gasto adicional de Patacones reduce la necesidad del público de obtenerlos vendiendo trabajo básico, ya que los pueden obtener vendiendo estos otros bienes y servicios. 

El gasto de la PBA más allá del trabajo básico debe ser limitado de modo de asegurar que un número creíble de personas necesiten vender su tiempo por 1 Patacón por hora. Si la cantidad de personas en el programa se considera demasiado grande, la PBA puede aumentar el resto del gasto de Patacones y/o reducir la obligación impositiva (y viceversa). 

Aquí voy a introducir un poco de aritmética para ilustrar cómo la PBA obtendrá los bienes y servicios reales que necesita para administrar adecuadamente la provincia. Asumamos, como hicimos anteriormente, que la recaudación del impuesto totaliza 23,6 millones de Patacones por semana. La PBA puede esperar poder gastar al menos esa cantidad ya que los dueños de las propiedades no tienen otro modo de obtener Patacones. 

Si la PBA ofrece un Patacón por hora como salario mínimo, y no gasta nada más, puede estar razonablemente segura de que al menos 590.000 trabajadores aplicarían al programa -asumiendo que trabajan 40 horas por semana-. Bueno, quizás la PBA no quiere 590.000 trabajadores básicos pero si quiere otras cosas que serán ofrecidas a la venta por el público (como forma alternativa de obtener los Patacones para pagar impuestos). 

Digamos que la PBA gasta 23 millones de Patacones por semana a precios de mercado, comprando las otras cosas que realmente necesita, incluyendo trabajo especializado y materiales para el sistema legal, la defensa, la educación, el cuidado de la salud y otros servicios públicos (*****). 

El público ahora necesita sólo 600.000 Patacones más por semana para pagar sus impuestos, por lo que se puede confiar en un mínimo de sólo 15.000 trabajadores básicos -asumiendo que trabajan 40 horas semanales- que apliquen al programa. 

Por supuesto, habrá un deseo en el público por efectivo en circulación y otras actividades que causan un deseo de ahorro neto. Esto es generalmente un monto sustancial. 

Supongamos que implica un deseo de obtener otro millón de Patacones por semana. Esto será evidenciado por otros 25.000 trabajadores básicos aplicando al programa, para un total de 40.000.

Conclusión

La imposición (coercitiva) de una obligación impositiva pagable sólo en Patacones generaría una demanda por la moneda provincial y, así, permitiría movilizar recursos privados (trabajo y, en general, bienes y servicios) al sector público (provisión de bienes y servicios públicos). 

Como vimos, el programa puede expandirse, con la PBA comprando otros bienes y servicios, además del trabajo básico. Por ejemplo, considerando los límites analizados, podría crearse una red de seguridad social, con un ingreso en Patacones para niños y adolescentes, y adultos mayores.

El Plan Patacón aquí presentado brindaría independencia financiera a la PBA -ya que no implica necesidad alguna de financiamiento en moneda de la que se es usuario, como pesos, dólares, etc.-.

Lo que es más importante, permitiría a la PBA actuar contra-cíclicamente, aumentando el déficit cuando el empleo se reduce, y viceversa; es decir, funcionando como un estabilizador automático, manteniendo el pleno empleo y una moneda de valor estable.

 

Agradezco la asistencia editorial de Warren Mosler.

(*) Puede pensarse como una reforma al impuesto inmobiliario actual, que ahora sería pagable en Patacones. Si el impuesto no es pagado, el gobierno simplemente vendería la propiedad sin importar quién sea el dueño. Esto puede parecer duro, pero en la práctica el requisito es bastante modesto. Recuérdese, la opción de vender su propio tiempo siempre está disponible y cualquier persona sujeta al requisito solo necesita trabajar cuatro horas por semana. También, el gobierno podría establecer una política de excepción para quienes no pueden trabajar. Por ejemplo, podrían aplicarse exenciones para personas discapacitadas, ancianas o que sufran alguna otra dificultad.

(**) Se sugieren denominaciones de 1, 5 y 10 horas. Adicionalmente, los Patacones podrían ser subdivididos, quizás en monedas de 6 minutos. Aunque un mínimo de efectivo probablemente sea necesario, el Patacón podría ser eminentemente digital (i.e., puramente electrónico). Por ejemplo, la Cuenta DNI podría agregar un saldo en Patacones.

(***) Aún cuando un agente no sea sujeto de la obligación impositiva podría demandar Patacones porque sabe que alguien más lo necesita. En general, el déficit público está limitado por el deseo de ahorro del resto de la economía. Esto incluye, por supuesto, al sector externo de la PBA: las importaciones de la provincia estarán limitadas por el deseo de ahorro de Patacones de "extranjeros" más las exportaciones.

(****) Para que este proceso de arbitraje opere debe haber algún grado de sustituibilidad entre quienes trabajan a cambio de Patacones en el programa y quienes trabajan a cambio de pesos; cuanto mayor sea este grado de sustituibilidad, mayor será la capacidad del salario mínimo en Patacones de funcionar como ancla del conjunto de los salarios y, por lo tanto, de los precios de la economía.

(*****) Por supuesto, esto es adicional a los gastos que realice en pesos, con los fondos que seguirá recibiendo en concepto de coparticipación.

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