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El hotel de los dólares

Es oportuno citar a un nieto que recordó a M. Sánchez Sorondo como "un patriota de los que sienten que el país es su casa, no un hotel". Justamente el carry trade es un hotel para los dólares. La Nación es un hogar, no un hotel. Tal vez en esa confusión este el origen del extraño problema argentino.

El hotel de los dólares
El hotel de los dólares
Carlos Leyba 20 septiembre de 2024

En el segundo semestre el PIB se derrumbó: cayó 3,4% respecto de 2023. Hubiera sido peor si no hubiera crecido el agro 81,2% por recuperación post sequía. La industria cayó 17,4%, construcción 22% y comercio 15,7%. Sufrimiento de la vida urbana.   

El PIB por habitante ("lo que me toca en términos reales") fue 4,5% menos que el año anterior. 

"El ajuste" en el nivel de vida promedio, no es el de cada uno: eso depende de la distribución del producto social. Hay 4,5% menos para el promedio, pero los que más perdieron - si bien no hay cuentas disponibles y sólo inferencias - son los que están en la "mitad". 

El extremo de la pobreza, que aumentó en su número y es la mitad de la población, por la ayuda social compensadora que también aumentó, no está en la zona de mayor pérdida. 

Para las capas más altas hubo algunos salvavidas. 

Pero a la franja del medio, que es cada vez más angosta, en lo que va de la era Milei, le está tocando cada vez menos en términos relativos. 

La impacta el desempleo que subió en el segundo trimestre a 7,6%. Desocupados 1,7 millones y en lo que va del año se sumaron 360.000.

Los ingresos reales sufrieron más que el "empleo": la capacidad de consumo cayó porcentualmente más que la pérdida de empleo y el empleo urbano está estancado. Esta situación no es un buen pronóstico si la dinámica del ajuste con atraso cambiario y apertura continúa.

Conclusión: el tiro libertario salió mal. El Consumo Privado cayó 10% respecto del año anterior, cuando estábamos mal y el Consumo Público se redujo en 6%. Es decir, la intensidad del ajuste privado superó en 63% a la de la baja del consumo público. Una mala noticia que se proyecta hacia adelante: en septiembre, el Índice de Confianza del Consumidor (ICC) de la UTDT cayó 5,92%. 

Pero lo peor es que "el ajuste", en el primer semestre, espantó a la inversión; y eso sí que tiene que ver con el futuro. La formación bruta de capital fijo cayó 29,4% respecto de 2023. 

Nada indica que, en el tercer trimestre, haya habido un cambio: el Índice Líder de la UTDT (se supone adelantado) es levemente negativo, lo que indica estancamiento o retracción. 

Llegados a este punto, si el consumo se derrumbó y la inversión física se desplomó, ¿a quién le fue bien, con la estrategia económica de Milei? ¿A quién ha motivado Milei a tomar decisiones positivas a futuro? 

Hay una sola respuesta que nos recuerda viejos tiempos: "El carry trade dejó 23% desde julio y prevén que habrá más ganancias" (El Cronista Comercial, 19/9). 

Este es el resultado de la misma estrategia que inauguró, en la segunda mitad de los 70, la Dictadura Genocida inspirada por los economistas de Chicago: "la tablita del dólar" y la apertura con tipo de cambio bajo. Estamos ahí. Aquel experimento terminó mal. Y todas de sus muchas repeticiones, con distintas formas de atraso cambiario para que funcione la bicicleta y contener la inflación, terminaron mal. 

Allá vamos, pero con la conquista del déficit cero y el programa presupuestario de Javier, sintetizado en esta expresión: "Recaudación menos pago de intereses de la deuda, nos da el saldo remanente para el gasto público. si la economía declina y la recaudación baja, el gasto público bajará, contribuyendo así a la continuidad de la declinación económica". 

El principal anuncio de Milei en el Congreso fue: "se terminó la política económica destinada al equilibrio de la Nación". A partir de ahora la función del Estado es acumular para el pago de intereses y sólo lo que sobre, será destinado al gasto y si lo que sobra se achica, lo que se achica es el Gasto. No cabe duda que es original. Único en el Planeta.

J. Ortega y Gasset, en "Mireabaeu o el político", distinguía entre el administrador, el contador, que privilegiaba las cuentas públicas frente a las cuentas de equilibrio de la Nación, que es la misión del hombre de Estado. Javier ha reconocido, en su discurso, que la suya no es la misión del Estadista. 

Es coherente, él se reconoce como "el topo que quiere destruir el Estado" y es lógico que no le interese la suerte de la Nación. Milei cree, de buena fe, que la soberanía universal de los mercados es el método. Para él una expresión como que "el poder político debe intervenir para luchar contra la economía de casino y la especulación financiera, para preservar la dignidad de los trabajadores y basar la competencia en unas normas medioambientales y sociales" (Edgar Morin) es lo contrario a su misión en la política. 

¿Cuando la oposición dialoguista y amigable, legisladores y gobernadores de la UCR, del peronismo, del PRO, avalan la política libertaria son plenamente conscientes de lo que apoyan? 

Antes del anuncio, el domingo en el Congreso, de la regla presupuestaria, el país asistía a la continuidad de esta debacle de empleo y destrucción del capital (las pymes cerrando o liquidando máquinas). Esto empezó mucho antes que Milei comenzara, no ya la Presidencia, sino su carrera televisiva. 

Con el comienzo de su presidencia comenzó la otra cara de la debacle de la economía real. La de la obscenidad de la "bicicleta financiera", el "pedal". Ganar en dólares, en semanas, lo que en el resto del mundo lleva meses, tener tasas en pesos que, descontadas del "crawling peg", al convertirse a dólares, superan a la imaginación más calenturienta. ¿No es obsceno? 

Carlos Maslatón, un financista liberal sin pelos en la lengua, dijo hace poco "nunca habíamos ganado tanto con el carry trade". ¿Un éxito o una consecuencia no deseada?

¿Quién abastece el seguro de dólar barato, sin costo, para salir ganando? 

Hay dos fuentes de abastecimiento que son "instrumentos de la política" inspirada en una cultura bucanera de blanqueo gratis - bienvenidos evasores tributarios - y blindaje por cinco años y tasas de remate para el pago del impuesto a los Bienes Personales. 

Toda esa estrategia de estabilización artificial se lleva a cabo en el país al que los libertarios, con razón, llaman una verdadera Villa Miseria. Y en el país al que los libertarios, sin corazón, se proponen consolidar generando más pobreza. 

En 2024 la pobreza alcanzó al 50,5% de la población y afecta a más de 23 millones de personas (UTDT).

Dijimos dos fuentes de abastecimiento de dólares baratos para garantizar la salida a un precio igual o menor, al que entraron. 

La primera de las fuentes es la que provee la  venta de parte del "canuto" que la clase media realiza para sobrevivir en el mismo lugar: "Aquí, tienes que correr a toda velocidad para poder permanecer en el mismo lugar". (Alicia en el país de las Maravillas). "Correr" es liquidar el "canuto".

La segunda fuente es la venta del BCRA y la pérdida de dólares en CCL, como consecuencia del "dólar blend" destinado a aplacar la brecha y aumentar el dólar de exportación. Ventas y blend, en contra de las reservas del BCRA, presionan a la baja el tipo de cambio, aumentan la ganancia del "carry trade". Seguramente no es a propósito. 

La contrapartida en la economía real es grave. El único sector productivo que mantiene vigor acusa problemas de rentabilidad a futuro. A pesar de las parrafadas ideológicas de Milei, "el precio" líder de la economía, la cotización del tipo de cambio, es un "precio máximo" fijado por el gobierno. Y el nivel fijado, que incluye al blend, hace que los márgenes económicos de los granos en Córdoba, para la campaña 2024/25, sean negativos según el informe de la Bolsa de Cereales de la provincia.

En síntesis, la política económica tuvo costos estadísticamente verificados y, las rentabilidades cerealeras esperadas, nos señalan una parte nublada del horizonte.  

¿Se podría esperar de Luis Caputo otra política económica? 

Es difícil que el líder de un equipo económico de gobierno, ejecute una política que, esencialmente, no refleje su visión acerca de la "mejor manera de ordenar" la economía. Veamos. 

Las visiones productivas, sea agropecuarias o industriales, han sido desplazadas de la vida política hace muchos años. Es parte de la debilidad de aquellas representaciones sectoriales, que refleja las consecuencias de otras visiones de más peso, y en particular la financiera, como modo de ordenar la economía. Un ejemplo: el liderazgo en la CGT pasó a mano de los trabajadores del sector servicios. A camioneros les da lo mismo transportar una heladera fabricada en la Argentina que hacerlo con una "made in Brasil". No hay ahí un baluarte de la "defensa de la producción nacional". 

Por eso hace décadas que la dominante es la "visión financiera" como mecanismo de ordenamiento y de superación de los gravísimos problemas económicos de nuestro país. ¿Cuánto influye que los sindicales gerencien las obras sociales?

Un ejemplo reciente es  elocuente. Hace unos años, economistas extranjeros, que nos frecuentaban, recomendaron que una "misión internacional" asumiera la conducción de nuestra economía: "no hay argentinos que la puedan manejar" o bien hace falta "un equipo que no dependa ni de la voluntad popular de los argentinos, ni de los poderes fácticos". La idea se deshizo en el aire. 

Sin embargo, esa singular manera de pensar retornó y necesitado de una conexión sólida con las finanzas de la gran potencia y la Casa Blanca y el FMI, o una auditoría disimulada, Caputo -que no goza de prestigio entre los funcionarios del FMI- importó un financista chileno con destacada trayectoria en los mercados financieros de NY. Lo designó viceministro, su mano derecha. J.L. Daza asistió al Congreso el día que los presentes cantaron, con energía Patria,  el Himno Nacional. Pregunta: ¿Daza habrá cantado "con gloria morir" y por quién y por qué? Raro. 

Es oportuno citar a un nieto que recordó a M. Sánchez Sorondo como "un patriota de los que sienten que el país es su casa, no un hotel" (LN 17/9/24). 

Justamente el carry trade es un hotel para los dólares: le recuerdo que esta política de conserjes nos ha agotado desde hace 50 años. 

La Nación es un hogar, no un hotel. 

Tal vez en esa confusión este el origen del extraño problema argentino. 

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