Durante la visita de una misión del Fondo Monetario Internacional (FMI), el Gobierno reconoció que el déficit de la cuenta corriente de la balanza de pagos para 2025 será 400% superior a lo proyectado en el programa de Facilidades Extendidas, alcanzando 2% del PBI frente al 0,4% estimado.
Este indicador, que mide el flujo de dólares por bienes, servicios, rentas y transferencias, refleja un rojo de US$ 14.000 millones, según estimaciones de EcoGo. "Vivimos la crisis de Rusia, Tailandia, la Unión Europea, el elemento común es un gran déficit de cuenta corriente, pero importa la calidad, la razón y la magnitud", explicó el viceministro de Economía, José Luis Daza, en el foro del Instituto Internacional de Finanzas (IIF).
El déficit, que en el primer trimestre de 2025 alcanzó US$ 5.200 millones (0,7% del PBI) según el Indec, contrasta con los superávits de 2024 y es impulsado por un menor superávit comercial, mayor turismo al exterior y un aumento de importaciones, según Outlier. "El dato del PIB trimestral está anualizado, el PBI siempre es un dato anual. Con lo cual, una comparación consistente nos habla de un déficit de cuenta corriente de casi 3% del PBI durante el primer trimestre", señaló la consultora. Daza destacó que el déficit responde a la inversión y el crecimiento del 6% anual, comparándolo con países de la región con déficits mayores pero menor crecimiento.
El financiamiento del déficit en el primer trimestre provino principalmente del desarme de activos externos y un mayor endeudamiento, con el sector público aportando una reducción de activos netos de US$ 4.500 millones, según Outlier. Aunque el Gobierno no tiene metas obligatorias sobre esta variable, el dato es clave para el FMI y Wall Street. "Vamos a seguir monitoreando el déficit de cuenta corriente, pero nos sentimos cómodos", afirmó Daza, subrayando que el esquema de tipo de cambio flotante, sin controles ni fijación de precios, permite que el dólar se determine por oferta y demanda.
El vice del Banco Central, Vladimir Werning, reforzó la confianza en la política económica, asegurando que hay tiempo para acumular reservas. "No nos faltan reservas, sobran reservas. Macroeconómicamente no necesitamos más. No las vamos a usar. Tenemos tiempo para acumular todas las reservas que queramos", dijo en el cierre del foro del IIF, destacando la compra de US$ 2.000 millones mediante un REPO con bancos internacionales. Werning enfatizó el acceso al mercado financiero externo y la fortaleza fiscal y monetaria, señalando que "hasta 2023 con alta inflación y déficit se hacía necesario tener una caja grande de dólares. Esta nueva etapa requiere un cambio de mentalidad".
Daza también abordó las expectativas sobre el tipo de cambio, desaconsejando apostar por una devaluación. "Hoy tenemos un tipo de cambio flotante, los argentinos no están acostumbrados en donde no hay control de precios, control de cambios, no hay fijación de precios, ni de tipo de cambio", afirmó, pronosticando la entrada de "capitales fuertes" a futuro. La estrategia del Gobierno, según los funcionarios, es sostener el crecimiento y la estabilidad sin recurrir a medidas que alteren el esquema cambiario actual, pese a la presión de un déficit externo mayor al esperado.


